Opinión

Gases, monedas de plata, ausencias y dependencia

Por Gustavo Ramírez

¿La vida es un momento corto? Nueve meses parecen demasiado tiempo. El clima se recalienta, pero no es por efecto del cambio climático. ¿Roma no paga traidores? Los radicales se huelen el culo entre ellos y se sorprenden del hedor que despiden: la miserabilidad huele mal. Es una pintura surrealista. Es septiembre de 2024 en Argentina.

¿Otra ronda? El vino tinto y la sangre tienen el mismo color, pero no saben igual. Esto confunde a Patricia Bullrich. Alguien le hizo una broma de mal gusto y la expuso. Debería saber que por 30 monedas de plata se mueve la política en el mundo de los Judas. La falsa Dama de Hierro lo hizo de nuevo. Justificó la violencia contra los jubilados en nombre de un orden que solo ostenta caos. Una nena de 10 años fue atacada por uno de sus lacayos y ella salió a lavar la ropa sucia de la fuerza.

Desorientada, mintió para encubrir una mentira. Más tarde reapareció para desmentir la mentira originaria y para volver a mentir sobre las otras mentiras. ¿Nadie va a servir nada en esta mesa? Judas le sonrió desde un rincón de un canal de propaganda. Al final del día la mentira no se pudo sostener, así que se llamó a silencio. El algoritmo de la desesperación camufló durante el prime time al caos. Pero el empleado Feinmann no se pudo contener y negoció paritarias de manera pública y explícita. Patricia observó, entonces, la copa medio vacía.

Milei no acusa recibo. Pero los golpes le entran. Se esconde en la sobreestimación de su plan, que en realidad es de otros. Al fin de cuentas, le gusta ser un buen salvaje. Ahí está, frente a un espejo en la Rosada, cree lucir bien con el uniforme del “Capitán Veto”. Pero no hay nadie que lo pueda ver. Ni siquiera las fuerzas del cielo. ¿Dónde está Conan? El tipo tiene que lidiar con sus propios fantasmas. Todavía cree que la cosa va bien, incluso a pesar de las encuestas y de las puteadas que cada vez suenan con mayor estridencia.

En la calle, la cana avanza. Los uniformes no brillan al sol. Tienen mal olor. El desprecio hiede. Eso no es un buen síntoma. Fuerte con los débiles. No siempre es así: La jubilada se planta ante el cordón policial que avanza teatralmente contra los manifestantes. El objetivo: despejar la Avenida Entre Ríos, que está cortada porque una cuadra atrás más efectivos del régimen están parapetados en pie de guerra.

La señora enfrenta al oficial a cargo. Un blanquito bien, que luce un bigote setentista, quizá como homenaje a un antepasado tan cobarde como él. El sonido del silencio. Ella blandea una tarjeta SUBE sobre su cabeza, los mira fijo a los ojos. Ellos no se mueven, están nerviosos, inquietos. La presencia de la jubilada los incomoda. Es Jesús en el templo de los fariseos. “¿Ustedes creen que con 100 pesos que me quedan puedo cargar la tarjeta? ¿Me vas a pegar por eso?”.

No se escuchan voces en el cementerio. Aunque Milei habla demasiado y mal. ¿Argentina es un país roto o es el objetivo de un plan mayor? Hace unos meses, la generala del Comando Sur, enviada al mundo para pelear contra sus propias falacias, aseguró que los países de la región “necesitamos un Plan Marshall para aquí y hoy, o una ley de recuperación económica como la de la postguerra, pero ahora, en 2024, en 2025”. ¿Quiénes necesitan ese plan, ellos o nosotros?

Esta semana, durante el debate presidencial que mantuvieron Kamala Harris y Donald Trump, la demócrata hizo explícito su ideario colonial. Estados Unidos no tiene intenciones de acabar con los conflictos bélicos que azuza a nivel global. Por el contrario, la intención es profundizarlos. El republicano se mostró un tanto más realista y consciente de la realidad internacional. Ello no quiere decir que vaya a resignar protagonismo a nivel mundial, por lo tanto es esperable que observe con mayor atención lo que ocurre en el continente americano, sobre todo en el sur.

Milei espera un milagro porque el mercado no es tan benévolo como creyó. Su teoría mítica se hace pedazos cuando la realidad comprueba que las cosas no funcionan como él cree que lo hacen. Por lo tanto, refuerza su relato y violenta las argumentaciones sobre sustentos artificiales. Es obvio y evidente que el ajuste no se ejecutó sobre los sectores del capital concentrado.

