*Por José Luis Ponsico
Hace tres años nuestro fútbol tenía todo en contra luego del fracaso compartido por Claudio Tapia con Jorge Sampaoli: frustración en Rusia 2018. En el periodismo “gente grande” hizo una parodia: desde los panelistas que se pusieron de pié para hacer “un minuto de silencio”. Un papelón.
No todos se acuerdan, veteranos del periodismo también los jóvenes, se ensañaron con el DT. Lionel Scaloni. Medios, influyentes, aludían “a la falta de identidad” en el juego del seleccionado, aun cuando todavía el técnico todavía no había plasmado la idea.
Se “venían” los jugadores no tan conocidos por el público argentino, todos en el radar de Scaloni y sus aliados en el cuerpo técnico: Pablo Aimar, Wálter Samuel, Roberto Fabián Ayala, entre los citados por el DT. en la última conferencia de prensa. Un cuerpo técnico de lujo.
De pronto, la Argentina “descubrió” a Emiliano “Dibu” Martínez, Christián “Cuti” Romero, Nahuel Molina, Nicolás González que no llegó; el DT. confirmó a Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico, Marcos Acuña, Leandro Paredes, Rodrigo De Paul. Todos “de Scaloni”. Tres años.
Sumó al tucumano Exequiel Palacios, al coterráneo Joaquín Correa, los juveniles Alexis Mac Allister, Julián Alvarez y Enzo Fernández. Sin olvidar a Giovanni Lo Celso, ni a Angelito Correa ni a Juan Foyth. El hallazgo de Lisandro Martínez. En el recorrido el seleccionado tuvo juego y agallas de otros éxitos.
Los Mundiales´78 y´ 86. El fútbol bien jugado. Por abajo, Lionel Messi remitiendo a Diego Maradona en México´86 y a Enrique Omar Sívori, Sudamericano de Lima´57. El fútbol argentino en máxima expresión. El arte para atacar, la fuerza para defender. La habilidad, triangulación del medio hacia adelante
“Lástima grande que en la Argentina no nos vieron cuando hicimos ocho goles a Colombia, tres a Ecuador, seis a Chile, cuatro a Uruguay y tres a Brasil”, comentó el célebre “Cabezón” en una entrevista periodística, primavera 2002.
El segundo argentino una obra de arte a la hora de ejecutar un contrataque. Del rechazo defensivo en ocho o nueve segundos la pelota pasó por seis jugadores argentinos: luego de un centro fallido de Francia, pasó por Molina, De Paul, Messi, Julián Alvarez, Mac Allister que generosamente lo dejó solo a Di María. Fantástico.
Carlos Bilardo en junio del ’86 no festejó el gol de Jorge Valdano, en el minuto 12 del segundo tiempo contra Alemania en el rápido contrataque que lo tuvo al ex 9 de Ñuls y del Real Madrid haciendo una diagonal larga, dejando la pelota en el pié derecho de Héctor Enrique. La pausa del “Negro”. Pase y llegada de Valdano.
El pié abierto del cerebral delantero, un hombre de las letras, caso poco común en un futbolista, el corpulento Harald “Tony” Schumacher en el piso, Argentina se pone dos a cero. Carlos Pachamé lo abraza al tiempo que le pregunta:
” ¿Qué pasa Carlos, no festejás ?” indagó el ex 5 de Estudiantes multicampeón en tiempos de Osvaldo Zubeldía. El “Pincha” del 65 al 70 colmado de títulos locales e internacionales.
“No sé, me pasa algo raro. Va demasiado fácil” respondió el popular “Narigón” artífice del seleccionado campeón mundial. Bien, es posible que el mismo síndrome haya recorrido el cuerpo del banco argentino cuando en tres minutos Francia que estaba derrotada, en dos jugadas consiguió un empate impensado.
Las emociones dejaron al país al borde de un infarto colectivo. Francia hasta parecía con los cambios tener más aire. El 2 a 2 dejó todo tipo de sensaciones para el suplementario. El gol con suspenso de Lionel Messi, casi 35 años, en el minuto 112 de la final, el genio del club Grandoli, Rosario, en el área chica de los “Blues”.
Otra vez, se presentaba para la Argentina. En el minuto 118 tras un córner desde la derecha 12 jugadores en el área, rechazo, remate de Kyllian MBappé. Podría ir alto. O no. Gonzalo Montiel sale a tapar, el brazo para taparse la cara. Le dá en su codo. El árbitro polaco Szymon Marciniak. Excelente, marcó penal.
El 3 a 3 remitía a un descuento de cuatro minutos. Tras los 120. En un contrataque cuando Argentina cambiaba golpe por golpe, el ingresado Randal Muani, mano a mano contra “Dibu”: A “quemarropa”. Un “fusilamiento”. El héroe nacional como contra Australia, en el final, tapó el remate y salvó la derrota. Inmerecida. Minuto 123. Sin retorno.
Enseguida Messi le puso una pelota al claro -la enésima en el Mundial- a Montiel que subió como un rayo por derecha, el centro a la cabeza de Lautaro Martínez, si le daba con parietal izquierdo, cruzando el cabezazo en el minuto 124, ganaba Argentina. No pudo ser.
Los penales puso de nuevo a “Dibu” entre Ubaldo Fillol. Mundial ’78 y Sergio Goycochea, Mundial Italia ’90, combo milagroso a la hora de salvar al seleccionado nacional. El final, la gloria, para los ejecutantes, Messi, Paredes, Paulo Dybala, el cuarto Montiel que desde River, no falla. Los de Marcelo Gallardo llevaban 14 malogrados.
El final para “la prensa canalla”. Periodistas que se burlaron. Uno que se había “cruzado” mal con Diego Maradona luego de la clasificación en Montevideo, 2009, para el Mundial Sudáfrica 2010, el que vivió el bochorno de “la tenés adentro” hizo otra parodia: De rodillas, el periodista que no honra la profesión pidió que no convocaran a Di María.
“A la selección le falta identidad”, repetía el mismo diario que en México´86 denostó antes del Mundial al Doctor Bilardo y los suyos. Montiel convirtió el cuarto penal. El mismo que recibió burlas de uno de sus rivales, en la final contra Boca en Madrid. Un “elegido” para tomar revancha en la vida. Así, ganó el mejor fútbol y perdió “el odio”. Una vez más.
Capítulo aparte para la legión de periodistas, muy antiperonista, también antikirchnerista desde hace tres años predicando: “La Argentina país inviable. Los jóvenes no tienen futuro. Deben irse”, en monsergas lamentables. Hoy, hasta de Bangladesch quieren vivir en la Argentina. Nuevos “argentos”.
El General Perón decía: “El tiempo es mejor aliado de la verdad y la justicia”. El “gorilismo” hoy de luto.
*Periodista, columnista de La Señal Medios, Libre Expresión, Mundo Amateur Agencia Nacional y Palabra Sindical.