La Confederación General del Trabajo ratificó su rechazo al acuerdo entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional. En conferencia de prensa, éste jueves, la Central Obrera resaltó que una “situación de esta naturaleza va a abrir un frente de conflicto infinito”.
“Si el FMI viene a buscar el consenso que ha pedido, la director general Christine Lagarde, tiene que saber que no va a contar con el aval de ésta Confederación General del Trabajo”, expresó Juan Carlos Schmid, uno de los triunviros de la CGT, y advirtió sobre el “gigantesco costo social que puede ocasionar el cumplimiento de las metas y la ejecución del Gobierno Nacional de estos condicionamientos del Fondo Monetario Internacional”.
“Dicen que hay en juego un ajuste de 300 mil millones de pesos que es el equivalente a 34 millones 700 mil haberes jubilatorios o es el presupuesto de los próximos 5 años de las Fuerzas Armadas o podría ser, también, que Ciencia y Tecnología esté 8 años sin presupuesto o podría afectar sensiblemente las partidas de Salud a lo largo de 3 años. Entonces hay que preguntarse, ya no como CGT, sino como sociedad si este es el costo social que puede soportar el pueblo argentino”, indicó el titular de la CATT.
Schmid advirtió que es dicho plan del gobierno y el FMI ” es prácticamente inviable un ajuste de estas características en un país que ya está paralizado y que está en recesión. Estamos frente a una situación muy delicada de un gobierno que ha pasado de un endeudamiento menor a un endeudamiento mayor y parecería ser que los únicos instrumentos que tiene el gobierno es: ajuste con recesión, endeudamiento, devaluación y si esto no funciona represión”.
El dirigente sindical expresó de manera contundente que “la CGT de ninguna manera va a aceptar, por más que tengamos reuniones de carácter institucional este tipo de ajuste que recae sobre las espaldas de los sectores populares y de los sectores más débiles. El gobierno ha ratificado el rumbo y ha señalado que esta es la vía para volver al crecimiento. El gobierno tiene que comprender, con humildad, que su palabra está más devaluada que el peso argentino”.
