Por Redacción
Los incendios forestales que azotan California desde principios de enero de 2025 pusieron en evidencia la creciente amenaza del cambio climático. Según la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE), estos incendios no solo han destruido miles de hogares, sino que también han provocado la muerte de personas, dañado ecosistemas y afectado la salud pública debido a la propagación del humo.
La combinación de sequías prolongadas, fuertes vientos y la acumulación de vegetación seca incrementó la magnitud e intensidad de los incendios. Estos factores, además, se han intensificado por el cambio climático, lo que plantea serias preocupaciones en muchas regiones del hemisferio norte, sobre todo en el oeste de Norteamérica. La destrucción de ecosistemas y hábitats es una de las consecuencias más graves de los incendios, que también afectan la calidad del aire.
Las medidas para extinguir los incendios, aunque necesarias, generaron costos millonarios que presionan los recursos financieros de las agencias forestales. La Comisión de la ONU resaltó la “necesidad urgente” de mejorar la comprensión de la dinámica de los incendios a nivel local e internacional. Además, planteó un enfoque distinto sobre cómo convivir con el fuego, en lugar de simplemente intentar eliminarlo.
La Comisión identificó tres factores principales que han influido en la intensificación de los incendios: el cambio climático, las políticas de extinción de incendios aplicadas desde principios del siglo XX, y la expansión de zonas residenciales en áreas que antes eran silvestres. Las políticas de extinción, aunque bien intencionadas, impidieron los incendios naturales que habrían reducido la maleza y los escombros, lo que permitió que los bosques se llenen de materiales inflamables.
En este contexto, la CEPE recomendó una adaptación urgente de las prácticas de gestión forestal sostenible para reducir los riesgos de incendios. Entre las soluciones más destacadas se encuentran las quemas controladas y el uso de materiales ignífugos en zonas de alto riesgo. Además, se requirió una mayor mitigación del cambio climático para frenar los incendios forestales a largo plazo, lo cual implica reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, promover fuentes de energía renovables y gestionar el agua de manera sostenible.
21/1/2025