Por Gustavo Ramírez
Este suelo supo ser la tierra donde los “únicos privilegiados eran los niños”. Hoy, la indigencia alcanzó al 14,3 % de los chicos. En una reciente entrevista, que realizamos en La Periferia, el referente de Camioneros Solidarios de Lomas de Zamora, y titular de las 62 Organizaciones Peronistas de dicha localidad, Luis Coronel nos contó que hace unos días un pibe se le acercó y le pidió un yogur porque no se acordaba que gusto tenía.
¿Cómo llegamos a naturalizar esto? ¿Qué no hicimos como comunidad para qué se normalice la pobreza durante estos años de democracia?
El mismo dirigente sindical narró que el Sindicato de Camioneros organizó una olla popular para 1.500 personas, también en Lomas, concurrieron cerca de 5.000. Por estas horas, legisladores de distintos espacios especulan con el “poroteo”, en la Cámara de Diputados, para ver si aprueban o no el DNU 70/23 a Javier Milei. Es una resonante ironía.
¿Por qué la persona humana ha dejado de ser el centro de la escena? ¿Cuándo fue que se terminó por aceptar que la Justicia Social se redujo al asistencialismo estatal? ¿Por qué se dejó de escuchar a los trabajadores, a los humildes?
La “indignidad de la injusticia” también se normalizó. Los pactos sociales que se hicieron de espaldas al pueblo trazaron un camino de ruptura que no se ha podido subsanar. La garantización de los comandos de superestructura, determinaron el abandono de la gente. Si es más importante el superávit financiero que llenarle la panza a un pibe es porque nos fuimos al carajo.
La calle duele. Perdió su alegría. El ruido artificial de sus carteles de publicidad, y de propaganda del Régimen, contrasta con la cantidad de jóvenes que duermen en ella. El no hay futuro del punk se materializó de la manera más brutal, al mismo tiempo que se naturalizó. Pero persiste el silencio estruendoso de quienes trabajan a diario para sostener a los caídos.
Perón aseguró que sin independencia económica no habría Justicia Social. Si miramos a nuestro costado, incluso si nos miramos a nosotros mismos, podremos distinguir que la cultura de la bestia se apoderó de nuestra vida hasta reducirla a una mera expresión de supervivencia. La quimera del capital y los gritos desquiciados de Milei a algunos le pudrieron el corazón.
De repente, un día despertamos y solo éramos un número en una hoja Excel. Y así transcurrimos, discutiendo si los perros de Milei son personajes de los Muppets o grotescos seres inmateriales que encabezan las apócrifas “Fuerzas del cielo”. Lo accesorio se convirtió en trascendente. La ley mediática de la uniformidad de pensamiento.
Todo se reduce a números. Tratamos de cuantificar todo para poder agarrarlo. No alcanza con verlo. No sirve que esté ahí. De hecho esta nota comenzó con números, pero ¿Se pueden cuantificar las lágrimas de un padre que no tiene para comprarle un yogur al pibe? Sin embargo, entre el pueblo trabajador prexiste la redención. Y siempre hay alguien predispuesto a ayudar.
Uno de los objetivos del Régimen es deshumanizarnos. Convertirnos en un cúmulo de sujetos pasivos subordinados al paradigma de la violencia económica. La máquina trituradora, que se puso en marcha el pasado 10 de diciembre, parece no detenerse. Avanza. Sin libertad. Lo que deja en el camino son personas. ¿Por qué? Quién sabe, el Diablo también se manifiesta de maneras misteriosas. En realidad no hay una sola razón, ellos tienen un sin número de explicaciones. Ya las conocemos. Están a la vista. Ninguna satisface de la demanda de la periferia.
Un dirigente político del peronismo, nos aseguró que Milei gobierna con la hermana y las redes sociales. Nada más. Es extraño, porque la afirmación mueve a risa. Pero no tiene gracia. El vacío político, que se traduce en desidia de gestión, se está cargando a una nueva generación de argentinos. Otra vez. La cuadratura del círculo. Lo que es se ha visto ya. El mismo dirigente trazó un diagnóstico apocalíptico. Está claro, que esto, de seguir así, no termina bien para nadie.
