Por Redacción
A pesar de la disminución del desempleo juvenil a nivel mundial, un nuevo informe de la OIT reveló una preocupante realidad: millones de jóvenes siguen sin empleo, educación ni formación, y experimentan una creciente ansiedad ante el futuro laboral. El informe, Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2024, advierte que los más perjudicados se centran en la franja que va de los 14 a los 24 años.
Si bien la tasa de desempleo juvenil a nivel mundial ha alcanzado su mínimo en 15 años, con un 13% en 2023, la recuperación económica no está beneficiando a todos los jóvenes por igual. Las regiones árabes, Asia Oriental y Asia Sudoriental y el Pacífico presentan tasas de desempleo juvenil superiores a las registradas antes de la pandemia.
Esto evidencia que la recuperación económica no es uniforme y que algunos jóvenes se enfrentan a mayores obstáculos para acceder al mercado laboral. El informe destaca las marcadas desigualdades de género. A nivel mundial, dos de cada tres jóvenes que ni estudian ni trabajan son mujeres. Esto revela que las mujeres jóvenes enfrentan barreras adicionales para acceder a oportunidades educativas y laborales.
La proporción de jóvenes “ninis” (ni estudian ni trabajan) continua elevada y alcanza el 20,4% a nivel mundial. Esto significa que millones de jóvenes se encuentran al margen del sistema educativo y laboral, lo que limita sus oportunidades de desarrollo personal y profesional. Para aquellos jóvenes que sí logran encontrar un empleo, la calidad de los mismos es preocupante. Más de la mitad de los trabajadores jóvenes a nivel mundial se encuentran en la informalidad, lo que implica condiciones laborales precarias, falta de protección social y bajos salarios.
Gilbert F. Houngbo, Director General de la OIT, explica: “Ninguno de nosotros puede esperar un futuro estable cuando millones de jóvenes de todo el mundo no tienen un trabajo decente y, en consecuencia, se sienten inseguros e incapaces de construir una vida mejor para ellos y sus familias”.
El funcionario aseguró que “las sociedades pacíficas dependen de tres ingredientes fundamentales: estabilidad, inclusión y justicia social; y el trabajo decente para los jóvenes está en el centro de los tres”.
El último informe de la OIT destaca que los hombres jóvenes han experimentado mayores beneficios de la recuperación del mercado laboral en comparación con las mujeres jóvenes. En 2023, las tasas de desempleo juvenil entre mujeres y hombres jóvenes eran casi iguales, con un 12,9% para las mujeres y un 13% para los hombres. Este equilibrio contrasta con los años anteriores a la pandemia, cuando los hombres jóvenes enfrentaban tasas de desempleo más altas.
Sin embargo, la tasa global de jóvenes que ni estudian ni trabajan (“ninis”) mostró una disparidad significativa: el 28,1% de las mujeres jóvenes se encontraban en esta categoría, el doble que el 13,1% de los hombres jóvenes en 2023. Esta brecha revela una persistente desigualdad en la integración laboral de las mujeres jóvenes, a pesar de los avances en la recuperación económica.
Houngbo, remarca que “el informe nos recuerda que las oportunidades para los jóvenes son muy desiguales; con muchas mujeres jóvenes, jóvenes con medios económicos limitados o de cualquier origen minoritario que siguen luchando. Sin igualdad de oportunidades para acceder a la educación y a empleos decentes, millones de jóvenes están perdiendo la oportunidad de un futuro mejor”.
El informe de la OIT demanda una mayor atención al fortalecimiento de las bases del trabajo decente como estrategia para mitigar la ansiedad de los jóvenes frente al mundo laboral y revitalizar su esperanza en un futuro más prometedor.
En un mensaje dirigido a la juventud, los autores del informe instan a los jóvenes a unirse al llamado por el cambio: “Tienen la posibilidad de influir en la política y abogar por un trabajo decente para todas las personas. Conoce tus derechos y sigue invirtiendo en tus capacidades. Forma parte del cambio que necesitamos para garantizar un mundo socialmente justo e inclusivo”.
12/8/2024