Un nuevo informe de Oxfam demostró que la mayor carga impositiva del modelo liberal en Europa recayó sobre el consumo y el trabajo. Esto quiere  decir que  en 2022 estos impuestos fueron 13 veces más que los gravámenes  sobre el patrimonio de los más ricos. Milei insiste en repetir que el gran impedimento del despegue argentino se debe a la carga impositiva que acarrean los millonarios.

El informe de Oxfam Internacional demostró que “en 2022, los impuestos sobre el consumo, como el IVA y el trabajo, representaron casi 8 de cada 10 euros de los ingresos fiscales totales en los países de la UE, mientras que los impuestos sobre el patrimonio aportaron menos de 60 céntimos por cada 10 euros recaudados”.

En este sentido, Chiara Putaturo, responsable del organismo en la Unión Europea, declaró: “Nos repiten una y otra vez que no hay suficiente dinero para mejorar la vida de la gente corriente o luchar contra la crisis climática. Sin embargo, los hechos cuentan una historia diferente”.

La especialista agregó que “los ultrarricos acumulan más de lo que pueden gastar mientras evaden impuestos; y el resto de nosotros soportamos la mayor parte de la carga fiscal mientras intentamos llegar a fin de mes. Un impuesto europeo sobre el patrimonio no solo es urgente, sino que es justo”.

A contramano de lo que postula Milei, Putaturo explicó que “en lugar de abordar la creciente crisis de desigualdad, los sistemas tributarios europeos están empeorando la brecha de riqueza. Pero hay un aspecto positivo: cada vez hay más consenso entre los responsables políticos, como los ministros de finanzas del G20, sobre la necesidad de gravar a los súper ricos. Y no son solo los políticos, los europeos exigen cada vez más un impuesto a la riqueza”.

Desde hace tiempo, las discusiones políticas, porque esto es un problema político, discurren en Argentina sobre cuestiones secundarias o aleatorias. La intención de desvirtuar el disenso tiene el firme objetivo de sostener el status quo para revitalizar al sistema. La democracia liberal, como axioma argumentativo de la falacia del desarrollo y el progreso, naturalizó a través de diversos salvoconductos y por medio de la propaganda, el modelo de la dependencia.

Este modelo se reafirma en la actualidad por medio de la restitución del estatuto del coloniaje y es por medio del intersticio de la libertad que se acomete contra el pueblo trabajador para solventar la rentabilidad del capital antinacional y especulativo. Claro está que no es una mera cuestión impositiva. Es una razón política. La dependencia no está construida sobre la base del mero campo ideológico, es una acción política y también geopolítica.

En su Mensaje Ambiental a los Pueblos y Gobiernos del Mundo, en la primera cumbre de Medio Ambiente de Copenhague en 1972,  Perón explicó: “La modificación de las estructuras sociales y productivas en el mundo implica que el lucro y el despilfarro no pueden seguir siendo el motor básico de sociedad alguna, y que la justicia social debe exigirse en la base de todo sistema, no solo para beneficio directo de los hombres sino para aumentar la producción de alimentos y bienes necesarios”.

Acto seguido agregó que “necesitamos un hombre mentalmente nuevo en un mundo físicamente nuevo”. Esto implica repensar el contexto actual desde la base y no desde la superestructura. Las respuestas están en ella y no en el engranaje de la estructura liberal por más que existan compatriotas que se complazcan con la colonización. Efectivamente, el hombre mentalmente nuevo no es el emprendedor o el empresario del Yo, individuos sujetos al contrato social, sino el hombre realizado plenamente en comunidad.

¿La vida es un momento corto? ¿El tiempo nos urge? El ritmo de la lucha no se condice con el movimiento que se gesta en la base. No se trata de ir para adelante a ciegas y a lo loco, sino de comprender que la distorsión actual deviene de las acciones pasadas. Por estas horas, un dirigente sindical nos dijo algo que resuena como un valor de la inteligencia popular: “Nosotros no podemos ser el escudo de choque mientras la dirigencia política se esconde”.

Sin contenido político, la acción de la calle se desdibuja. El régimen presiona sobre esta condición y fomenta la violencia como naturaleza política, al mismo tiempo que hace de la traición un culto. No hay obediencia debida. Hay un modelo de acción que se comprime en el pacto liberal. La responsabilidad de la dirigencia política del campo nacional es romper con el status quo y diagramar un proyecto de liberación nacional.

 

 

 

13/9/2024

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