Por Redacción
Alejandra “La Locomotora” Oliveras, una de las figuras más destacadas del boxeo argentino, falleció este lunes a los 47 años tras permanecer internada en el Hospital José María Cullen de Santa Fe a raíz de un accidente cerebrovascular (ACV) isquémico sufrido el 14 de julio.
El fallecimiento fue confirmado en horas de la tarde luego de que la ex boxeadora sufriera una descompensación irreversible, a pesar de que el último parte médico de la mañana había mostrado signos alentadores. Bruno Moroni, director del hospital, señaló en su momento que “seguía sosteniendo el avance, con momentos de apertura ocular y comprensión de órdenes motoras”. Sin embargo, horas más tarde la situación se agravó y no pudo recuperarse.
Nacida en San Salvador de Jujuy y radicada en Córdoba desde pequeña, Oliveras construyó una carrera destacada en el pugilismo profesional con un total de 38 peleas, 33 victorias, tres derrotas y dos empates. Fue campeona mundial en seis oportunidades y la única mujer argentina en consagrarse en distintas categorías: peso supergallo, pluma, ligero, entre otras—, logro que le valió un récord Guinness. En 2024, el Salón de la Fama del Boxeo Latinoamericano, con sede en Caracas, la reconoció por su trayectoria y aporte al deporte.
Su historia personal tuvo capítulos de superación. Madre joven, descubrió el boxeo tras participar en una pelea improvisada en una plaza. Continuó vinculada al deporte y la sociedad tras su retiro en 2019. Incursionó en política de la mano de Patricia Bullrich en la campaña presidencial de 2023 y dirigió el programa “Cuidar el juego” desde la Dirección Nacional de Seguridad en Eventos Deportivos, destinado a prevenir la violencia en el deporte infantil y juvenil.
El estado de salud de Oliveras se complicó desde su internación. El 16 de julio debió ser sometida a una operación de urgencia para reducir la inflamación cerebral causada por el ACV. El neurocirujano José Carlos Del Sastre explicó que la intervención no trató directamente el accidente cerebrovascular sino que fue una maniobra de salvataje para aliviar la presión intracraneal y evitar complicaciones mayores. “Era una situación límite. Las primeras 72 horas eran clave”, afirmó el especialista, que destacó la evolución dinámica de estos cuadros clínicos.
La partida de Alejandra Oliveras provocó conmoción en el deporte y en la sociedad, dejando un legado imborrable como deportista y como referente comprometida con la comunidad.