Pensamiento Nacional

“La raza oligarca de los explotadores”

La imagen bien podría pertenecer a una serie de ciencia ficción, pero no: es la realidad concreta. Pesada, densa, fría. Todo el gabinete alineado detrás y a los costados del libertario. Una frágil figura que necesita mostrarse sostenido por un séquito de fariseos amantes de la traición y las miserias humanas. El montaje sirvió para adular al Fondo Monetario Internacional y para justificar la ejecución de la violencia económica que recaerá con todo su peso sobre los más humildes, la clase trabajadora.

En los medios del régimen, sean reaccionarios o liberales progresistas, la postal efectiva del descontento social se sepultó debajo de la montaña de bosta con la que se construye la estructura comunicativa de la propaganda. Miles de personas salieron a las calles en todo el país para mostrar su repudio a la política de la colonia el último miércoles. Al día siguiente, los sectores estratégicos para la economía se vieron paralizados por una huelga que evidenció la profundización de la crisis social y económica que atraviesa el país manejado por un grupo de farsantes y de canallas al servicio de la oligarquía tecno-financiera.

La efectividad de la medida no se diluyó, a pesar de que la Unión Tranviarios Automotor no hizo honor a su historia y alimentó el boicot oficial al paro general. Una gran parte de trabajadores que no paró aseguró estar a favor de la medida. El día a día y la crisis no permiten que aquellos que se encuentran inmersos en la precariedad laboral puedan ejercer su derecho a huelga sin sentir culpa por perder un día de salario. Tal vez sea un triunfo del régimen. Romper la solidaridad entre laburantes es un beneficio del que goza el enemigo.

También estuvieron otros, los mínimos, por cierto, que sostuvieron el cándido argumento de que este país se saca adelante con trabajo. Paradójicamente, esa explicación pasa por alto el hecho de que Milei detesta a los trabajadores y no concibe al aparato productivo como motor de la economía. Un síntoma que se despliega por su biografía. Ese pensamiento tampoco tiene en cuenta que un ingreso promedio es de 442.596 pesos para quienes son los verdaderos creadores de la riqueza del país, mientras que los que viven de esa riqueza acumulan fortunas que oscilan entre los 8.000 y 1.200 millones de dólares.

Los oligarcas tienen el corazón frío y las cuentas llenas. No son personas extraordinarias; son individuos inhumanos, egoístas, pero, sobre todo, son anti-argentinos. Tienen nombre y apellido: Marcos Galperin, Paolo Rocca, Eduardo Eurnekian, Eduardo Costantini y Delfín Jorge Ezequiel Carballo, Alejandro Bulgheroni, Mauricio Macri, entre los más reconocidos.

El CEO de Mercado Libre es uno de los argentinos más ricos. Ostenta una fortuna de 8.000 millones de dólares. El patrón de Milei, Eduardo Eurnekian, por ejemplo, acumula en su haber 3.400 millones de dólares. Ninguno de estos parásitos del éxito ha utilizado su capital para la grandeza de la Nación, mucho menos para mejorar las condiciones materiales de los trabajadores. Todos tienen un denominador común: se llevan las ganancias afuera y dejan en el país deudas. Al mismo tiempo, exigen mayor flexibilización laboral e impositiva para ampliar su rentabilidad.

Vale recordar, una vez más, que tienen su fortuna en dólares. El juego financiero los favorece siempre. Nunca pierden. Como los gatos, suelen caer parados en todas las crisis. Ellos son ese poder real que la política suele dejar sin identificar. Mueven los hilos a conveniencia. Esto desmonta el andamiaje sobre el cual el régimen pretende vigorizarse: propagar la idea de que el sindicalismo, los dirigentes sindicales, son los que perjudican a los trabajadores. Al  trabajo lo perjudican quienes, como Milei, Caputo, Bullrich y Sturzenegger, se entregan al mejor postor por un puñado de dólares.

Entre el buitre y el león

La campaña que esta semana se montó a favor de la moneda de dominación pregonó el falso diagnóstico de lo necesario. El liberalismo predica sobre andamiajes rebosados con bosta. Sin embargo, el derrotero de cuentos completos que se reversionan ante nuevas viejas crisis cae siempre en su misma trampa. En la ciudad de Buenos Aires, la ciudad de la miseria, son cada vez más las personas que revuelven los “modernos” tachos de basura para procurarse algo con lo que engañar al estómago.

