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El “Nene” Sarnari, “todo-campista”, “fetiche” del “Tano” Cesarini

Por José Luis Ponsico

Había llegado de Firmat, Santa Fe, a las inferiores de River con 16 años. Enseguida por su físico -1.83 y despliegue- subió a Primera con apenas 17. En el “clásico” contra Racing en “El Cilindro” convirtió dos goles y se instaló en el fútbol grande. Racing perdió su chance en el ’59 River ganó 3 a 2 y la revista “Goles” destacó al pibe santafesino, aunque lo bautizó “Zarnari”. El  periodismo de entonces no conocía a las promesas que llegaban a Primera. River ganó varios partidos con un ataque donde se mezclaba experiencia y juventud. Aunque quedó cuarto.

Adelante se destacaban Norberto Menéndez, 23 años, cuatro en Primera y el peruano Oscar Gómez Sánchez, 25, figura en la selección incaica. Con ellos dos juveniles Ermindo Onega y Juan Carlos Sarnari. Por izquierda, Roberto Zárate. Igual hubo cambios en el 60. Llegaron varios extranjeros, Sarnari perdió el puesto primero con Paulo de Almeyda “Paulinho” y más tarde con Moacir (Claudino Pinto) suplente en el “scracht” de Brasil. El “Nene” tenía  20 años cuando luego de un buen año en Primera, en el´62, pasó a préstamo a Huracán.

En River estaba Martín Pando, cerebro del equipo y en Huracán, Alberto Rendo, otro notable “8” organizador. Sarnari estuvo jugando por la derecha, mitad “wing”, mitad interior. Recién en el ´65 con la llegada por tercera vez a River de Renato Cesarini, produjo el despegue.

Tenía mucho ida y vuelta. Buena pegada y excelente juego aéreo. Quizá faltaba pausa. Al menos lo que vio Cesarini. Que lo convirtió de “8” en “5” figura clave de un gran equipo. Luego capitán con 23 años y más tarde jugador de la selección previo Mundial de Inglaterra´66. Cuenta la leyenda que Renato quiso viajar una tarde desde el Hindú Club donde se concentraba River -abril´65, la fecha se suspendió por una tormenta eléctrica- en el flamante auto del “Nene”, Fiat 1500 recién salido de la concesionaria.

Primer domingo de abril. San Lorenzo tenía dos o tres juveniles que la “rompían”. Entre ellos el cordobés Roberto Telch y el marplatense Victorio Casa. Se suspendió la fecha por la lluvia. El zurdo Casa con un amigo y dos chicas vivieron el horror en cercanías de la ESMA. La Armada. “José -contó medio siglo más tarde al autor de éstas líneas- me había comprado un Valiant II auto del momento. Estábamos escuchando de “Tito” Rodríguez, tema “Inolvidable”. Una trampa del destino. Un centinela disparó una ráfaga y me voló el brazo. No lo escuchamos”

Cesarini esperaba su auto desde Italia -un bote según los diarios de la época, coche lujoso- pero no quiso volver en el micro con el plantel. En el regreso Sarnari al volante, Cesarini como acompañante. Por la Avenida Maipú cerca de la Gral. Paz, un diálogo desopilante. “Nene, qué bien maneja. Lo estoy observando. Mira siempre adelante. Está atento a los costados. Abajo, sincroniza punta y taco. Apenas embrague” dijo el veterano DT. “8” de River campeón en el´ 37 y de la Juventus, Italia, también campeón tiempo más tarde.

“Renato, hago lo que hacen todos. No es una hazaña manejar…”, respondió el joven futbolista. “Mire, “Nene” si hace todo esto en la cancha usted será “5” de River y manejará la salida en el medio. No descarte ir al Mundial de Inglaterra el año que viene” predijo Cesarini. River no fue campeón. No pudo con Racing el gran Equipo de José (Juan José Pizzuti) y cayó en Chile en fatídica final Copa Libertadores, mayo´66, contra Peñarol de Montevideo en tiempo suplementario.

En el ’68 optó por irse a Chile. Como el fantástico “Charro” Juan Manuel Moreno, 15 años antes, Sarnari resultó figura en la Universidad Católica. Algo que repitió en Colombia donde dejó gran recuerdo en Independiente Santa Fe. Al punto que se quedó a vivir en Colombia desde 1975.

Se volcó al gremio gastronómico como su antiguo compañero de inferiores Juan Carlos Malazzo que hizo lo mismo en México, tras su paso por inferiores de River y un gran ciclo en Argentinos Jrs. integrante del equipazo d, l 60 con Pando, Ramaciotti, Osvaldo Carceo, cuadrado mágico.

Hace unos años antes de la pandemia visitó la Argentina con 77 años y la alegría de un grato reencuentro con sus antiguos compañeros, Juan Carlos Guzmán, Daniel Onega, Oscar Pinino Mas, Roberto Zywicka, entre otros. Todos llevados con Jorge Raúl Solari por el ojo de Cesarini.

Con Guzmán evocaron un tiempo de debate con el periodismo. En el 67 River tuvo un bajón con Juan Carlos Lorenzo, el inefable “Toto” y tras derrota inesperada con Deportivo Español recién ascendido recibió críticas. El periodista “Pepe” Peña, José Gabriel González Peña, comentarista de José María Muñoz en Radio Rivadavia deslizó frases hirientes. La revista El Gráfico con otra mirada menos dura, hizo lo mismo. Una reunión encabezada por Sarnari y Guzmán puso fin a las relaciones.

“La prensa canalla” no merece nuestra atención, sostuvieron grandes figuras del momento en el universo riverplatense. Se anotaron Amadero Carrizo, los uruguayos Roberto Matosas y Luis Cubilla, los hermanos Ermindo y Daniel Onega. El mortero Oscar Pinino Mas. Duró meses.

Por entonces, Sarnari ya había alcanzado el rango de capitán en River y estuvo convocado para el Mundial de Inglaterra que no jugó y su amigo y socio en el medio campo el Indio Solari, resultó gran figura.

Los septuagenarios hinchas de River no olvidaron a Sarnari que despegó como “fetiche” guiado por otro inolvidable, Renato Cesarini. Al punto que varios de sus elegidos fundaron el club en las afueras de Rosario. Es una Fundación que orienta Solari con 15 entrenadores y 200 pibes.

El fútbol también atesora buenos recuerdos. El de Sarnari con Renato, es uno de ellos.

 

 

 

25/4/2023

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