Por Redacción
En su mensaje al Secretario General de las Naciones Unidas, en el marco de la pre-cumbre sobre los sistemas alimentario de la ONU, el Papa Francisco alertó que “producimos alimentos suficientes para todas las personas, pero muchas se quedan sin su pan de cada día. Esto constituye un verdadero escándalo”.
Su Santidad expresó, en tal sentido, que “esta pandemia nos ha enfrentado con las injusticias sistémicas que socavan nuestra unidad como familia humana. Nuestros hermanos y hermanas más pobres, y la Tierra, nuestra Casa Común que “clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella”, exigen un cambio radical”.
“Desarrollamos nuevas tecnologías con las que podemos aumentar la capacidad del planeta para dar frutos, y sin embargo seguimos explotando la naturaleza hasta el punto de esterilizarla , ampliando así no solamente desiertos externos sino también desiertos espirituales internos”, alertó el Papa.
Francisco remarcó que “producimos alimentos suficientes para todas las personas, pero muchas se quedan sin su pan de cada día. Esto “constituye un verdadero escándalo”, un crimen que viola derechos humanos básicos. Por lo tanto, es un deber de todos extirpar esta injusticia mediante acciones concretas y buenas prácticas, y a través de políticas locales e internacionales audaces”.
Asimismo, señaló “en esta perspectiva, juega un papel importante la transformación cuidadosa y correcta de los sistemas alimentarios, que debe estar orientada para que sean capaces de aumentar la resiliencia, fortalecer las economías locales, mejorar la nutrición, reducir el desperdicio de alimentos, brindar dietas saludables accesibles para todos, ser ambientalmente sostenible y respetuosas con las culturas locales”.
El Sumo Pontífice subrayó que “si queremos garantizar el derecho fundamental a un nivel de vida adecuado y cumplir nuestros compromisos para alcanzar el objetivo Hambre Cero, no basta con producir alimentos. Se necesita una nueva mentalidad y un nuevo enfoque integral y diseñar sistemas alimentarios que protejan la Tierra y mantengan la dignidad de la persona humana en el centro; que garanticen suficientes alimentos a nivel mundial y promuevan el trabajo digno a nivel local; y que alimenten al mundo hoy, sin comprometer el futuro”.
En esa línea, para Francisco “es esencial recuperar la centralidad del sector rural, del que depende la satisfacción de muchas necesidades humanas básicas, y es urgente que el sector agropecuario recupere un rol prioritario en el proceso de toma de decisiones políticas y económicas, orientadas a delinear el marco del proceso de “reinicio” post-pandemia que se está construyendo”.
De acuerdo con ese pensamiento, agregó que “en este proceso los pequeños agricultores y las familias agrícolas deben ser considerados actores privilegiados. Sus conocimientos tradicionales no deben pasarse por alto ni ignorarse, mientras que su participación directa les permite comprender mejor sus prioridades y necesidades reales”.
Para ello “es importante facilitar el acceso de los pequeños agricultores y de la agricultura familiar a los servicios necesarios para la producción, comercialización y uso de los recursos agrícolas. La familia es un componente esencial de los sistemas alimentarios, porque en la familia “se aprende a disfrutar el fruto de la tierra sin abusar de él y se descubren las mejores herramientas para difundir estilos de vida respetuosos del bien personal y colectivo””.
El Papa precisó que “este reconocimiento debe ir acompañado de políticas e iniciativas que satisfagan plenamente las necesidades de las mujeres rurales, fomenten el empleo de los jóvenes y mejoren el trabajo de los agricultores en las zonas más pobres y remotas”.
Francisco enfatizó, al mismo tiempo, que “somos conscientes de que los intereses económicos individuales, cerrados y conflictivos —pero poderosos— nos impiden diseñar un sistema alimentario que responda a los valores del Bien Común, a la solidaridad y a la “cultura del encuentro”. Si queremos mantener un multilateralismo fructífero y un sistema alimentario basado en la responsabilidad, la justicia, la paz y la unidad de la familia humana es primordial”.
Su Santidad explicó que “la crisis a la que actualmente nos enfrentamos es en realidad una oportunidad única para entablar diálogos auténticos, audaces y valientes, abordando las raíces de nuestro sistema alimentario injusto”.
Por orto lado aseguró que “tenemos la responsabilidad de realizar el sueño de un mundo en donde el pan, el agua, las medicinas y el trabajo fluyan en abundancia y lleguen primero a los más menesterosos. La Santa Sede y la Iglesia católica se pondrán al servicio de este noble fin, ofreciendo su contribución, uniendo fuerzas y voluntades, acciones y sabias decisiones”.
Francisco concluyó “pido a Dios que nadie quede atrás, que toda persona pueda hacer frente a sus necesidades básicas. Que este encuentro para la regeneración de sistemas alimentarios nos ponga en camino para construir una sociedad pacífica y próspera, y sembrar semillas de paz que nos permitan caminar en autentica fraternidad”.
28/7/2021