Por Redacción
Las emisiones anuales de gases de efecto invernadero alcanzaron un nivel sin precedentes, y es crucial tomar medidas urgentes para prevenir picos catastróficos de temperatura y evitar los peores efectos del cambio climático, según el Informe de la ONU sobre la Brecha de Emisiones 2024, publicado el jueves por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El informe reveló que las emisiones anuales están en su punto más alto, con un incremento del 1,3% el año pasado. Para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados y evitar los efectos más severos del cambio climático, se requiere una disminución del 9% anual hasta 2030. Sin embargo, las políticas actuales encaminan al mundo hacia un alarmante aumento de 3,1 grados centígrados para finales de siglo.
El PNUMA reconoció que “a la fecha existe poca confianza en la aplicación de estos compromisos de cero emisiones netas”. Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, subrayó: “Ha llegado la hora de la verdad. Necesitamos una movilización mundial a una escala y a un ritmo nunca vistos, empezando ahora mismo, antes de la próxima ronda de compromisos climáticos”.
De no lograrse, el objetivo de mantener la temperatura media de la Tierra 1,5 grados centígrados por encima de la era preindustrial “pronto estará muerto, y muy el aumento de 2 grados centígrados ocupará su lugar en la unidad de cuidados intensivos”.
El informe, presentado en la conferencia mundial sobre biodiversidad COP16 en Cali (Colombia), trazó la brecha entre las emisiones globales proyectadas y las necesarias para limitar el calentamiento a los 1,5 grados. Para que este objetivo se mantenga viable, las naciones deben comprometerse colectivamente a reducir el 42% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero para 2030 y el 57% para 2035 en sus planes nacionales.
Estos planes deben incluir estrategias para reducir las emisiones y adaptarse a los impactos climáticos, como sequías, inundaciones y fenómenos meteorológicos extremos, asegurando también los fondos necesarios y actualizando los objetivos cada cinco años. La próxima ronda para adquirir nuevos compromisos nacionales será a principios de 2025, antes de las conversaciones sobre el clima de la COP30 en Brasil. Según el informe, si no se llevan a cabo reducciones drásticas, el mundo podría enfrentar un aumento inevitable y catastrófico de 3,1 grados.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, afirmó que existe una relación directa entre el aumento de las emisiones y la creciente frecuencia e intensidad de los desastres climáticos. En un mensaje de vídeo, advirtió: “Nos estamos tambaleando sobre una cuerda floja planetaria. O los líderes colman la brecha de emisiones o nos lanzamos de cabeza a un desastre climático, en el que los más pobres y vulnerables serán los que más sufran”.
El funcionario destacó la importancia de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29), que comenzará en noviembre en Bakú (Azerbaiyán), como una plataforma para debatir nuevos y ambiciosos planes nacionales. En tal sentido, insistió en que “los gobiernos han acordado alinear estos planes con 1,5 grados”, lo que implica que deben reducir todas las emisiones de gases de efecto invernadero, abarcando toda la economía y promoviendo avances en todos los sectores.
Guterres instó a las economías más grandes, los miembros del G20, responsables de aproximadamente el 80% de todas las emisiones, a liderar este proceso. No obstante, el funcionario de la ONU, afirmó que “el informe de hoy muestra que las tecnologías existentes y asequibles pueden lograr las reducciones de emisiones que necesitamos hasta 2030 y 2035 para cumplir el límite de 1,5 grados, pero sólo con un aumento de la ambición y el apoyo”.
El informe destacó el potencial significativo para reducir las emisiones en hasta 31 gigatoneladas de CO₂ para 2030, lo que representa aproximadamente el 52% de las emisiones registradas en 2023, y en 41 gigatoneladas para 2035. Al mismo tiempo, sugirió que el impulso del uso de la energía solar fotovoltaica y eólica podría contribuir al 27% de la reducción total en 2030 y al 38% en 2035.
Otro eje trascendente es la conservación de los bosques que podría aportar alrededor del 20% de las reducciones necesarias en ambos años. También se proponen estrategias como la mejora de la eficiencia energética y la electrificación de diversos sectores, así como la transición desde los combustibles fósiles en edificios, transporte e industria.
Sin embargo, el informe enfatizó que para materializar incluso una fracción de este potencial se requerirá una cooperación internacional sin precedentes y un enfoque global por parte de los gobiernos, centrado en maximizar los beneficios socioeconómicos y medioambientales y minimizar las compensaciones.
25/10/2024