*Por Redacción
Los Sindicatos Aeronáuticos Unidos: APA, APTA, UPSA, UALA, APLA, ATCEPEA y ATEPSA, se declararon en estado de alerta y movilización. Manifestaron su preocupación ante “las deficiencias y falencias que posee la Política Aerocomercial Nacional desarrollada por el ministro Guillermo Dietrich y avalada por el presidente Mauricio Macri”.
Los gremios consideraron que dichas políticas son contrarias a los intereses y necesidades de nuestro país y denunciaron que tendrán “peligrosas consecuencias ya se ven en el presente, pero se potenciarán en el mediano y largo plazo”.
“La Política Aerocomercial de este gobierno nunca fue formalizada, puntualizando sus objetivos e identificando sus medios. Nunca se convocó a un debate para aportar propuestas, consensuarlas y diseñarlas junto a los diversos actores de lo que se llama la aviación general: consejos profesionales, empresarios aéreos, talleres aeronáuticos, centros de capacitación técnica y de vuelo, sindicatos aeronáuticos. Mucho menos se la debatió en el Congreso Nacional, donde están representados todos los sectores de nuestra sociedad. Nunca hubo diálogo, participación sectorial, ni consensos. Se la implementó de hecho, autocráticamente, publicitándola luego, machaconamente, mediante slogans tan pretensiosos como engañosos”, indicaron los sindicatos del sector .
En ese sentido añadieron que se pretende reemplazar las normas de seguridad aeronáuticas, confiables y seguras, por otras más laxas y menos exigentes, denominadas Latinoamericanas LAR´s. El cambio, apuntado, beneficiará al sistema low cost: “Se quiere bajar costos, sacrificando seguridad aérea. No para beneficiar a los usuarios con vuelos baratos, sino para aumentar la riqueza de los empresarios. Para conseguirlo, utilizan la tenaz gestión de nuestros funcionarios públicos”.
El diagnóstico incluye la observación de lo que ocurre con el control el tránsito aéreo. Los gremios han denunciado reiteradamente que el sistema nacional se encuentra al borde del colapso. Según datos de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo, Argentina aumentó sus vuelos a un ritmo del 15% anual. En este contexto los sindicatos advirtieron que “si no se solucionan las múltiples y graves deficiencias existentes en nuestro sistema de navegación aérea para que pueda satisfacer el crecimiento de nuestro tránsito aéreo, su colapso será inevitable. Y el costo en vidas y pérdidas materiales también”.
La situación en sector comercial es grave y puede devenir en una crisis profunda. Se ponen en riesgo las fuentes laborales, la seguridad de las tripulaciones y los pasajeros. La ecuación costo beneficio terminará en drama si la política aerocomercial continúa en esta línea. “Dar las máximas garantías de seguridad aérea a los pasajeros del transporte aerocomercial, obliga a tener elevados costos. No es barato. Las empresas con cultura Low Cost (como lo fue LAPA y LAMIA), buscan multiplicar su rentabilidad bajando muchísimo esos costos y exigiendo subsidios públicos de gobiernos centrales, provincias y/o intendencias. De esta forma venden gran cantidad de pasajes y elevan significativamente sus ganancias”, Explicaron los sindicatos.
“Unos de los más graves daños a los argentinos producidos por la actual política aerocomercial, es el expresamente consumado contra Aerolíneas Argentinas y Austral. Como acertadamente sostenía Isela Constantini, ambas empresas son perfectamente viables, pero debían tener un período de cuatro años para ser saneadas financieramente y reactivadas con excelencia económica y comercialmente. Después estaban en plenas condiciones de competir. Por eso fue despedida”, indicaron los aeronáuticos.
Los sindicatos concluyeron que “el presidente Macri y el ministro Dietrich, en cambio, querían lo contrario: imponer de inmediato la “lluvia de empresas aéreas importadas”, para que compitan deslealmente en contra de Aerolíneas Argentinas y Austral y forzarlas a desaparecer, transfiriendo luego las culpas al todopoderoso y anónimo “mercado”. La eliminación de la banda mínima tarifaria, la autorización a operar a megas Low Cost como Jet Smart y Norwegian y el estatus de favoritismo y privilegio dado a Flybondi, apuntan al mismo fin: perjudicar a nuestras dos aerolíneas de bandera y todos los argentinos”.