Pensamiento Nacional

Futbol y Política: El peronismo, tiempos de “rebeldía”

No hace mucho, el colega rosarino Germán Alarcón, historiador y especialista en temas del pueblo “canalla”, evocó “una” del plantel de Rosario Central: mayoría de futbolistas de inferiores, varios hijos de obreros peronistas. En un amistoso en Mendoza, junio del ’56, en plena “Revolución Libertadora”, entonaron la “Marcha Peronista” en un partido disputado en Mendoza. Todos presos.

La Policía mendocina invocó el Decreto 4161, prohibición explícita: citar a Perón, “Evita”, tampoco entonar “la Marcha” ni utilizar los símbolos del peronismo. Estuvieron veinte horas detenidos. Luego, excarcelados. El plantel de Central, dirigido por una gloria, Alfredo Fogel, tenía una mayoría formada en el club. Los hijos del potrero.

En el ’81, algo recordado por lo ocurrido en Mataderos. Nueva Chicago peleando el Ascenso. Sintió su hinchada algún perjuicio, y un sector de “la Popular” entonó “la Marchita”. A la salida, una treintena, manos en la nuca, llevados al trote a la Seccional del lugar. Recién de madrugada pudieron recuperar la libertad. Hubo policías de civil que “marcaron” a los peronistas.

En la Argentina gobernaba una dictadura militar, ya genocida, y todos los sectores de causa populares estaban bajo atenta vigilancia. El peronismo en el fútbol utilizaba la pasión popular para manifestarse. Mataderos, desde la rebelión obrera en el Frigorífico Lisandro de la Torre a fines del ’59, la barriada tomó la altura de la “Resistencia Obrera”. Reprimida con la Policía Montada.

Por entonces, el gobierno de Arturo Frondizi, 1960, puso en acción el Plan CONINTES (Conmoción Interna del Estado) y encarceló a buena parte de la dirigencia sindical peronista. Lo que el intelectual John William Cooke, hace 65 años, calificó de “Traición de Frondizi”. En julio del ’57, en Caracas, por pedido del Gral. Perón, el célebre “Gordo” Cooke firmó un acuerdo con Rogelio Frigerio, misión Frondizi.

El presidente de Rosario Central, Federico Flynn, jefe del ferrocarril Mitre en Rosario, no sólo no condenó a nadie —esto alguna vez evocó César Menotti, que quería mucho al dirigente—, sino que a las promesas del club les daba un “viático”, “colaboradores ferroviarios”. Menotti, así, pudo acceder a una moto “Vespa” en el “Rincón de los Recuerdos”. Corría 1958, y el “Flaco” era la gran promesa “canalla”.

Según Alarcón, el club tenía una deuda de gratitud con la “Fundación Eva Perón”. Entre 1948 y 1949, Evita destrabó un conflicto judicial para la compra de terrenos lindantes, y en el ’51 Rosario Central pudo acceder al Estadio de Arroyito, quizá más confortable. Es por esa causa que el dirigente Federico Flynn, antes de ser presidente, haya alcanzado simpatías con el peronismo”, recabó el historiador.

El repaso remite al plantel rosarino. En el arco, el peruano Wálter Ormeño, ex Boca, 1.95 de estatura. En defensa, todos del club: Juan Carlos Biaggioli, una de las figuras, central. A los costados, Carlos Álvarez, Néstor Lucas Cardozo, el “5” José Minni, adquirido por Independiente, a su lado Alberto Ducca. Adelante, los dos mejores: el salteño Miguel “Gitano” Juárez y José Antonio Castro. En Lima ’57, en la selección.

Juárez, Castro y Alberto Sánchez, llegados de Córdoba, del club Paz Junior. Adelante, alguien que ya estaba e imposible de olvidar por su apellido bien “Tano”: Roberto Appiciafuocco. El 8. Central ese año le ganó a Boca en La Bombonera. Esa tarde, Ormeño le atajó un penal a Federico Edwards, que le pegaba de zurda con un “fierro”. El “Gitano” Juárez, la figura. Ahí, convocaron a la selección.

El contexto, se dice ahora, marcaba un momento de dolor para el pueblo peronista. El gobierno de Pedro Aramburu e Isaac Rojas, ante “la asonada” del Gral. Juan José Valle, militar nacionalista admirado del Gral. Perón, sofocada y por la Ley Marcial, fusilados una treintena de civiles y militares. Junio del ’56.

Lo de Nueva Chicago, el plantel que al cabo ganó el ascenso, liderado por Jorge Nicolás Higuaín, popular “Pipa”, que pasó por San Lorenzo, Boca y River, entre 1983 y 1992. Con el duro central, entre otros, Mario Franceschini, ex Boca, autor de 27 goles, siendo volante ofensivo. La gran figura. También los hermanos Erba: Roque, River, atacante; Juan Carlos, defensor, Independiente. También Larramendi, en plantel recordado.

La memorable “Marcha Peronista”, grabada en el ’49 por Hugo del Carril, también trajo consecuencias al gran cantante, luego actor y director cinematográfico, muy peronista. En el ’56, con las detenciones en tiempo de “La Libertadora”, Hugo estuvo un tiempo preso en la Cárcel de la Avenida Las Heras, donde resultó fusilado el Gral. Valle.

Cuando había vuelto el Gral. Perón, en noviembre del ’72, Del Carril, en alguna de las entrevistas, recordaba aquel momento: “Lo único bueno de todo ese tiempo nefasto, a la mañana, cuando debíamos salir al patio, antes de ir al baño, de los pabellones altos, todos me pedían que cantara la ‘Marcha Peronista’. A riesgo de recibir palos”, recordaba.

 

 

 

*Columnista La Señal Medios, Mundo Amateur (Víctor Lupo) Agencia Nacional y Popular, AGN-Prensa, De Memoria, El Retrato de Hoy.

 

 

24/2/2025

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