*Por Anibal Torretta
Como lo explicó el presidente Alberto Fernández, hace años y con la intención de movilizar recursos al interior, se redujo la coparticipación a la Provincia de Buenos Aires, la idea era armonizar las migraciones internas, se suponía que si se transferían recursos de Buenos Aires al interior esto haría que se invirtieran en infraestructura y que ese movimiento lograría que los argentinos de otras provincias, que habían migrado al A.M.B.A retornarán. Y así equilibrar la situación de vivienda y servicios esenciales, terminando con una macrocefalia habitacional imposible de sostenerse en el tiempo.
Evidentemente la estrategia falló, la Provincia de Buenos Aires siguió creciendo, recibiendo a los hermanos de otras provincias, y de los países hermanos, pero además desfinanciada. Es decir, creció su población y sus problemas, pero se redujo su presupuesto.
A esto se suma los puntos trasferidos de la coparticipación a la CABA, con motivo del traslado de la policía, y entonces las consecuencias sociales y los efectos colaterales se manifiestan más abiertamente en la pandemia, efectos colaterales que se visibilizaron con la situación policial que importó un reclamo legítimo de 90.000 policías que requieren inminentes mejoras, empañado por una operación política de un puñado de ellos acompañados de retirados y sumariados y políticos opositores, con valla a saber que inconfesables intenciones, pero no vamos a ahondar en ello ahora, se pondrá, o no, en manos de la justicia aquello que corresponda.
El problema es de fondo y tiene una sola solución: el trabajo a conciencia del Estado, los gobiernos, los sindicatos, los movimientos sociales, las iglesias, los empresarios (sobre todo Pymes), con claras políticas tendientes a crear condiciones sociales y empleo genuino.
Es decir, elevar a los argentinos pobres en la escala social (sin artilugios lingüísticos, sin sofismas, tales como grupos vulnerables y esos nombres que solo disfrazan la pobreza material del pueblo). Generar condiciones de vida dignas, trabajo y movilidad social, y repoblación del territorio nacional; lo contrario es el fracaso indefectible del proyecto de país, que es el sufrimiento de su pueblo y el enfrentamiento inevitable entre sus habitantes, porque en el país de la comida no puede faltar la comida, en el país de la densidad de 16 habitantes por km cuadrado no puede faltar la tierra para nadie, y si hay tierra debe haber casa y debe haber una oportunidad de trabajo.
Y si hay trabajo y acompañamiento de las instituciones estatales y bancarias, y si hay ingenio para generar fondos que permitan créditos no especulativos, entonces la tierra se podrá adquirir legalmente, sin conflictos y con la posibilidad de pagar a largo plazo como se hizo en la época del general Perón, que puso el capital al servicio de la economía y la economía en función social, pero además, los empresarios la juntaron en pala, el negocio fue redondo para todos.
Los trabajadores, todos ellos, los que están en el esquema del sistema formal como le llaman, los trabajadores de la economía popular, y los trabajadores desocupados deben encontrar, a través de sus organizaciones, canales conjuntos que permitan proyectar planes serios para elevar al gobierno nacional y a los gobiernos locales, porque como nos enseñó el conductor estratégico de la patria Juan Perón, solo el pueblo salvará al pueblo. Es hora que nuestras organizaciones presenten que país quieren porque somos los que lo construimos, los trabajadores en sus distintas versiones, intelectuales, manuales, técnicos, científicos, reconocidos por el sistema registral o no, son los que construyen la riqueza de un país.
Por ejemplo, según un informe sobre minería en Argentina, las mineras pagan un 35% de impuesto sobre la renta, un 21% de IVA y un 2-3% de regalías por ingresos brutos a nivel provincia. Es decir se están llevando todo, entonces, el nuevo país lo deben diagramar los gobiernos en conjunto con los que construyen la riqueza, no con los que la saquean.
Paraguay transporta por nuestros ríos más productos de los que produce O sea: nuestros productos van a Paraguay y de allí salen, esto es un robo, entonces los proyectos de país se deben hacer con los trabajadores que producen, transportan y conocen, pero no disfrutan de esas riquezas.
Guías para gobernar hay, la Constitución de 1949 como lo vengo contando nota tras nota, el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional como lo cuento domingo a domingo, los planes quinquenales que fueron exitosos con Perón, incluso en su último gobierno en el que su esposa lo continuó, hasta el golpe cívico militar, con éxito en lo social y productivo.
Claro los reaccionarios gorilas van a decir “planes quinquenales como los chinos o los ex soviéticos, ¡¡son comunistas!!”, les cuento que Corea del Sur (que si hay en la Tierra alguien no comunista es Corea del sur), por medio de su Ministerio de Comercio, Industria y Energía ha anunciado, en 2019, un plan de desarrollo quinquenal que se centra en el aumento del número de empleos y habitantes en zonas rurales hasta el 2022, designando 175 billones de wones (156.000 millones de dólares).
