*Por Carlos Raimundi
Milei discurso ante ONU. Sostiene dos estrategias de consecuencias altamente negativas para la Argentina: 1. alejarla de los bloques emergentes, como los BRICS, que están a la delantera del crecimiento del mundo. 2. romper el eje articulador Argentina-Brasil, para impedir que América Latina se constituya en un bloque importante en el actual desplazamiento de la Unipolaridad del capital financiero trasnacional hacia un mundo Multipolar que reconozca diferentes culturas, pensamientos y formas de organización social, política y económica.
El desquicio, la alienación y la patología que presenta su personalidad –una personalidad que no permite lazos interpersonales e inter-grupales por fuera de su esquema mental- no quiere decir que no represente un proyecto apoyado en una alta racionalidad: el anarco-capitalismo financiero.
El prefijo anarco remite al viejo anarquismo que cuestionaba el poder estatal para transferirlo a las masas obreras sindicalizadas. En este caso, se trata de destruir al Estado como administrador de lo público para depositar la gobernanza global en manos de un puñado de magnates y ceos de monopolios privados.
En línea con ese proyecto, el ataque a la ONU es un ataque a los Estados como representación de las políticas públicas, para que, al ceder prestigio, cedan poder a la gobernanza privada. Acusar a todos los países de la ONU de ser socialistas o colectivistas tiene toda la apariencia de un disparate y un absurdo más. Y lo es. Pero, precisamente, se trata de un mensaje caótico para que nadie lo entienda o para no ser tomado en serio. Entretanto, mientras nosotros nos interrogamos por su irracionalidad, el laboratorio de prueba de la gobernanza privada sigue adelante.
Milei expresa, sin duda, un costado que lo convierte en un hazmerreir. Para cualquier argentina o argentino, eso es triste. Pero al mismo tiempo anticipa su final. Mi humilde conocimiento del mundo me indica que los grupos más serios de pensamiento saben distinguir entre este enajenado y el pueblo, la historia y las mejores tradiciones de la Argentina. Que lo hayan votado como tabla de salvación frente al desorden del gobierno anterior, no significa que en esa misma proporción se comparta su delirio.
Por eso creo que no podemos sentirnos lejos de BRICS, de América Latina y los países emergentes, sino aprovechar todos los espacios sociales e institucionales sub-nacionales, como sindicatos, partidos, municipios y gobiernos provinciales –aunque no sustituyan al Estado nacional- para mantener estrechos vínculos con la parte más seria del mundo. Más temprano que tarde estaremos donde se debe estar.
*Exembajador argentino ante la OEA.
26/9/2024