Javier Milei echó este miércoles a la canciller Diana Mondino tras el voto de Argentina en la ONU en contra del embargo de Estados Unidos a Cuba. Gerardo Werthein fue designado como su sucesor, según confirmaron fuentes oficiales. La decisión del libertario agudizó la interna que se vive en el Ejecutivo donde impera la improvisación y el determinismo ideológico.
En la Asamblea General de la ONU, Argentina votó en contra del embargo y apoyando la resolución que pide “poner fin al bloqueo económico comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”. Este texto, presentado por el gobierno cubano, fue aprobado con el respaldo de 187 países, mientras que solo Estados Unidos e Israel se opusieron y Moldavia se abstuvo.
Aun no queda en claro si Mondino actuó de manera deliberada, en contradicción con alineamiento lacayo de Milei con el eje Estado Unidos, Gran Bretaña e Israel, o fue un error de apreciación diplomática. No obstante, en términos históricos esta es la es la 32ª ocasión en que la representación argentina en la ONU se pronuncia de este modo en relación al embargo, una continuidad que ha caracterizado a varias administraciones a lo largo de los años.
La decisión de Milei de destituir a Mondino implica la confirmación de la alineación sostenida por el gobierno desde la llegada de Milei a la Rosada. Sin embargo, las marcadas diferencias internas y la decisión de echar a la hasta ahora canciller, refleja una alto grado de improvisación y de desconocimiento diplomático por parte de una gestión que solo asume alianzas ideológicas en detrimento de los intereses nacionales y continentales.