*Por Martín Tomassini
Son tiempos neoliberales, tiempos de entrega de soberanía, de dependencia económica y de injusticia social. La derecha internacional, junto a la oligarquía nacional, no deja ningún cabo suelto, embiste por todos lados.
El Gobierno de Cambiemos abrió las puertas del país para la más fabulosa entrega de recursos naturales y económicos. Pero el plan no estaría completo sin un ataque directo a la memoria de la sociedad. Ellos bien saben que no se defiende lo que no se conoce.
Si algo le sobra al neoliberalismo es paciencia. Cuentan con un propósito, con los entregadores, con el poder económico y les sobra el tiempo para conseguir sus objetivos.
“La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.” Constitución Nacional Argentina.
Antes de que Mauricio Macri asumiera, la presidencia de la Nación, dio por tierra la idea de defender la soberanía de nuestro país. Por entonces, hablaba de Malvinas como un fuerte déficit adicional para la Argentina y no entendía el reclamo de soberanía.
Entre las primeras medidas como mandatario realizó un proyecto que destruyó la industria electrónica. Dejando herida de muerte a la economía de Tierra del Fuego, provincia que debería representar una cuestión de soberanía geopolítica y no un gasto monetario.
Si bien se ha prometido colocar la “cuestión Malvinas” en el centro de la relación con el Reino Unido, las acciones demuestran lo contrario. Mauricio Macri fue el primer presidente de la democracia que no mencionó el reclamo por Malvinas en su discurso de asunción.
Parece un chiste creer que mostrarse “manso, tranquilo y sonriente” en Davos podría generar un acercamiento con el Reino Unido. Esta actitud solo sirvió para que David Cameron le aclarase que de ninguna manera iban a producirse conversaciones sobre la soberanía de las Islas.
Los ingleses están entregando permisos de pesca en una zona que está en conflicto y que pertenece a nuestra plataforma continental, en lo que se considera la mayor entrega de soberanía y recursos de la historia. El gobierno no alzó reclamo alguno, ni siquiera amparándose en la resolución de la ONU que tiene 50 años.
Con el nuevo desembarco del Fondo Monetario Internacional (FMI) se aprobó la entrega de hidrocarburos bajo el Mar Argentino. Esta disposición se oficializó el 1 de octubre con un decreto firmado por Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda.
Se hizo un concurso Público internacional para la exploración y explotación de más del 3% de la Plataforma Continental Argentina. El Gobierno entregará la Cuenca Malvinas Oeste, que juega un papel importantísimo por la soberanía de las islas.
Los detalles están en el Plan Energético Argentino:
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/plan_energetico.pdf
La única queja formal que Argentina efectuará contra Gran Bretaña será por los ejercicios militares programados entre el 15 y 29 de octubre, se espera una respuesta no favorable.
Desde diciembre 2015 a la fecha, las actuaciones por Malvinas han sido pobres o nulas. Como ya hemos dicho, el tema “Soberanía” no es solo una cadena de errores en la toma de decisiones. Es una política de estado que la Ceocracia gobernante ha tomó a favor de sus socios en el extranjero.
“La falsificación (de la historia) ha perseguido precisamente esta finalidad: impedir, a través de la desfiguración del pasado, que los argentinos poseamos la técnica, la aptitud para concebir y realizar una política nacional. Mucha gente no entiende la necesidad del revisionismo porque no comprende que la falsificación de la historia es una política de la historia, destinada a privarnos de experiencia que es la sabiduría madre. Para completar la entrega, para que el circulo cierre es necesario realizar un trabajo paralelo hacia el interior de la sociedad. La labor es por goteo y trata de ser imperceptible par el ojo descuidado del ciudadano común.” Arturo Jauretche.
Aunque parezca una nimiedad el hecho de que en varias oportunidades organismos públicos difundan el mapa de Argentina sin Malvinas o con el nombre de “Falkland” es parte de la misma entrega. La mutilación que sufre nuestro mapa va de la mano con lo que los mismos ingleses hacen.
Como contrapartida, existen bastiones para difundir y velar por nuestra historia. En las escuelas se vienen realizando desde hace varias décadas un trabajo donde, de generación en generación, se concientiza sobre nuestra soberanía en Malvinas.
En el museo Malvinas e Islas del Atlántico, sito en la Ex-ESMA, se intenta mantener viva la memoria. Allí no solamente se encuentra la historia de lo que sucedió en la guerra sino desde que las islas fueron descubiertas hasta hoy.
https://museomalvinas.cultura.gob.ar/
Casi inevitablemente, la mano del opresor, también golpea ese espacio. Desde hace casi tres años el museo empezó a sufrir el ajuste. No cuenta con la financiación necesaria para el mantenimiento de la infraestructura y lo que hay solo alcanza para pagar sueldos.
La tecnología volcada en el espacio precisa recursos para su mantención. Por el deterioro, sectores de la exposición se van perdiendo. El más importante se registra en el salón donde se rinde homenaje a los caídos en Malvinas que se encuentra diezmado.
La falta de presupuesto alcanza también a parte del sistema de refrigeración del predio, escaleras mecánicas, proyectores, entre otros. Algunos de los trabajadores del museo tienen un vínculo personal con Malvinas y realizan su tarea con un sentimiento de orgullo y pasión. En el 2016 en un intento de desarmar la estructura, despidieron a 11 de sus integrantes. Los que fueron reincorporados por la lucha que realizo el sindicato.
El atentado contra la soberanía que el gobierno de Mauricio Macri viene realizando, en solo tres años, resulta en un daño que va a costar muchas décadas revertir. Es importante que desde las organizaciones sociales, sindicales y políticas se le de la difusión necesaria a un tema tan sensible para nuestra sociedad. De no mantener la bandera de Malvinas flameando alta, la causa nacional corre peligro de extinción.
*Miembro del Sindicato del Personal de Dragado y Balizamiento / Conductor del programa Puerto Base.