De repente, una nueva Casta ocupa el escenario político: la de los hermanos Javier y Karina Milei. El odio en el campo de los gobernantes crece de modo insospechado. Los legisladores en un “nido de ratas”. Los periodistas, la mayoría, “tipos ensobrados”. Los jubilados, mal pagos y encima apaleados en distintas movilizaciones. Un cúmulo.
Desde la exguerrillera Patricia Bullrich, una de las involucradas, “Montoneros”, el secuestro de Jorge Born y su hermano, invierno del ´74, pasando por un trío que se las trae en materia de corrupción: Edgardo Kuieder, Cristian Ritondo y Andrés Vázquez, el de la ex-DGI. Avalado por la ex-SIDE, que domina el “asesor estrella”, Santiago Caputo.
El impacto del odio tiene un punto de partida en plena campaña presidencial. Milei, en respuesta a un comentario del Papa Francisco a los jóvenes hace año y medio, calificó de “imbécil” a Su Santidad. Luego se arrepintió. Corrió a la Santa Sede con su hermana Karina. El pecado demasiado grande.
Cuando Patricia Bullrich estaba en plena acción proselitista y decía votar a Milei “Resulta peligroso”, el titular de la “Libertad Avanza” respondía: “Ella ponía bombas en jardines de infantes”. El pasado la condenaba a aquella juvenil integrante de la organización guerrillera. Lejano el tiempo cuando, en la Jotapé, cantaba: “Perón, Perón o muerte”.
Milei tomó como símbolo la “motosierra”, una impronta de los españoles de “Podemos” (2012) en el auge de “Los indignados” en Madrid. Impactó en miles de jóvenes que estaban hartos de la política vernácula.
Luego, expresada por Alberto Fernández, lejos del pretendido “estadista”. Aquella vez, el sacerdote Jorge Bergoglio, como otras tantas veces, advirtió sobre “los mesiánicos”. A los jóvenes: “Hagan lío”, en su gira por Chile, viviendo algunos cierta nostalgia por el gobierno del dictador Pinochet. No fue lo único que molestó a Milei con Su Santidad, que lo hizo ir, más tarde, al Vaticano. El Papa aludió a que el nazismo, en los ´40, dejó tierra arrasada en Europa. “Murieron más de 45 millones de personas”, dijo Bergoglio mucho antes de ser Sumo Pontífice.
Los gobiernos que remiten al “autoritarismo”, decía el sacerdote, alguna vez tildado de ser “Papa peronista”. Algo que molesta al actual gobierno de los hermanos Milei, que arrasan con todos los símbolos del peronismo desde los tiempos de los ´50, cuando la Argentina iba camino a ser una Nación.
En las últimas horas, se cruzaron mal Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich por el tema de la fuga de presos en una comisaría en el barrio porteño de Liniers. En todo el país, “sobran presos y faltan cárceles”. Algunos censos dan una cifra cercana a los 100 mil presos. El sistema penitenciario no puede con el delito.
Larreta recordó a Bullrich su misión como ministra de Seguridad en la Nación. Algo que enfureció a la ex “combatiente de los ´70”, al punto de calificarlo como “cadáver político” al exjefe de Gobierno. Larreta, lejos de inmutarse, la siguió. En los tiempos de adversarios en el PRO (Propuesta Republicana), la Bullrich ofrecía ser jefe de Gabinete a Larreta si ella ganaba. Una comedia que remite al dúo Pimpinela, en términos de la política desde la Capital Federal.
Algunos sospechan que Patricia apunta, por elevación, al tándem de Mauricio y Jorge Macri. Ella quiere ser la jefa de Gobierno en CABA para 2027, con apoyo de Milei. Horacio, en la “guerra de los Roses”, no se quedó atrás: “Patricia, nunca la coherencia en los ideales políticos te acompañó demasiado”. Y agregó: “Pasaste de Montoneros a Menem, de Cavallo a Carrió, luego a De la Rúa y ahora, después de Macri, a Milei”, siguió Horacio por Twitter.
“Mucha gente se pregunta: ¿cuál es la verdadera?”, disparó Larreta al corazón de la ministra de Seguridad. La “motosierra” como argumento de campaña tampoco ha sido creación de Javier Milei. El hallazgo pertenece a la anterior elección en EE. UU., la primera que ganó Donald Trump. Uno de sus candidatos al Senado norteamericano, en 2015, hizo furor con la imagen tipo ametralladora. Algo que copió Milei en Movistar Arena. Puro plagio político.
“¡Viva la libertad, carajo!”, grito de guerra en tiempos de la “Revolución Libertadora”, luego “Fusiladora”, con el peronismo proscripto. La “resistencia peronista” arengaba: “¡Viva Perón, carajo!”. Habría que retroceder a junio del ´56. Una veintena de “fusilados”, entre militares y civiles. El antiperonismo en estado puro. Como ahora.
El senador nacional Edgardo Kuieder quiso pasar la “Triple Frontera” con 214 mil dólares, supuestas “coimas” para que el gobierno pudiera alcanzar, con lo justo, la votación en la Cámara Alta por la llamada “Ley Bases” Federico Sturzenegger.
El diputado Cristian Ritondo, uno de los favoritos de Mauricio Macri, candidato del PRO a presidir la Cámara Baja, quedó entrampado, al igual que Kuieder, en casos de “enriquecimiento ilícito”. Cuentas en el exterior a nombre de su esposa. Ritondo estuvo años haciendo campaña contra la supuesta corrupción kirchnerista. Un campeón.
El eterno funcionario de la ex-DGI Andrés Vázquez, fana de Huracán y con fuerte apoyo político, empezando por sus amistades en la ex-SIDE, ahora comandada por Santiago Caputo, también quiere, como los anteriores, abrir una inmobiliaria en Miami. Quedó pegado a la compra de inmuebles, otro caso de enriquecimiento ilícito en el estado de Florida, EE. UU.
El gran director cinematográfico Stanley Kubrick ganó el “Oscar” con un filme calificado de “policial negro” en 1959, cuyo título también ingresa en la vida política argentina, especialmente desde hace un año o algo más. La película, quizá basada en un hecho real, refleja la desintegración de una banda que atracó el Hipódromo de Chicago. Hay que buscarla.
La película de marras se llamó Casta de malditos. Imperdible. Lo dicho: los valores de las ideas y de la acción transformadora de una sociedad hoy se construyen desde el odio. Se hace difícil pensar en una Argentina donde abunden los buenos ejemplos.
Un consuelo: en Ucrania, los chicos de Kiev se entretienen con dibujos sobre la guerra.
Ampliaremos.
6/1/2024