Denunciado “delincuente” en Paraguay, Senador Nacional Edgardo Kuieder (PJ Entre Ríos), “posible transferencia” al gobierno de Javier Milei, como un futbolista, aquél detenido por escándalo, en el país vecino, madrugada del miércoles 4, al ser “pescado in fraganti” con más de 200 mil dólares, sin declarar. “El pase” pertenece a Santiago Caputo, apodado “Santi” por Karina Milei, que atendía por fono a Kuieder.
El Senador procesado por “Enriquecimiento Ilícito”, por la Jueza Sandra Arroyo Salgado, la que pide “el Desafuero”, hace dos décadas se enroló en el kirchnerismo entrerriano bajo el ala del ex-gobernador Gustavo Bordet. Llegó con votos del PJ, pero hace menos de un año “firmó” para el gobierno de Javier Milei, gestión de Caputo “chico”.
En “la mancha venenosa”, Javier Milei gritó, como casi siempre: “El Senador Kuieder es kirchnerista. Que ellos se hagan cargo. Lo deben expulsar del Senado”. En la asunción, titular del PJ Nacional, Cristina explicó por qué había pasado a defender al gobierno de la llamada “Libertad Avanza”. El voto suyo en la “Ley Bases”.
En Paraguay, hasta Moria Casán estuvo presa por causas de supuesto “Contrabando”, denominada “Triple Frontera”. En el medio debemos recordar el “Huevo de la Serpiente”, film de Ingmar Bergman, 1977, si llegamos a la utilización de la ex-SIDE. Desde su origen, en tiempos de la mal llamada “Revolución Libertadora” -para el peronismo “Fusiladora”- allá por 1956. Dinero “sucio” para operaciones políticas.
No en vano, Mauricio Macri designó a su amigo Gustavo Arribas, empresario inmobiliario, representante de futbolistas, cuando Macri tenía el poder en Boca, socio suyo en la venta de Carlos Tévez al Corinthians (pasaron veinte años) y más tarde, con el ingeniero Presidente de la Nación, Arribas, titular de la SIDE. El propio hermano de Mauricio, en el libro “No precisamente Gran Hermano”, lo denunció “tramposo”.
En 1946, los Servicios de Inteligencia fueron creados por el gobierno de Juan Domingo Perón. En el ’57, quedaron bajo la “picota” del célebre periodista y escritor Rodolfo Walsh, notable recopilación sobre el asesinato del Dr. Marcos Satanowsky. La investigación hecha libro -un “best seller”- cuando a partir del ’57 se conoció “El Caso Satanowsky”.
Abogado del diario “La Razón”, cuyas acciones reclamaba El Ejército a partir de la caída del segundo gobierno peronista, 16 de septiembre de ’55, quería el control del legendario vespertino de la familia Peralta Ramos, cuyo representante legal, Dr. Satanowsky, se enfrentaba a los militares dueños del gobierno y virtualmente “del país”.
El jefe de la ex-SIDE, general Juan Constantino Cuaranta, en relato de Walsh, quedó expuesto como virtual “instigador” del crimen. Tres hombres de civil ingresaron al estudio del Dr. Satanowsky, en junio del ’57, y tras breve discusión “lo ejecutaron”. El Caso Satanowsky quedó en la historia y la memoria colectiva, gracias a Walsh. El gobierno defendió a Cuaranta. Cuando asumió Arturo Frondizi, en mayo del ’58, fue enviado al exterior.
El organismo de la Inteligencia, todo indica, nunca dejó gratos recuerdos. Cuaranta, en 1959, se radicó en Bélgica, como embajador, en lo que siempre se dijo, por “apriete” del Ejército, para sacarlo del país, ya que el militar nunca fue condenado por el crimen. En el gobierno de Arturo Frondizi, las cosas con el Ejército nunca estuvieron bien. El hombre de confianza, Rogelio Frigerio, debió abandonar su cargo en el ’59.
La “Libertadora” no perdonó el acuerdo del ’57 en Caracas entre Frondizi y Perón, suscripto por enviados, John William Cooke por Perón y Frigerio, abuelo del ex ministro de Macri, por Frondizi. En julio del ’57 en Caracas. En el ’59, Álvaro Alsogaray, en representación de las FF.AA., ingresaba al gobierno de Frondizi. Otro “apriete” hace 65 años.
Ahora, con un presupuesto en discusión de algo más de 100 mil millones de pesos, propuesta del gobierno de Milei al Congreso, con el obvio rechazo de la oposición, tampoco acompañó el PRO de Macri-Caputo. El joven Caputo llevó al cargo a uno de sus hombres de confianza, Sergio Neiffert. Poco conocido en el universo político.
El amigo de “Santi” Caputo, 56 años, sin filiación política -quizá un técnico-, antes a cargo del organismo que regentea obras en el Río Matanzas, muy lejos de los Servicios de Inteligencia. Reemplazó cuando “Santi” volteó a Nicolás Posse, al hombre del ex jefe de Gabinete, Silvestre Sívori. Abogado administrativo, ex cercano a Guillermo Dietrich, en tiempos de Mauricio Macri.
Nadie podría explicar mejor que “Santi” Caputo los beneficios de tener el control de la AFI hoy. Si se recuerda a los últimos, desde el amigo de Macri, el representante de futbolistas Gustavo Arribas, representante de Carlos Tévez, luego puesto al frente de la ex-SIDE por Macri y los que siguieron.
Se desconoce si la legisladora PRO Silvia Lospennato, autora del proyecto Ficha Limpia, con el escándalo de Kuieder, ha dicho algo. En nombre de la ética parlamentaria, hace veinte años, entre los actos fallidos de Alberto Fernández, siendo jefe de Gabinete del gobierno de Néstor Kirchner, se sacaba fotos con Eduardo Lorenzo “Borocotó” Jrs. El “pase del año”. Estaba con Macri y cambiaba de club.
Ampliaremos.
*Columnista La Señal Medios, Mundo Amateur (Víctor Lupo), Agencia Nacional y Popular, AGN-Prensa y De Memoria.
13/12/2024