Por Daniel Capa
El principal debate político interno de la coalición gobernante en esta etapa concreta, fue expresado ayer en la Plaza.
El enorme planteo de la vicepresidenta, que al presidente aún le cuesta asumir.
En línea con aquella frase de hace un año acerca de que “el crecimiento económico no se lo llevan cuatro vivos”, CFK destacó con profundidad dónde debe caer el costo económico y financiero del acuerdo con el FMI.
“Ante grandes adversidades, grandes acciones”, dijo el principal liderazgo que hoy posee el peronismo.
La Argentina tiene hoy tres ámbitos fundamentales para concentrar la fuerza que pueda resolver lo deseable: que el peso del acuerdo con el Fondo recaiga en el establishment que concentra riqueza, evade cargas tributarias y fuga divisas a paraísos fiscales.
El Congreso debe discutir una reforma impositiva de interés popular; el BCRA debe dejar de vender dólares a los 100 o 150 popes del poder económico al precio oficial y hacerlo con impuesto; la AFIP puede empezar a pedir explicaciones por operaciones impunes y accionar en consecuencia contra la evasión y el contrabando.
El escenario argentino es extremadamente complejo y marcado por niveles inaceptables de pobreza y extrema pobreza.
El “quédate tranquila que no voy a firmar ajuste” es una definición muy importante.
Sin embargo no deja de ser una definición que es necesario completar con determinaciones políticas claras y concretas.
Que el ajuste lo paguen los Pagani, los Roca, los Magnetto podría no ser una utopía.
Desde ya que depende de la voluntad y la decisión de la coalición gobernante y no de los medios y sus representaciones políticas.
La pelota está de este lado.
11/12/2021
