Por Redacción
En el marco del encuentro de militancia que llevó adelante el bloque político-sindical Fuerza Argentina, el último jueves en el predio del Sindicato de Peones de Taxis, el titular de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte y de la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval de la República Argentina, Juan Carlos Schmid, aseguró que la política tiene que recuperar el significado de las palabras para «derrumbar definitivamente el muro de injusticia» que en Argentina levantó el gobierno de Milei como agente de la oligarquía.
Durante su intervención discursiva, el dirigente sindical expresó: “Este es un país cansado de palabras. Un país y un pueblo cansado de propuestas que nunca llegaron a destino. Un pueblo que ha sido traicionado repetidas veces y que muchas veces ha sido engañado. Entonces, creo que esta es una buena oportunidad para devolver el significado a las palabras. Porque hacer política es devolverle el significado a las palabras, a las propuestas, a las cosas que nos son comunes”.
Al mismo tiempo, aseguró que “la palabra tiene que volver a tener valor en Argentina; de lo contrario, si no alcanzamos esto, vamos a seguir perdidos. Es un laberinto donde todo parece que es igual, donde todo se compra o todo se vende, donde da lo mismo estar a la izquierda y de repente aparecer en el otro extremo, como lamentablemente nos hemos acostumbrado a ver en el ejercicio de la política, y además, porque vemos el escenario lastimoso sin trascendencia, el escenario donde se pelea por una cuota de poder”.
Por otro lado, reflexionó sobre hechos políticos recientes que pasan por debajo del radar de la opinión pública. En ese sentido, Schmid señaló que “la semana pasada han pasado tres hechos muy importantes para el campo popular. El primero, la represión a los discapacitados. Bullrich mandó a la gendarmería, los hidrantes, los cascos y los bastones a pelear contra un ejército de muletas, de sillas de ruedas y de padres desesperados, y como era tan salvaje la imagen, lo que tuvieron que hacer fue retroceder y salir de allí”.
“El día miércoles recibieron un sopapo estruendoso en el Congreso que, por fin, parece que tomó jarabe de dignidad y reparó, en parte, los errores que había cometido delegándole facultades a través de la Ley Bases. El jueves, finalmente, en la marcha unitaria de San Cayetano, se pudo advertir la creciente rebelión del pueblo trabajador frente a esta situación. ¿Por qué hago mención a esto? Porque no todo está perdido», agregó.
El también Secretario General del Sindicato del Personal de Dragado y Balizamiento acotó: «Esto está transitando por un mal camino. Porque todos, aun los que de la boca para afuera quieren disimular que la situación no es tan grave, saben en su intimidad que esto está yendo al precipicio y nosotros sabemos que cuando llegamos a ese precipicio, el costo más grande, no solamente desde el punto de vista social, sino con despidos, con cierres de industrias y hasta con represión, lo sufrimos nosotros».
No obstante, indicó que «lo único que ha crecido en este país en los últimos cuarenta años son los pobres y la deuda. Los únicos que han ganado son los sinvergüenzas que están en la city porque apuestan a la timba financiera. Tenemos que aceptar el desafío, no para pelear un cargo; la política tiene que aprender de nuevo el significado de las palabras, tiene que volver al pupitre a repetir como loro y a escribir en el pizarrón: ‘Estoy al servicio del pueblo, soy un servidor público’”.
En tal sentido, puntualizó que «nosotros hemos perdido la confianza de nuestro pueblo. Es una tarea titánica, gigantesca, la de volver a poner en valor al peronismo, la de volver a poner en valor a la política. Porque volver a poner en valor ese ciclópeo gigante político, cultural y económico que nació en el siglo pasado tiene sus dificultades, tiene sus bemoles, tiene sus obstáculos, pero si no lo recuperamos nosotros, no lo va a recuperar nadie».