*Por Redacción
El Sindicato de Obreros Curtidores que lidera Walter Correa, conmemoró, este 20 de noviembre, el Día de la Soberanía Nacional. A través de un comunicado el SOC realizó un análisis histórico de la trascendencia de ésta fecha para el sentir nacional.
“El Día de la Soberanía Nacional se celebra en conmemoración de la Batalla de la Vuelta de Obligado, librada el 20 de noviembre de 1845. En esa fecha, las tropas de la Confederación Argentina liderada por Juan Manuel de Rosas resistieron heroicamente el avance de las fuerzas de Francia y Gran Bretaña, superpotencias de la época que pretendían dominar el comercio en el Río de la Plata y los ríos interiores”, narró la organización sindical que conduce Correa.
En tal sentido el Sindicato de Obreros Curtidores selañaló que “las fuerzas nacionales, conducidas por el general Lucio Norberto Mansilla, pelearon en inferioridad de condiciones y, luego de un feroz combate, fueron finalmente derrotadas. El teniente coronel Juan Bautista Thorne fue uno de los combatientes de esa jornada. En medio de la batalla quedó sordo debido a las explosiones de los ataques extranjeros. Por esa razón no escuchó la orden de cese del fuego impartida por Mansilla, negándose a abandonar su puesto en las baterías durante una hora, luego de que el resto de las fuerzas nacionales se hubiera rendido. Esta heroica acción demoró el desembarco de las tropas europeas. Según Thorne, sus cañones “le imponían hacer fuego hasta vencer o morir””.
El relato histórico continuó: “La derrota en Obligado, sin embargo, se convirtió en un símbolo de la defensa de los intereses nacionales, y configuró una victoria diplomática para la Argentina debido al alto costo material sufrido por la misión de comercio extranjera”.
Los Curtidores concluyeron que el general “San Martín, desde el exilio, reconoció la importancia de la resistencia argentina en la batalla de Obligado con una frase que quedó en la historia: “Los interventores habrán visto por esta muestra que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca”. Posteriormente, y por esta misma razón, San Martín regaló su histórico sable corvo al brigadier Juan Manuel de Rosas”.