Los conflictos sindicales empiezan a multiplicarse. Todos los sectores entraron en un tembladeral. Y el gobierno amenaza con profundizar el conflicto. Amenaza, nos amenaza a todos. Cuando puede manda a la jauría policial a reprimir. El derecho de las bestias: La cobardía del uniformado que le da vuelta la cara a su origen, que se cree superior cuando no es más que sirviente de intereses que no le son propios. Palo y a la bolsa, la cotización del servilismo. El perro del buen salvaje.
Mientras tanto, en los comedores comunitarios se hacen malabares para multiplicar el pan. Es cierto, por cosas como estas a Jesús lo crucificaron. Al escribir estas líneas me doy cuenta que no hay nada más revolucionario que la fe en la comunidad, en la solidaridad. La fe es algo que los reaccionarios, libertarios y demás parásitos sociales, no pueden cuantificar. Eso los desespera. Aún en las peores condiciones los humildes creen. Evita creyó en ellos. Nosotros también.
Dependemos de la rosca en la Cámara de Diputados, rezan algunos mensajes entre líneas, en torno al DNU 70/23. ¿Dependemos de la rosca en la Cámara de Diputados? Milei no es un alienígena, puede que esté alienado, pero es de carne y hueso e inestable. Parece que no tiene nada que perder, pero eso no es verdad. Si así fuera no se enardecería con el pueblo cuando no obtiene las respuestas que desea. El golpe del Senado impactó de lleno en su cara. Todo le duele al gobierno. Y lo exaspera. Por eso reacciona con violencia.
¿Entenderá Milei qué nada dura para siempre y que su desgobierno es finito. Aun cuando los diputados le aprueben el DNU? ¿Entiende algo Milei más allá de las redes sociales?
El presidente le pone precio a nuestra vida porque desprecia la suya. Pretende ejecutar un plan de permanente coerción social. Extorsiona. Y sobre eso edifica su propia tumba política. Hacia allí nos quiere llevar a todos. Algunos, más subordinados que mansos, se dejan arriar domesticados por las palabrerías zonzas del materialismo voluntarista. Se arriman al matadero, contentos de oler su propia sangre.
Bajó la bolsa, subió el dólar. Horas y horas haciendo cálculos, derramando tintas para escribir palabras inertes, términos intrincados, y banalidades estridentes, que no hacen más que justificar el ego de sus autores. Pero ellos al pibe no le acercan un yogur. Ni siquiera reparan en su existencia. Solo pueden verse a sí mismos, despreciándose como seres humanos. Esos cagatintas, como Milei, tampoco tienen amor por sí mismos.
El león parece no tomar nota que lo están cazando y que los cazadores habitan en su propia manada. Su rugido no conmueve a la selva. El capital no tiene favoritos. Todo es material descartable. Incluso un presidente. Sobre todo un presidente servil. Patológicamente animal y mundanamente servil. Lo comenzaron a morder de todos lados. Son demasiados frentes abiertos, cruzados por una frontera que no supo marcar porque desconoce el territorio. La indignidad de las bestias le pasa facturas al felino que envejeció rápido. Demasiado rápido.
En tanto, en lo real concreto, las organizaciones sindicales, sociales, comunitarias, tienen algo en claro: la Justicia Social no se negocia. Frente al todo o nada de Milei la organización comunitaria dota de contenido el mapa del territorio. Ese lugar al que el presidente no llega. Un voto es tan efímero como un posteo en X. El no lugar. Si el mandatario decide doblar la apuesta, su gobierno puede tornarse en un infierno para él mismo.
Son las organizaciones libres del pueblo las que en los barrios cumplen con el mandato de doctrina peronista, pero también con las premisas del Papa Francisco: Hacer justicia juntos. Por estas horas, la conducción de la CGT evalúa la realización de una nueva medida de fuerza a nivel nacional para finales de abril, principios de Mayo. En el medio hay dos fechas importantes: el 24 de Marzo y el 1° de Mayo. Milei no puede tapar el sol con los dedos, ni con un “me gusta”.
Lo real, lo efectivo, es que el significante libertad solo adquiere sentido en relación a la independencia económica, la Justicia Social y la Comunidad Organizada. Mientras la injusticia social exista el peronismo tendrá motivo para humanizar la causa más allá de los relatos.
15/3/2024