El plan quinquenal, anunciado por el Comité Presidencial del Desarrollo Nacional Equilibrado y el Ministerio, tiene como objeto crear la base para el crecimiento sostenible de las economías regionales. El Ministerio dijo que el proyecto se centra en crear nuevos motores de desarrollo autosuficiente para las provincias, mejorando sus infraestructuras de transporte, la base industrial general y la calidad de vida de los residentes locales. Bueno, todos sabemos quienes apoyan a Corea del Sur, no son precisamente la izquierda revolucionaria internacional.
Los trabajadores de la economía popular y los sindicatos están trabajando en este sentido, explorando alternativas de descentralización poblacional y en la creación de trabajo digno, porque nos hablamos de trabajo decente, como plantea la OIT, y yo mucho no entiendo que significa, todos los trabajadores son decentes, incluso los que trabajan por necesidad infringiendo alguna que otra norma, porque si no, no comen y si no comen tienen que robar. El trabajo debe ser digno y cubrir las necesidades básicas del trabajador. Conversando con Esteban Gringo Castro Secretario General de la UTEP nos compartió algunos conceptos que surgen del encuentro entre las organizaciones del sector:
“No hay civilización material si antes no hay civilización moral. Sin ésta, aquella es una forma sofisticada de barbarie. La civilización moral, exige ocuparse del otro, especialmente del más débil: pobres y desamparados, personas con discapacidad, personas con enfermedades, adultos mayores, mujeres que padecen violencia, pueblos originarios, niños y niñas, trabajadores y trabajadoras, entre otros colectivos que padecen un cercenamiento de sus oportunidades y de sus derechos fundamentales para la construcción de un proyecto de vida digna. Sabemos que no hay proyectos individuales por fuera de un proyecto colectivo, es decir, de una comunidad fundante y fundada en la solidaridad para la cual el problema del otro es el problema del nosotros. La plena realización del individuo se halla en el Bien Común General. Y esa realización del bien general, del nosotros, se realiza y perfecciona por la realización individual. En los cataclismos los ojos de la humanidad vuelven a dirigirse a Dios, para encontrarse a sí misma, y comprender las razones de su dolor. Por ello, en esta situación que vive el mundo entero vemos la posibilidad y la necesidad de modificar las relaciones políticas, sociales, económicas y ambientales que producen el descalabro global que proféticamente planteara S.S. el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si”.
Fíjense que no se puede reconstruir un país sin fe, sin comunidad, sin Dios y son los pobres y los trabajadores de la periferia, los que en los momentos críticos, levantan la cruz como símbolo, construyen los lazos de la comunidad como camino, y planifican pensando en la persona y no en el lucro. También dialogamos en la necesidad de planificar en conjunto gobierno, trabajadores y empresarios. Las organizaciones de la economía popular presentaron junto con sindicatos la necesidad y proyecto para: Crear 4 millones de puestos de trabajo social y 170 mil empleos registrados regulados por convenio colectivo
Promover la integración urbana de los barrios populares, el acceso al suelo y a la vivienda social. Repoblar la Argentina, a través de nuevas ciudades, pueblos jóvenes, comunidades rurales organizadas y cinturones hortícolas protegidos.
Desarrollar nuevos emplazamientos industriales a través de una planificación territorial que contemple nuevos esquemas de transporte multimodal. Encarar la transición energética y desarrollar formas no contaminantes de producción para avanzar hacia un programa de ecología integral.
Fomentar de la Construcción y la Integración urbana, con una alianza virtuosa entre el sector privado y el sector de la economía popular. Urbanizar los 4.425 barrios populares existentes, creación de nuevas urbanizaciones populares, el desarrollo de nuevos emplazamientos productivos, la extensión de la conectividad digital y el desarrollo de transporte multimodal de pasajeros y carga, todo con capacitación en obra a cargo de las organizaciones sindicales.
Repoblar la Argentina y conectarla con transporte multimodal. Relocalización sustentable de parques productivos atada al desarrollo de corredores logísticos.
A lo hablado con él, sumo conceptos del profesor Alberto Aller quien realizó un profundo estudio sobre economía y poder, cuya síntesis es la siguiente y que ratifica que debemos unirnos para equilibrar la balanza de poder real.
Dice el profesor y compañero: “Sobre el cien por cien del poder basado en riquezas y recursos materiales, obviamente no los espirituales, el poder económico posee un 85 %, y el sistema político institucional, es decir el Estado y los trabajadores institucionalizados solo el 15%, de ese 85 % del poder en manos del poder económico, solo el 20 % es nacional, el resto es internacional”.
