Por Redacción
El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, expresó este miércoles su gran alarma por la escalada militar entre Israel e Irán y exigió una desescalada inmediata que conduzca a un alto el fuego. En tal sentido, expresó: “Hago un llamado enérgico a todos para que eviten una mayor internacionalización del conflicto. Cualquier intervención militar adicional podría tener enormes consecuencias, no solo para los implicados, sino para toda la región y para la paz y la seguridad internacionales”.
Guterres reiteró su exhortación a seis días de intensos bombardeos y lanzamientos de misiles iniciados cuando Israel atacó plantas nucleares e instalaciones militares iraníes el viernes pasado. En respuesta, Irán lanzó ataques contra Tel Aviv y otras ciudades de Israel. En un comunicado, el Secretario General condenó “la trágica e innecesaria pérdida de vidas y lesiones a civiles, así como los daños a viviendas e infraestructuras civiles esenciales”.
Guterres puntualizó que “la diplomacia sigue siendo la mejor y única vía para abordar las preocupaciones relativas al programa nuclear de Irán y las cuestiones de seguridad regional”. Subrayó que la Carta de la ONU es el marco común para proteger a las personas del flagelo de la guerra e instó a todos los Estados Miembros a respetarla estrictamente junto al derecho internacional, incluido el derecho internacional humanitario.
En tanto, la alta comisionada adjunta de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Nada Al-Nashif, se pronunció sobre la crisis y aseguró que “la Oficina de Derechos Humanos conmina a la distensión y a la celebración de negociaciones diplomáticas urgentes para poner fin a los ataques y encontrar una solución”.
Al cumplirse seis días de enfrentamientos, Al-Nashif informó al Consejo de Derechos Humanos que miles de residentes huyen de algunas zonas de Teherán debido a las advertencias que afectan amplias áreas de la capital iraní. Manifestó que “la situación es muy preocupante porque se están atacando zonas pobladas, con informes de víctimas civiles. Es imperativo que ambas partes respeten plenamente el derecho internacional, en particular garantizando la protección de los civiles en zonas densamente pobladas y de los bienes de carácter civil. Insto a todos los actores influyentes a que participen en negociaciones con carácter prioritario”.
Las cifras oficiales más recientes indican que en Irán han muerto más de 200 personas, mientras que en Israel la cifra supera las 24 víctimas, con la violencia sin indicios de cese próximo. Ali Bahreini, embajador iraní ante el Consejo de Derechos Humanos, calificó el ataque israelí del 13 de junio como “la peor violación” de las leyes internacionales.
El diplomático denunció que “los continuos ataques ciegos contra zonas residenciales, el bombardeo de suministros vitales, la explosión de recursos de agua potable y los imprudentes bombardeos contra instalaciones nucleares están afectando de inmediato a la población civil y al pueblo de Irán”. Señaló que los ataques a las instalaciones nucleares podrían provocar una fuga peligrosa para la población local.
El embajador sostuvo: “Esto no es un acto de guerra contra nuestro país, es una guerra contra la humanidad” y demandó “la rendición de cuentas de Israel y el repudio internacional a sus acciones”. Bahreini insistió en que “las acciones de Israel no se limitan a uno o dos países, sino que están dirigidas contra toda la humanidad y atentan contra todos los derechos humanos. Esta impunidad debe terminar”.
Israel no forma parte del Consejo de Derechos Humanos desde principios de este año. En otro frente, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) informó que dos instalaciones iraníes de producción de centrifugadoras sufrieron daños importantes durante ataques recientes. La agencia de la ONU detalló que los bombardeos alcanzaron las plantas de Karaj y el Centro de Investigación de Teherán. En este último, un edificio dedicado a la fabricación y prueba de rotores de centrifugadoras avanzadas resultó impactado.