Pensamiento Nacional

Hazaña del héroe de Malvinas

Omar De Felippe es una de las figuras del año en el difícil fútbol argentino, donde los que más gastaron en presupuesto de compras por refuerzos en dos mercados de pases, contratos altos con sus futbolistas, algunos consagrados, no ganaron en ninguno de los torneos de AFA. Esto va para los “poderosos” River y Boca.

El impacto de Central Córdoba, Santiago del Estero, a cargo de Omar De Felippe, DT, héroe de Malvinas, todavía promueve festejos en uno de los clubes más antiguos del Interior. Fundado por obreros ferroviarios, Central Córdoba santiagueño datos de 1919. A los 105 años alcanzó la gloria.

Boca y River, orientados por ídolos, Juan Román Riquelme y Marcelo Gallardo, fueron espectadores de los triunfos de Vélez Sarsfield, que hace un año evitaba el descenso en difícil trámite ante Colón de Santa Fe. El fútbol “criollo”, uno de los más peleados, donde se juega con el “cuchillo entre los dientes”, parafraseando a otro ganador, Diego Pablo Simeone.

De Felippe nació en 1962. Una generación de notables. Entre otros, Oscar Ruggeri, Jorge Burruchaga, una base con Diego Maradona, del ’60, que ganó el Mundial México ’86. Pero Omar vivió otro tipo de experiencia. Mientras los citados se preparaban con Carlos Bilardo para la conquista, él vivía el “Pie de Trinchera”, soldados en Malvinas. Sobreviviente.

Volvió como héroe siendo defensor de Huracán, formado en el club de Parque Patricios, aunque los De Felippe, con su hermano en el cuerpo técnico, hijo de Mataderos. Una barriada con historia de lucha. A fines de los ’50, comienzos de los ’60, la histórica “toma” del Frigorífico “Lisandro De la Torre”, 250 trabajadores encerrados, casi un mes. La gente en la calle.

Los hermanos De Felippe no habían nacido cuando el gobierno de Arturo Frondizi aplicó el “Plan CONINTES” (“Conmoción Interna del Estado”). Represión en Mataderos. Los caballos de la Policía Montada se enfrentaban a los vecinos y familiares de los huelguistas. Los padres, matrimonio De Felippe, vivieron “la Resistencia”.

Omar, marcador de punta izquierda en la 1a de Huracán en 1982, sufrió cuando su madre golpeó a un fanático que lo había insultado en la tribuna del estadio “Tomás A Ducó”. La raíz de la lucha. Lo había insultado el futbolista llegado de la tragedia de la guerra en el Atlántico Sur. Más de 800 soldados enterrados en las Islas Malvinas. Al hinchar lo salvó la Policía.

Tal vez todo esto explique que, en septiembre de este año, De Felippe ganó volver a Central Córdoba santiagueño cuando, con plantel reducido, llevaba ocho fechas sin ganar y estaba abajo en la tabla. El rumbo mejoró con la llegada de algunos y la ratificación de los que estaban. Un cambio de estado de ánimo. Otro equipo en el mismo torneo.

En 100 días, el equipo se puso “las pilas”, como dicen los pibes. El Ferroviario obtuvo casi el 70% de los puntos. En la “Copa Argentina” eliminó a Huracán y Vélez. Esquema basado en la intensidad. Mucha marca. Las líneas cerca. El impacto contra Racing, de la velocidad del colombiano Luis Angulo. Un rayo de tez morena.

En el camino, “arruinó” a Racing, que estaba de festejo. El DT construyó un “dream team” duro, de mucha marca atrás y en el medio, y eficaz adelante. Apellidos no consagrados: Ingolotti, “1” todo terreno, defensores no famosos, algunos con experiencia como Iván Pillud, Fernando Torrent, José Florentín, cesanteado en Vélez por escándalo extradeportivo.

El autor del gol que quiso ser centro, Matías Godoy, ex Lanús, Estudiantes de La Plata, el combativo Segovia, Morales, Favio Cabral, Rodrigo Atencio. La especulación: el presupuesto representa el 0,5% de los clubes “grandes”. El tiempo remite a otros ciclos de Omar De Felippe. Ganó con Independiente, el ascenso hace casi veinte años.

Cerca de Julio Falcioni, ganó con Bánfield, Quilmes Athletic Club, ante Olimpo de Bahía Blanca. Un luchador con perfil bajo, escasos recursos, mucha inteligencia y rara intuición para ser algo así como “un jefe rescatista”. Hoy, el héroe de Malvinas repite su pasado en Central Córdoba de Santiago del Estero.

Hace medio siglo, el film italiano, una sátira sobre condiciones de trabajo en fábricas de grandes centros urbanos, ganó premios en distintos festivales de cine: La clase obrera va al Paraíso . Destacada interpretación de Gian Maria Volonté, acompañado por la bella María Angela Melato. “Un culo, una tuerca” en la memoria de los veteranos.

Hoy, Omar De Felippe expresa a aquel obrero fabril que simbolizaba la clase trabajadora en la Italia que había superado la postguerra y encaraba otro ciclo económico, político y social. Tiempos de vanguardia de la industria automotriz con el avance de Fiat, haciendo sombra a Alemania, fabricante de Volkswagen y Mercedes Benz.

De Felippe, junto a Gustavo Quinteros, sin olvidar a Frank Kudelka, los hombres del año, en un fútbol complicado.

 

 

 

*Columnista de La Señal Medios, Mundo Amateur (Víctor Lupo), Agencia Nacional y Popular, De Memoria y AGN-Prensa.

 

 

 

 

18/12/2024

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