No es el país de Alicia. Es el universo del Jugador, de Dostoyevski, donde el gobierno nos ofrece el árbol del suicidio. Hay quienes afirman que es aún peor. Milei juega a la ruleta rusa. El arma apunta a nuestra cabeza, así que él no tiene nada que perder si dispara y sale la bala. El daño recaerá sobre los jubilados, sobre los niños, sobre los hombres y mujeres que en la diaria sobreviven casi sin aliento.

Príncipes y mendigos. Del acuerdo con el Fondo Monetario los argentinos no veremos un dólar. Sin embargo, seremos deudores de un préstamo que no necesitamos ni pedimos. El FMI no es solo el acreedor material del país, es el dueño de nuestras vidas. Nos dice qué es lo que tenemos que hacer y cómo. Con eso garantiza que nuestra dependencia sirva para alzarse con los reembolsos de capital. Milei festejó al acreedor, celebró la entrega en bandeja de plata del cuerpo y alma del pueblo. Sobre los restos de la Nación edifica su santuario colonial. El dólar es la patria de la colonización.

Hace porque puede. La decisión de la dirigencia de esa figura abstracta que se hace llamar campo nacional y popular es recluirse en su laberinto. Celebra su réquiem como un aquelarre de brujas y brujos que se quedaron sin hechizos. Están adormecidos en medio de la tempestad, repartiéndose las migajas de lo que nos queda de vida. Divagan con los cantos épicos de la Odisea, pero no advierten que habitan el infierno del Dante. Cada vez que se adentran más en los pasillos de ese caos, sutilmente ordenado, más se alejan de Perón y de sus bases de sustento político.

Vuelven a abandonar a Jesús en la cruz. La maraña de mensajes no encripta los desatinos políticos que sostienen al régimen. En los últimos días, Cristina Fernández de Kirchner llamó a un séquito de intendentes para negociar una especie de tregua en la provincia de Buenos Aires con el “kicillofismo”. Consciente de la pérdida de acumulación interna, quedó atrapada entre la falsa unidad y la sonora ruptura. Algo parecido le pasó al Frente Renovador: Massa no logró sumar la adhesión de intendentes y de cuadros bonaerenses propios. Ninguno de ellos quiere ir contra Kicillof.

Acá estamos, así estamos. El invierno no llega porque el verano no termina de irse. El pensamiento del nacionalismo popular no acepta ya las medias tintas y los pobres siguen sin ser escuchados. Las miserias del mundo atormentan a los que empiezan a perder y a los que no les queda futuro posible. Al mismo tiempo, el mundo se estrella contra las paredes resquebrajadas de un sistema envejecido que amenaza con rejuvenecer mal.

Entre tanto ruido sordo se escucha la voz de Evita: “Los gobernantes del pueblo deben seguir viviendo con el pueblo. Es una condición fundamental para que los pueblos no se sientan traicionados”.

En este contexto, aun con sus contradicciones y sus tensiones internas, el Movimiento Obrero recoge el mensaje de Eva: “Podrán vencernos un día, en la noche o de sorpresa, pero si al día siguiente nos largamos a la calle, o nos negamos a trabajar, o saboteamos todo cuanto ellos quieran mandar, tendrán que resignarse a devolvernos la libertad y la justicia”.

Aún, en el país roto, existen quienes aún creen en el pueblo, en su carne y en su alma. Es lo que no entiende la dirigencia política que pregona la orfandad: tienen la obligación ética y política de entregarse al pueblo. Entre leones y buitres no existe la razón de la Justicia Social, ellos son depredadores. Eso es todo.

El paro general del último jueves fue fundamental para que “los hombres del pueblo, los de clase que trabaja, no se entreguen a la raza oligarca de los explotadores. Todo explotador es enemigo del pueblo. ¡La justicia exige que sea derrotado!” (Evita). Es la hora, es ahora.

Quien se ha puesto de rodillas es Milei, el enemigo del pueblo.

 

 

 

 

 

12/4/2025

 

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