*Por Martín Tomassini
Hace tres meses que se viene armando, con virtudes y defectos, lo que indefectiblemente terminará en la convocatoria a un paro nacional. El trabajo fue incesante, sin pausas ni descanso, para lograr que todos los actores estuviesen alineados y aunque la tarea era difícil, de a poco, se fue logrando que cada uno ocupe el lugar que le corresponde (a excepción de unos pocos, los de siempre).
En modo retrospectivo podemos visualizar que una parte importante del Movimiento Obrero estuvo y se mantiene en la calle. Desde las distintas vertientes sindicales encontramos actividades de protesta que fueron dando el marco necesario para que se produzca el aclamado paro nacional.
Paradójicamente encontramos, dentro de las líneas internas de distintas asociaciones gremiales, a compañeros que sin una lectura analítica de lo acontecido se dedican a romper lo que tanto costó construir. Generalmente son segundas o terceras líneas que, en vez de bajar un mensaje claro a las bases, se transforman en revolucionarios de Whatsapp y se dedican a tirar piedras contra la conducción nacional sin hacerse cargo de los problemas que tienen filas adentro.
Entonces encontramos a dirigentes de sindicatos que, cierran paritarias a la baja, firman convenios en contra de los trabajadores y abandonan la lucha a mitad de camino, son los primeros en protestar y pedir que la CGT solucione alguno de los problemas que ellos mismos provocaron. Si cada uno hubiera dado la pelea por lo micro lo macro hoy no sería tan grande y tan urgente.
Nos encontramos en un momento que requiere una verdadera unidad para pelear contra estas políticas económicas que nos están llevando al fracaso. Sin embargo, seguimos siendo fogueados por los que nada hacen. De ellos nada se espera.
Párrafo aparte. Algunos compañeros dedicados al arte de informar también se terminan por comer la curva. No hablo de los que trabajan en los medios dominantes, sino de los otros, los nuestros, los que día a día deberían intentar buscar otra mirada. Pero se los termina comiendo el contenido ideológico que traen grabado a fuego y que no los deja mirar más allá de sus propias creencias.
Los que buscamos información alternativa elegimos una manera distinta de estar informados. Pero si terminamos oyendo lo mismo de los dos lados de la balanza acabamos encerrados, privados de información.
Retomando. Se abrió un compás de espera – que a algunos desespera – entre el gobierno y la CGT en el marco de cinco puntos que el Movimiento Obrero exige. Ya escuchamos las voces disidentes que hablan de traición. Es muy difícil que el gobierno pueda acceder a ese reclamo, pero si llegara a ser así, ¿Qué dirán estos críticos?. Si no se llega a un acuerdo y el próximo martes se convoca a un paro nacional, ¿De que van a hablar entonces? Los que están en desacuerdo, los que creen que son la voz de la sociedad ( “la gente”). Los que están desesperados por un paro ¿Por qué no convocan ellos?
Estamos a las puertas de un paro nacional y cuando esto suceda espero que todos los actores, de esta novela, garanticen la protesta y que ninguno desaparezca. Que ninguno se haga el boludo, porque los pingos se ven en la cancha.
* Conductor de Puerto Base / Sindicato de Dragado y Balizamiento