Por Redacción
La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos advirtió este martes que la situación en el norte de la Franja de Gaza es “nada menos que catastrófica”, destacando la grave crisis humanitaria que afecta a la región. El organismo internacional señaló que los hospitales se quedaron sin reservas de sangre y que las calles de las ciudades están cubiertas de cadáveres.
Desde el centro de Gaza, Louise Wateridge, oficial de Emergencias de UNRWA, describió el alarmante panorama en los refugios donde cientos de miles de desplazados duermen en el suelo, rodeados de aguas residuales: “La gente aquí se refugia debajo de cualquier tipo de tela que pueda encontrar (…) cortinas, mantas, sábanas. Nada es impermeable”.
La funcionaria expresó la profunda preocupación de la Agencia ante la llegada de las lluvias, señaló que estas podrían agravar aún más las condiciones de vida de aproximadamente 500.000 personas que se encuentran en áreas propensas a inundarse.
La funcionaria advirtió sobre la escasez de ayuda en Gaza, informó que en octubre Israel permitió el ingreso de una media de 37 camiones de suministros diarios, un volumen significativamente menor comparado con los meses anteriores. Estos suministros, explicó Wateridge, deben abastecer a una población de 2,2 millones de personas, representando apenas el 6% de los bienes comerciales y humanitarios permitidos antes del conflicto.
La situación es aún más grave para el 80% de la población gazatí, es decir, 1,7 millones de personas, quienes no recibieron raciones de alimentos en octubre. Wateridge recordó que la semana pasada el Comité de Revisión de la Hambruna emitió una alerta sobre la inminente hambruna en el norte de Gaza.
“La gente está perdiendo la esperanza”, afirmó y aludió al aumento del sufrimiento entre los residentes. Según relató, los habitantes del norte de Gaza piden “mendrugos y agua”, pero el personal humanitario de la ONU sigue sin poder acceder a esa área. En los últimos días, Israel negó el permiso a dos misiones humanitarias que intentaban distribuir pastillas de cloro y evaluar las condiciones en los refugios de refugiados.
Wateridge, explicó que “ningún miembro de la UNRWA ha podido acceder al norte sitiado en más de un mes”, señaló que la situación de los trabajadores humanitarios y los médicos en los hospitales de la zona es desesperante: “Se han quedado sin suministros de sangre, se han quedado sin medicamentos. Hay cadáveres en las calles”.
Indicó que las ambulancias dejaron de funcionar, y que los residentes solo pueden llegar a los hospitales en carretas tiradas por burros. La falta de agua potable es otro de los problemas críticos, ya que los ocho pozos de agua que UNRWA gestiona en Jabaliya han dejado de funcionar. Ante este escenario, el organismo reiteró su llamado a las autoridades israelíes para que permitan el acceso humanitario a las zonas sitiadas.
“Nuestro llamado a Hamás, así como a las fuerzas israelíes, es a un alto el fuego”, declaró Wateridge, quien subrayó que la población civil en Gaza y la región circundante necesita un respiro urgente. En su mensaje final, resaltó la necesidad de poner fin al sufrimiento de todos los civiles afectados.
Por último, aseguro que “hemos visto un sufrimiento horrible de civiles israelíes a causa de los ataques del 7 de octubre, seguidos por un sufrimiento espantoso de los civiles en la Franja de Gaza. Es necesario que haya un alto el fuego, una liberación y el regreso de los rehenes a casa y finalmente un respiro para todos los civiles, no sólo en la Franja de Gaza, sino en la región circundante”.
12/11/2024