Funcionarios libertarios y jefes militares argentinos legitimaron la ocupación de Malvinas al participar de la despedida oficial de la embajadora británica

Por Redacción

En un nuevo acto de subordinación por parte del gobierno libertario, la embajadora Kirsty Hayes fue «homenajeada»el último martes  en un evento oficial que se llevó adelante en el  Teatro Colón al que asistieron figuras del Ejecutivo reaccionario  y de las Fuerzas Armadas. La ceremonia, lejos de ser un gesto diplomático inocente, expuso la claudicación del Estado argentino ante la ocupación británica de las Islas Malvinas y la explotación ilegal de recursos nacionales.

Entre los asistentes se destacó la presencia de los ministros del gabinete libertario Federico Sturzenegger y Mariano Cúneo Libarona, junto a los jefes del Estado Mayor Conjunto, el brigadier Xavier Isaac (Fuerza Aérea), el teniente general Carlos Presti (Ejército) y el almirante Carlos Allievi (Armada). La asistencia de los máximos responsables políticos y militares del país al homenaje dirigido a la representante de una potencia ocupante fue interpretada por una gran parte del arco político y social nacional como un gesto de alineamiento con los intereses británicos en la región.

Durante su intervención, Kirsty Hayes afirmó: “Existe una relación privilegiada entre el Reino Unido y la Argentina que se remonta al siglo XIX”. El mensaje, pronunciado con tono celebratorio, omitió cualquier referencia a la ocupación de las Islas Malvinas, a la presencia de una base de la OTAN en el Atlántico Sur o a la explotación de recursos naturales bajo control británico. Ninguno de los funcionarios ni jefes militares presentes reaccionó a esa afirmación.

Cabe señalar que desde hace más de un siglo, el Reino Unido sostiene una presencia militar permanente en territorios que forman parte de la plataforma continental argentina. Esa ocupación se complementa con una política extractiva que incluye la apropiación de recursos pesqueros y la expansión de proyectos energéticos en una zona en disputa. La instalación de infraestructura militar en Monte Agradable consolida un escenario de control que vulnera la soberanía nacional y contradice resoluciones de la comunidad internacional.

La despedida de Hayes se desarrolló sin pronunciamientos oficiales que expresaran reserva, desacuerdo o reparos frente a la situación en el Atlántico Sur. Por el contrario, la participación institucional argentina ofreció una imagen de cooperación plena. La puesta en escena fue completada por una función lírica centrada en un repertorio británico, que reforzó el mensaje simbólico del acto.

La decisión del gobierno libertario de convalidar la narrativa británica sin objeciones, y de sumar a los altos mandos de las Fuerzas Armadas al acto, expresa una ruptura con la tradición diplomática argentina en relación con Malvinas. La ceremonia no incluyó ningún tipo de reclamo ni mención al conflicto de soberanía, y constituyó un aval simbólico a los intereses de una potencia extranjera que mantiene un enclave colonial en pleno siglo XXI.

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