Por Redacción
El papa León XIV renovó este domingo su llamado urgente a la paz en medio de la creciente violencia que azota Medio Oriente. Tras celebrar la misa dominical en la catedral de Albano, se dirigió brevemente a los periodistas para manifestar su profunda preocupación por la situación en Gaza. Desde Castel Gandolfo, luego del rezo del Ángelus, amplió su mensaje con un fuerte pedido para el cese inmediato de la guerra y el respeto al derecho humanitario.
Al iniciar su discurso posterior al Ángelus, León XIV expresó su gratitud por la misa celebrada esa mañana en Albano: «Fue un momento significativo de comunión eclesial y encuentro con la comunidad diocesana. Agradezco al arzobispo Vincenzo Viva y a todos los que trabajaron para organizar esta hermosa celebración. ¡Mis mejores deseos a toda la comunidad diocesana!».
Saludó a peregrinos, jóvenes, familias y movimientos presentes en Castel Gandolfo, y destacó iniciativas de oración como la «Maratón de Oración por los Gobiernos», impulsada por el Foro Internacional de Acción Católica. El Papa afirmó: «La invitación es a detenernos, al menos un minuto, para orar y pedir al Señor que ilumine a nuestros gobernantes e inspire en ellos proyectos de paz».
Antes de concluir, anunció que regresará al Vaticano en los próximos días tras dos semanas de retiro en Castel Gandolfo y finalizó con un saludo: «Les agradezco a todos su bienvenida y les deseo un feliz domingo». En un diálogo informal con la prensa tras la misa en Albano, el pontífice denunció el aumento de conflictos en el mundo. Declaró: «El mundo ya no soporta más tantos conflictos, tanta guerra. Hay que rezar, sí, pero también trabajar concretamente por la paz».
Al referirse al ataque reciente del ejército israelí contra la iglesia católica de la Sagrada Familia en Gaza, que causó la muerte de tres cristianos y dejó doce heridos, insistió en la necesidad de diálogo y en «deponer las armas». El Papa confirmó que mantuvo una conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la que resaltó la importancia de «proteger los lugares sagrados de todas las religiones» y trabajar con respeto por las personas para poner fin a «tanta violencia, tanto odio, tantas guerras».
Desde Castel Gandolfo, luego del Ángelus dominical, León XIV expresó: «Expreso mi profundo pesar por el ataque del ejército israelí contra la parroquia de la Sagrada Familia en la ciudad de Gaza. Rezo por las víctimas: Saad Issa Kostandi Salameh, Foumia Issa Latif Ayyad y Najwa Ibrahim Latif Abu Daoud, y siento un afecto especial por sus familias y todos los feligreses».
Denunció que ese ataque «se suma a los continuos bombardeos contra la población civil y los lugares de culto en Gaza» y pidió el «fin inmediato de la barbarie de la guerra» junto con una «solución pacífica al conflicto». El pontífice instó a la comunidad internacional a asumir sus responsabilidades: «Pido que se respete el derecho humanitario y la obligación de proteger a los civiles, así como la prohibición de los castigos colectivos, el uso indiscriminado de la fuerza y el desplazamiento forzado de poblaciones».
Dirigiéndose en especial a los cristianos de Medio Oriente, expresó que «comparto su sentimiento de poca influencia en esta trágica situación. Están en el corazón del Papa y de toda la Iglesia. Gracias por su testimonio de fe». Concluyó invocando a María como «mujer del Levante» y «aurora del nuevo Sol», para que proteja a los pueblos y guíe al mundo hacia «el amanecer de la paz».