Evidentemente la única alternativa para el pueblo es la unidad del sistema institucional, los trabajadores y el empresariado nacional, de lo contrario no hay destino favorable posible para el pueblo, es la única manera de sostener el trabajo como forma de construcción de riqueza y de capacidad creadora del ser humano, aplicando la tecnología, pero priorizando la persona y el medio ambiente.
El otro punto fundamental a mi entender, la regionalización de la economía, mientras desarrollamos el crecimiento interno debemos construir el poder regional, en este sentido más allá de los gobiernos circunstanciales, Brasil es fundamental: 213 millones de personas, posibles consumidores de parte de nuestra producción. Si sumamos Chile, Perú, Uruguay, Paraguay, Bolivia, sumamos 53 millones, si a eso sumamos las operaciones internacionales para que no se logre la unidad, vemos que la alianza con Brasil garantiza la fuerza de la región y por fuerza centrípeta generara al acercamiento regional del resto.
El General Juan Domingo Perón, así como pensó y escribió las veinte verdades políticas peronistas, también desarrollo las 20 verdades económicas peronistas, que además transformo en norma vía el decreto 13.378 del 11 de agosto de 1954, no está de más recordarlas:
Las 20 Verdades Económicas Justicialistas:
- 1.- La economía no es un fin en sí misma, sino un medio para alcanzar la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación.
- 2.- La economía no es individual ni colectiva. Es individual en función social. Sirve al bienestar del Pueblo y a la grandeza de la Nación.
- 3.- La propiedad privada tiene asignada una función social dentro de la comunidad nacional.
- 4.- El capital debe estar al servicio de la economía nacional y tener como principal objetivo el bienestar social.
- 5.- La organización de la riqueza y su explotación tienen por fin el bienestar del Pueblo, dentro de un orden económico que atienda al desarrollo de la Justicia Social.
- 6.- Ningún pueblo puede ser socialmente justo y políticamente soberano si no es, al mismo tiempo, económicamente independiente.
- 7.- La tierra es un bien individual en función social. Debe ser considerada bien de trabajo y no de renta o especulación. El Gobierno, el Estado y las organizaciones del Pueblo, han de promover el acceso a la propiedad de la tierra por quienes la trabajan.
- 8.- El pueblo está económicamente organizado cuando sus asociaciones representan a los trabajadores, productores, industriales, comerciantes y consumidores, en relación con el ejercicio de sus funciones económicas.
- 9.- Las organizaciones económicas del Pueblo deben organizarse y desarrollarse libremente, con la sola condición de que concurran mediante su acción a la consolidación y defensa de la Independencia Económica y el desarrollo de la economía social, base material de la Justicia Social.
- 10.- La acción económica en el orden internacional ha de orientarse hacia la complementación armónica y equilibrada de las economías regionales y de la economía continental.
- 11.- La producción nacional ha de tender a lograr ante todo la satisfacción del consumo popular, las necesidades industriales del país y los requerimientos del intercambio internacional.
- 12.- Las actividades industriales de la Nación han de ser desarrolladas racionalmente y en particular aquellas que posibiliten el máximo aprovechamiento de los recursos naturales y de la producción primaria, en condiciones estables de eficiencia técnica y económica.
- 13.- El Gobierno y el Estado auspiciarán preferentemente la creación y desarrollo de las empresas cuyo capital está al servicio de la economía en función del bienestar social.
- 14.- El comercio exterior de la nación debe orientarse hacia el abastecimiento interno y la consolidación y diversificación de los mercados de importación y exportación, a fin de obtener términos de intercambio justos y equitativos.
- 15.- Las actividades comerciales en relación con el exterior serán conducidas por el Gobierno y ejercidas por las empresas y organizaciones privadas o de carácter económico individual o social.
- 16.- El comercio interno será conducido por el Estado con intervención de las organizaciones económicas y sociales, a fin de lograr que los bienes de producción y de consumo lleguen a los usuarios oportunamente y por las vías más económicas.
- 17.- La acción económica en materia crediticia debe satisfacer racionalmente las necesidades de la economía social del país, sin perjuicio del poder adquisitivo de la moneda y del equilibrio general de la política económica.
- 18.- La acción económica en materia monetaria debe servir al desarrollo ordenado de la economía social y al afianzamiento de la independencia económica del país.
- 19.- La acción económica en materia impositiva tenderá a lograr una equitativa distribución de las cargas fiscales en relación con la capacidad contributiva de la población, y a utilizar el impuesto como instrumento de gobierno al servicio de la Justicia Social y de la economía social del país.
- 20.- El Gobierno y el Estado y las organizaciones del Pueblo deben promover la nacionalización de los servicios públicos, sin que ello importe su estatización.
SOLO EL PUEBLO SALVARA AL PUEBLO.
*Secretario de Organización de SUTECBA
Fotografía de tapa UTEP
Gentileza: Identidad Colectiva
14/9/2020