Por Redacción
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos modificó este miércoles la proyección de crecimiento del Producto Bruto Interno argentino y lo estableció en un 3,6 % para el éste 2022. Esto representa un alza del 1,1 % más que la estimación que el mismo organismo realizara en diciembre del año pasado.
De esta manera, el crecimiento previsto por la OCDE para nuestro país se convierte en el segundo más alto de América Latina, lo supera Colombia por el 6,1%. Se impone frente al 3,2 % de Costa Rica, al 1,9 % de México, al 1,4 % de Chile y al 0,6 % de Brasil. La organización proyectó un crecimiento del PBI del 5,56 % para el bienio 2022-2023.
El informe del organismo internacional ratificó que “tras el fuerte repunte registrado en el segundo semestre de 2021, se prevé que el PIB aumente un 3,6% en 2022 y un 1,9% en 2023. El reciente acuerdo con acreedores externos disminuirá la incertidumbre en materia de políticas económicas y ayudará a reducir gradualmente los arraigados desequilibrios macroeconómicos”.
Por otro lado, especificó que “la inflación ha alcanzado el 58% en términos anuales y está relacionada en gran medida con factores internos, ya que muchos precios internos están desvinculados de las tendencias globales. Además, los controles cambiarios, las bajas reservas de divisas y el limitado margen de actuación fiscal mantienen los riesgos elevados, lo cual pesará sobre la inversión en 2022 y 2023”.
A pesar de los datos que versan sobre el potencial crecimiento económico, la OCDE advirtió que “la invasión de Rusia en Ucrania inmediatamente ralentizó la recuperación de la pandemia de Covid-19 y provocó que la economía global se embarque en un camino de menor crecimiento y mayor inflación”.
Del mimo modo, señaló que “si buen el empleo se ha recuperado totalmente de la pandemia y el desempleo se está reduciendo, los salarios reales continúan por debajo de los niveles de 2019. La inflación ha subido un 58 % en un entorno de expectativas de inflación no anclado y supone un lastre para el gasto de consumidores”.
El informe de Perspectivas Económicas señaló que “el cumplimiento de las metas fiscales depende de la reducción del 2,3% del PBI gastado en subsidios a la energía en el Gran Buenos Aires, donde los precios minoristas regulados que pagan muchos hogares y pequeñas empresas cubren menos de la mitad de los costos”.
El organismo internacional aseguró, en el plano internacional que “la persistencia de los problemas en las cadenas de suministro y de mayores incrementos en los precios de la energía y los alimentos provocarán que la misma persista en niveles altos por más tiempo de lo esperado y alcanzando niveles no vistos desde los ’70 en algunas economías avanzadas”.
Por último la OCDE adelantó que “existe un riesgo de una seria crisis alimenticia sobre todo en las economías más pobres por los elevados costos y la posibilidad de escasez”.
8/6/2022