Por Lucas Schaerer
Los rotos, los sobrantes, que caen en las adicciones de las drogas o el alcohol, en el partido bonaerense de La Matanza, forman una gran familia. Acompañadas por los curas y diáconos en las villas matanceras las madres de los adictos los rescatan de la autodestrucción. Allí donde se pierde la esperanza, donde todo es crueldad, las madres con la fuerza de la fe en Dios, su hijo Jesús y su madre, la Virgen, se ponen en salida, se organizan y construyen la Familia Grande de los Hogares de Cristo, el dispositivo donde sus hijos se rescatan de la droga y la exclusión más abyecta.
La iglesia en salida, peregrina, y samaritana es colectiva en la Matanza. Lo vi y viví en la mañana del lunes feriado 21 de agosto, en Gregorio de Laferre. Fue en la rotonda del kilómetro 29 de la ruta provincial número 3, también llamada avenida Juan Manuel de Rosas, donde se definió el punto de inicio de la peregrinación. Había una inusual tranquilidad. En un día laboral allí miles de vecinos matanceros se apuran, en la oscuridad de la madrugada, para subir a los colectivos que lo llevan a la Ciudad de Buenos Aires. Aprovechando el feriado que recuerda al libertador argentino, General José de San Martín, la iglesia matancera se puso nuevamente en salida, a tan sólo una semana de las elecciones nacionales conocidas como PASO.
La Matanza es tan enorme que la iglesia católica hace tiempo dividió el territorio eclesial en la diócesis de San Justo y otra en Laferre. Eduardo García, conocido como el Gallego, y Jorge Torres Carbonell, apodado Poroto, comandan el clero de los respectivos distritos católicos. Dos obispos venidos del centro, la Ciudad de Buenos Aires, donde pastorearon y fueron pastoreados con el entonces arzobispo y cardenal, Jorge Mario Bergoglio. Allí los porteños obispos se re-ungieron, son evangelizados y se convierten por la fe del pueblo matancero.
“Que linda la iniciativa de las dos diócesis de caminar juntos en la esperanza, hacerlo desde el corazón de las madres que es esperanza, porque cada parto es una esperanza, de aquello que nace, que crece, que acompañamos para que sea vida y vida buena de Dios”, dijo el obispo García desde un camión que sirvió de escenario para hablar a la multitud de creyentes organizados en centros barriales, capillas, parroquias que sostenía en alto carteles con consignas como: “educación y salud para los chicos de nuestro pueblo”, “un pibe en el club es un pibe menos en la calle”, “recuperarse en vos alta para que otros no mueran en silencio”, “tierra, techo y trabajo” también pasacalles de color amarrillo y letras rojas con la consigna “ni un pibe menos por la droga”, banderas de los centros barriales: “casa San José Obrero”, “ casa Sagrado Corazón”, “casa San Romero”, y estandartes de color blanco y verde de la parroquia San José mezclándose entre bombos, redoblantes y una inmensa bandera argentina sostenida de cada lado. La imagen de San José, el carpintero, el padre de Jesús, fue colocado en el camión que además lleva el sonido y era cabecera de la peregrinación.
“Caminar unidos para que nuestros barrios sean tierra de Dios, caminar en la esperanza de mirarnos unos a otros, hay dolores, alegrías, sufrimientos, nos acompañamos como una familia matancera, Laferre y San Justo, juntos, una sola familia matancera, que le pone el pecho en este tiempo a la vida, a los nubarrones en el cielo, y los nubarrones que vienen por delante que le ponen el pecho para tener una vida buena junto a nuestros hijos”, agregó García en las palabras de inicio a la peregrinación alentando con vivas a la Virgen de Luján, San José, Caacupé (la Virgen patrona de Paraguay), y al pueblo matancero.
La peregrinación que cubrió más de 10 kilómetros en el corazón de la Matanza se hacia con imágenes de la Virgen paraguaya como la Virgen celeste y blanca desde los techos de los autos. Entre ese pueblo que pelea contra el flagelo de las adicciones iban con túnicas blancas los curas villeros, “el Tano” llamado Nicolás Angelotti o “Willy” Guillermo Torre, como algunos diáconos, y cantando el tema emblemático de los Hogares de Cristo “La vida como viene”.
De golpe, nadie los esperaba, aparecieron una decena de jinetes a caballo y un sulki. Vienen del centro gaucho “la tranquera” de Laferre. Además de la ruta se anduvo por calles internas pasando delante de la capilla Virgen de Itatí como del centro de abuelos San Cayetano. Sean parroquias, capillas, centros barriales todos tienen una misma estética dada por las letras en fileteado del grupo de muralistas “Cruz del Sur”.
En la parte final de la peregrinación, andando por avenida Crovara, antes del cruce de las vías del tren, en la entrada de Puerta de Hierro una capilla tiene pintada la cara de Jesús, es inmensa, y la rodea una frase “dar la vida por el otro”. Se pasa la estación Villegas y el gran polideportivo tienen un enorme Papa Francisco que clama: “una casa para cada familia”.
Lo que era tierra abandonada, hoy es la sede principal de la iglesia en las barriadas matanceras (17 de Marzo, San Petersburgo, 22 de Enero, Villa Palito), que se entremezcla con oficinas del Estado, con muchos dispositivos eclesiales como Cáritas, una parrilla, la radio, canchas de fútbol y hasta una calesita. Enfrente se inauguró la capilla con una cúpula azul llamada “Virgen del Milagro Caacupé y San Blas”. En el predio, a cielo abierto, concelebraron la misa los obispos “Poroto” y “el gallego”. A su alrededor los curas y diáconos, se sumaron de otros barrios que no habían podido peregrinar.
“Los partos mezcla de dolor y esperanza, mezcla de lágrimas de dolor y alegría, el sufrimiento mezclado con la esperanza. El pujo final para dar la vida, pequeña, frágil, pero llenas de esperanza. Tan chiquito que pensaron que será de vos, quiero tu vida feliz, grande, y ese sentimiento se renueva cada día. No todo es alegría y gozo. La vida se va tejiendo con sinsabores, con incertidumbres, pero se vuelve a renovar, cada vez que anhelan una vida mejor para sus hijos.
Estamos acá por nuestros hijos. Por eso este día rezamos por el futuro, por los hijos, desde el corazón de ustedes, rezamos y pedimos un nuevo parto de la esperanza, que no bajemos los brazos, parir un país de verdad entre todos, no de mentiras, de calcomanía, donde muchos se aprovechan de la necesidad, que se hacen cargo de su deseo de poder, no queremos un país cachivache que nos están proponiendo, queremos parirlo por nuestros hijos, nosotros y el pueblo. Por eso rezamos desde el corazón de las madres.
Desde ese país que no se queda llorando y dando lástima sino que pone manos a la obra en las madrazas en los comedores, colegios, merenderos, casas de recuperación, así se hace historia, un país, que no se queda esperando un plan y lo que tenemos es proceso del trabajo, que Dios nos bendiga a todos por este nuevo parto, por un país mejor, donde sentimos ser una gran familia de los hijos de Dios, que así sea”, sostuvo en su homilía García y el micrófono continuó con Torres Carbonell quien inició el rezo del Creo.
El locro se empezó a repartir. La sopa paraguaya se vendía en la feria junto a las empanadas. En el escenario de la misa siguieron distintos grupos musicales, entre ellos el sacerdote Damián Reynoso, cantautor, y cerró la jornada de peregrinación el grupo de cumbia “Los Charros”.
31/8/2023