Por Redacción
El Ministerio de Defensa ruso informó que el Ejército derribó cinco de los seis misiles balísticos lanzados por Ucrania durante la madrugada de este martes contra una instalación militar en la región de Briansk, Rusia. Los proyectiles, de largo alcance y de fabricación estadounidense ATACMS, fueron autorizados al Ejército ucraniano por Washington, Francia y Reino Unido para atacar objetivos dentro del territorio ruso.
El ataque se produce tras la autorización de los países miembros de la OTAN a Ucrania para escalar el conflicto. Las acciones de estas características cuentan con el beneplácito de Estados Unidos. Según el Ministerio de Defensa ruso, los sistemas de defensa aérea S-400 y Pantsir fueron los encargados de interceptar y destruir los proyectiles.
Sin embargo, el sexto misil resultó parcialmente dañado, y sus fragmentos provocaron un incendio en el área de impacto, que se extinguió rápidamente. El hecho subraya la capacidad defensiva de Rusia y su preparación ante los ataques que han intensificado en los últimos meses. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió sobre las posibles consecuencias de este ataque: “La autorización a Ucrania para atacar objetivos en el interior de territorio ruso con misiles de largo alcance podría atrapar una nueva espiral de tensiones”.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov subrayó que, si Kiev continúa con estos ataques a objetivos en el interior de Rusia, este será considerado como un acto de participación directa de la OTAN en el conflicto. Moscú, advirtió, responderá con una acción “inevitable y destructiva”, lo que eleva aún más las preocupaciones sobre una mayor implicación de la Alianza Atlántica en el enfrentamiento.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ratificó recientemente la actualización de la doctrina nuclear del país, en la cual se establece que una agresión contra su territorio o el de sus aliados, perpetrada por un Estado no nuclear respaldado por uno nuclear, se considera un ataque conjunto.
En este marco, Rusia se reserva el derecho de utilizar armas nucleares en respuesta a cualquier ataque con armas de destrucción masiva contra su territorio o sus aliados. Este posicionamiento subraya la gravedad con la que Moscú percibe los ataques a su territorio y cómo los desafíos en el campo de batalla pueden desencadenar una respuesta.
19/11/2024