Poliedro

Francisco: “En las familias, padre y madre deberían tener tiempo para compartir con sus hijos y no caer en la dictadura del hacer”

Por Redacción

En su oración dominical del Ángelus, el Papa Francisco reflexionó sobre la importancia del “descanso y la oración”, basándose en el evangelio del XVI Domingo del Tiempo Ordinario. El Santo Padre denunció la “injusticia social” impuesta por la “dictadura del hacer”, que obliga a muchos padres a sacrificar el tiempo con sus familias en su lucha diaria por el sustento.

El Santo Padre aseguró: “El Evangelio de la liturgia de hoy (Mc 6,30-34) narra que los apóstoles, regresando de la misión, se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho; entonces Él les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco»”.

Durante su intervención habitual, Francisco remarcó que la preocupación por el descanso se refleja en las enseñanzas de Jesús dado que “quizás está intuyendo un peligro que puede incumbir también en nuestra vida y nuestro apostolado”.

Por otro lado, advirtió que el “entusiasmo en el llevar adelante la misión, o el trabajo, así como el papel y las tareas que nos son confiadas nos hacen víctimas del activismo, tan preocupados por las cosas que hacer y por los resultados. Y entonces ocurre que nos agitamos y perdemos de vista lo esencial, arriesgando acabar con nuestras energías y caer en el cansancio del cuerpo y del espíritu”.

“Esto puede ocurrir por necesidad, incluso en las familias, cuando, por ejemplo, el padre, para ganarse el pan, se ve obligado a ausentarse para trabajar, teniendo así que sacrificar tiempo para la familia. A menudo se van temprano por la mañana, cuando los niños aún duermen, y vuelven tarde por la noche, cuando ya están en la cama. Y esto es una injusticia social”, explicó Francisco.

Al mismo tiempo, enfatizó: “En las familias, padre y madre deberían tener tiempo para compartir con sus hijos, para hacer crecer ese amor familiar y no caer en la dictadura del hacer. Pensemos qué podemos hacer para ayudar a las personas que se ven obligadas a vivir así”.

El Santo Padre aclaró que “el descanso propuesto por Jesús no es una fuga del mundo, un retirarse en el bienestar personal; por el contrario, frente a la gente confundida Él siente compasión. Es posible tener una mirada de compasión, que sabe reconocer las necesidades del prójimo, solamente si nuestro corazón no está consumado por el ansia del hacer, si sabemos detenernos y, en el silencio de la adoración, recibir la Gracia de Dios”.

En este contexto, a modo de reflexión, el Papa interrogó: “¿Sé detenerme durante mis jornadas? ¿Sé tomarme un momento para estar conmigo mismo y con el Señor, o estoy siempre sumido en la prisa de las cosas por hacer? ¿Sabemos encontrar un poco de “desierto” interior en medio del ruido y a las actividades de cada día?”.

Por último, concluyó “que la Virgen Santa nos ayude a “descansar en el Espíritu” también en medio de todas las actividades cotidianas, y a ser disponibles y compasivos para con los otros”.

 

 

 

22/7/2024

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