*Por José Luis Ponsico
Va un repaso a los giros políticos de ambas: Legrand y Carrió. Mirtha Legrand, desde su pasado antiperonista y presente anti-kirchnerista. En su niñez en Villa Cañás, Santa Fe, Rosa María Juana Martínez Suárez. Algo poco difundido. Como actriz de comedias livianas y desde fines del ’68 por inspiración de Alejandro Romay, animadora televisiva. Ella célebre desde los ’40 cuando impactó como joven y bella en “Los martes orquídeas”, 1941.
Carrió, exfuncionaria de la dictadura, llegó a la Constituyente de Santa Fe, mayo ’94, consagrada por la UCR chaqueña. Luego se abrió y fijó domicilio en la Capital Federal, lejos de la relación con el gobernador «de facto». El general Antonio Serrano, de la amistad del ex-presidente genocida, Jorge Rafael Videla, jefe del Ejército, aquel interventor del Chaco en el Proceso de Reorganización Militar, la hizo funcionaria cuando Carrió se graduó en Derecho.
En primavera del ’68, el periodista tucumano Alejandro Saúl (Alejandro Romay), tras su paso por Radio Libertad, tiempos de “La Libertadora”, con el tiempo “Zar de los Medios”, estando al frente de Canal 9, llevó a Mirtha «a los Almuerzos». “No había nada al mediodía”, comentó mucho después Romay. “Ella no filmaba desde 1960 cuando hizo “La Patota” con Argibay y Medina Castro bajo dirección de Daniel Tinayre. Su película más osada”, evocó Romay.
El impacto de la política económica del Presidente de la Nación, Javier Milei, alias “Motoneta”, al cabo de cinco meses a un costo de vida que se incrementó cerca del 250%, dejó sorpresas políticas. Aquí una de ellas. Como dicen los chicos, “grosas”. De pronto Mirtha Legrand, que lleva 55 años como animadora televisiva, y la eterna legisladora Elisa Carrió, ahora ambas con un giro copernicano. Algo que sorprendió a muchos.
Lo que el filósofo Kant describía como “fenómeno de tiempo y de espacio”. La chaqueña bautizada en Resistencia como Elisa María Avelina. Ambas escondiendo nombres y hasta apellidos. Las “divas” al cabo llegando al campo popular «por descarte»: tanto es lo que «pegó» Javier Milei a obreros y a la «clase media», ellas ahora defienden con ahínco. Lo que va de ayer a hoy.
Desde su comedia con Juan Carlos Thorry, “Los martes …”, pasaron algo más de 80 años. Nadie tuvo tanta vigencia en el tiempo y en los primeros planos. “En el ’63, la tuve a Mirtha haciendo un impactante acto de corista. Poca ropa, lencería negra, paraguas como el film musical de los ’40 con Gene Kelly y Cyd Charisse, “Cantando en la lluvia” (Romay).
“Ella siempre bella, con 36 años, se animó. Luego le pedí que animara los almuerzos. Antes para competir los sábados con ‘Pipo’ Mancera, después porque al mediodía no había nada. Los almuerzos estaban entre Mirtha y Pinky, casi nada. Al cabo, Tinayre la convenció. ‘Pinky’ no quiso. Se arrepintió según dijo más tarde”, siguió Romay en sus memorias.
En 1968 gobernaba el general Juan Carlos Onganía, al que el dibujante y humorista “Landrú” apodaba “La Morsa” por sus bigotazos tipo “manubrio” de bici. Mucho después, Ricardo La Volpe. Mirtha tenía un cuarto de siglo en la farándula. No parecía para nada alguien del periodismo de oficio. Romay instaló a Armando Barbeito, productor en los almuerzos. Un guía indispensable. A poco, el régimen militar censuró la revista “Tía Vicenta” donde estaba “Landrú”. El «Onganiato» en su apogeo. No duraría mucho. Mirtha no tenía obligación de conocer al goleador del año.
El “9” de Vélez Sarsfield, Omar “Turco” Wehbe, tampoco se sentía muy cómodo en el «set» televisivo. Lo suyo era el área rival. Nacional ’68, Vélez campeón, el delantero figura. Tampoco ella estaba experimentada para salir de algunos enredos. Aquel «blooper» con la esposa del gran golfista Roberto De Vicenzo. La cábala besando las pelotitas. Otros tiempos.
El matrimonio Legrand-Tinayre tuvo dos hijos, pero sólo se sabía de Marcela, desde los ’90 también animadora. El hijo veterinario, Danielito, estuvo “escondido” hasta su deceso. Se hablaba de un prejuicio en torno al grupo familiar. Mirtha siempre dijo que la fama, la televisión, antes el cine, la privó de muchas otras cosas. Lo que cualquier ama de casa hace.
Donde nunca se equivocó desde Palermo Chico en el rol social y de las celebridades. Después de Onganía tuvo 55 años para llevar al mediodía a algún delegado de fábrica. Nada. Lejos de la clase obrera. A veces convocaba a Luis Barrionuevo para herir susceptibilidades del sindicalismo peronista. El brazo fuerte de Carlos Menem nunca dijo que no a los convites.
Hoy, Luisito apoya a Javier Milei. Todo tiene que ver con todo. Carrió, la de cien veces invitada, en un récord imposible de vencer, al ciclo “Desde el llano” de Joaquín Morales Solá. “TN” es otro caso.
Entre el tiempo de Cristina y Alberto, Carrió vivió denostando al peronismo desde el Chaco y, más cerca en el tiempo, a Cristina, antes a Néstor. Infalible. Siempre desde la Embajada de EE.UU. Lugar donde abreva el titular de la Academia Nacional de Periodismo, el periodista tucumano Joaquín Morales Solá. Furioso antiperonista desde los tiempos de Isabel Perón en su Tucumán natal.
Así se escribe la historia. El fenómeno de Milei rompiendo todo el arco popular, con una política que remite a tiempos de Martínez de Hoz a fines de los ’70 y a “Mingo” Cavallo en los ’90, produce “milagros”. Mirtha y Lilita reconvertidas. Algo nuevo bajo el sol de la política vernácula. Es tiempo de transformaciones gracias al dueño de la «Motosierra». ¡Quién lo diría!
*Columnista de La Señal Medios, Mundo Amateur, AGN-Prensa, Agencia Nacional y Popular.
16/5/2024