Por Redacción
“El capitán y el primer oficial están muertos, los maté yo y me voy a entregar, así que quiero que venga un guardacostas y me arreste. Listo, tan sencillo como eso”, el agente del Servicio de Tráfico Marítimo guardó silencio, tal vez sin comprender con exactitud lo que escuchaba de boca del tripulante del buque petrolero, de bandera maltesa, AYANE, Carlos Eugenio Lima.
Más tarde, peritos de la Prefectura dieron cuenta que el hecho ocurrió cerca de las 23:30 horas del viernes, mientras el buque que zarpó el pasado lunes del Puerto de Buenos Aires estaba fondeado en la zona de la Rada, en Punta Lara. Aún no ha quedado aclarado cuales fueron los móviles de Lima para actuar como lo hizo, no obstante, el tripulante que terminó con la vida del Primer Oficial de Cubierta, Juan Alfonso Pegasano y del Capitán, Alejandro Daniel García, tenía antecedentes violentos.
En 2008, Lima un exintegrante de la policía bonaerense, fue denunciado por balear a un vecino en la localidad de City Bell tras una discusión vecinal. Este vienes, sin mediar palabra arremetió contra Pegasano, según testigos “lo acribilló estando sentado. Cuando fue el “capi” a ver que pasó lo agarró a tiros entrando al puente”.
Luego, se dirigió al camarote del segundo oficial para asesinarlo pero no pudo porque este tenía la puerta trabada, “fue con el arma, la cargó con toda la paciencia del mundo y le disparó a todos los equipos de navegación, a los radares, a todos lo equipos y después dijo: “ya está, hice lo que tenía que hacer, ya estoy tranquilo”, y se entregó, llamó a Prefectura”, según el relato de testigos.
Lima fue indago en la mañana de este lunes 25 de octubre, en los tribunales platenses por el Juez Ernesto Kreplak, titular del Juzgado Federal 3 de La Plata. El magistrado caratuló la causa como “doble homicidio”, al mismo tiempo que dispuso la detención es incomunicación del acusado desde el mismo viernes cuando se produjo el doble crimen.
El dramático hecho abre nuevamente los interrogantes sobre los controles de embarcación, así como también pone de relieve la implicancia negativa que constituyen los barcos con banderas de conveniencia, pero sobre todo alertan sobre el estado psico-físico de los tripulantes tras la pandemia de covid-19. Este penoso acontecimiento debería poner a las autoridades de cara al mar para dar cuenta de situaciones que se prolongan en el tiempo, muchas de ellas en complicidad por acción u omisión con Prefectura.
El último 10 de octubre la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte alertó que “el personal del sector del transporte lleva mucho tiempo padeciendo niveles sin precedentes de estrés y presión en puestos que, por su carácter y entorno, son más proclives a los problemas de salud mental.
“Concretamente, la gente de mar, los camioneros del transporte de larga distancia y parte del personal ferroviario pasan largos periodos de tiempo fuera de casa, con lo que tienen más dificultades para ponerse en contacto con otras personas y que estas los localicen”, remarcó la ITF.
En tal sentido, Walter Castro, Secretario General del Sindicato de la Actividad Naval Mar del Plata, consultado por AGN Prensa, señaló que “lo que ha ocurrido, a bordo buque tanque en nuestras aguas, nos debe llamar a la reflexión de varias cosas: En primer lugar la salud mental de los tripulantes “.
Al mismo tiempo, reflexionó: “¿Cómo es posible que alguien embarque cuando para embarcar hace falta una libreta, cuando para adquirir esa libreta hay que pasar cuatro exámenes, los cuales los son bajo tratados internacionales luego tiene que ser revalidados por la EFOCAPEMM, (Escuelas de Formación y Capacitación para el Personal Embarcado de la Marina Mercante), qué es la entidad que regula la capacidad de quienes van a tener su libreta de embarque o no. Luego hay que tener un certificad de antecedentes y en cada ascenso hay que revalidar la reincidencia de esos antecedentes?”.
“Estamos hablando de alguien que ya venía con antecedentes, venía de estar cumpliendo una condena por un hecho similar, de haberle disparado un vecino. Es alguien que era policía que fue exonerado la fuerza y que cumplió parte de una condena, salió bajo palabra y se embarcó. Ahora, ¿ cómo embarca alguien que tiene que revalidar un título de marina mercante para lo cual le hace falta este certificado de reincidencia, que es emitido por el Ministerio del Interior, donde se da crédito a la veracidad de todos los antecedentes penales del titular de la libreta?”, expuso Castro.
El dirigente sindical remarcó que “es una condición sine qua non tener el certificado de antecedentes o el de reincidencia”, por otro lado agregó “otro interrogante también es de quién es esta responsabilidad, porque el buque tenía bandera maltesa, entonces ¿es de Malta la responsabilidad? De Argentina. ¿ De quién es la responsabilidad?”.
Castro remarcó que “nos hemos referido en algún momento a los peligros de las bandera de conveniencia, justamente por estas cuestiones. Por otro lado ¿ quién es el armador de este buque, quién lo embarcó, cuál es la agencia? ¿Cómo embarca con un arma?. No se justifica el uso de un arma a bordo. Sin embargo, esta persona embarcó armada e hizo lo que hizo”.
El titular del SANAM aseguró que “hay que poner un punto y pensar que entre todas las variantes que nos trajo esta pandemia, nos trajo la necesidad de pensar en la salud mental de los tripulantes, más cuando en estos días se sabe de tripulantes como el un capitán noruego que tiene el record haber estado por la pandemia 688 días embarcado. ¿Cómo sabemos cuál es el estado mental de este capitán nórdico? ¿Cómo sabemos que puede estar en condiciones de emitir órdenes en pleno uso de sus facultades mentales ?”.
Castro inquirió “¿Quién regula, quién registra, quién ve, estas cuestiones. Lo mismo cuenta para nosotros, para el tripulante, para el marinero. Hay más: las cuestiones de hacinamiento, las cuestiones de cómo se hacen de los certificados es todo un tema a rever. Esto pasa también en la pesca, pasa en todos los ámbitos que tienen que ver con el transporte marítimo y es una cuestión a revisar, más cuando se está hablando de la gran aglomeración de buques en todos los puertos. ¿Cómo puede estar la salud mental de esos tripulantes que están esperando a bordo?”.
Por último, el dirigente puntualizó que “uno de los protocolos de la industria pesquera, durante la pandemia, fue que las tripulaciones no bajaran de los buques en distintas provincias, eso lleva a que con un sin fin de días a bordo, en este caso con buques más chicos, que pueden alterar el humor general de la tripulación. Son todas cuestiones a revisar para después no tener que lamentar estos hechos como los del buque AYANE”.
Hechas dramáticos vuelven a repetirse en el ámbito marítimo nacional. Cabe preguntarse cuándo se tomará nota para revertir situaciones que se llevan a la vida de los trabajadores del mar. Puede que este caso revista condiciones particulares pero sin dudas ha fallado el sistema de controles, algo que parece estar naturalizado por propios y extraños en una actividad a la cual permanentemente se le da vuelta la cara.
25/10/2021