Por Redacción
La Ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, impulsa un proyecto para que antes de fin de año se implemente un sistema de “vouchers laborales” destinado a reemplazar los planes sociales por esquemas de capacitación coordinados con grandes compañías privadas. La propuesta liberal incluye a Arcos Dorados, operadora de McDonald’s, y a Sinteplast, dedicada a la fabricación de pinturas, en un plan de formación orientado a oficios y tareas técnicas vinculadas con sectores productivos. La medida generó el rechazo de los Movimientos Populares.
Fuentes oficialistas, indicaron que el objetivo es “orientar la asistencia estatal hacia la formación para la inserción en el mercado laboral de trabajo”, con la meta de reducir de manera progresiva la cantidad de beneficiarios de programas sociales. Sin embargo, esto no significa que se generen nuevos planes de trabajo donde quienes resultan destinatarios de la asistencia social puedan integrarse al sistema laboral formal.
Según el planteo oficial, los titulares de planes sociales obtendrían vouchers que permitirían acceder a cursos presenciales dictados por firmas con presencia en actividades productivas y tecnológicas. Por el contrario, desde las organizaciones populares cuestionaron la iniciativa de la cuestionada funcionaria libertaria y remarcaron que el Gobierno no entiende la realidad social de los sectores más humildes.
Nicolás Caropresi, referente de la Unión de Trabajadoras y Trabajadores de la Economía Popular, aseguró: “Me parece una decisión que nada tiene que ver con la realidad del sector ni con la realidad del empleo en Argentina en este momento”. Al mismo tiempo, afirmó que «se perdieron alrededor de 250 mil empleos, está claro que el problema no está en la falta de formación o ganas de trabajar, si no en que no existen políticas económicas y productivas que generen puestos de trabajo».
El dirigente de la UTEP, remarcó que «lo del voucher es una nueva manera de arremeter contra el sector más golpeado por la democracia argentina, que es el de los excluidos y descartados, es una nueva forma, un nuevo poncho, para arremeter contra la organización popular, en momentos en que el gobierno avanza con el intento de imponer la reforma laboral».