*Por Christian Lamesa
Con el primer cuarto del siglo XXI ya finalizando, nos encontramos con cambios geopolíticos de tal magnitud, que hacen difícil prever el futuro de la humanidad.
Estas transformaciones que estamos viviendo, parecen desafiar el orden mundial unipolar establecido tras la desaparición de la Unión Soviética, cuando los Estados Unidos creyeron contar con el derecho de imponer a los demás países sus “valores” y su “democracia occidental” mediante la prepotencia y el uso de la fuerza.
Por supuesto que esta lógica de dominación imperialista que lleva adelante históricamente el mundo anglosajón, solo puede ser ejercida sobre países a los que logra dominar por la fuerza o sobre aquellos que tienen vocación de vasallos. Sin embargo, conseguir esta sumisión, este sometimiento por parte de estados que valoran y defienden su soberanía, su forma de vida y sus valores tradicionales, es una tarea mucho más difícil y probablemente condenada al fracaso.
Este tipo de países son los que, a mi modo de ver, integran los BRICS. Este grupo conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, funciona formalmente desde el año 2009 y ha experimentado a lo largo de los años un crecimiento exponencial en sus economías, sobrepasando ampliamente al G7, como así también ganando una enorme capacidad de influencia geopolítica a nivel global. A partir del primer día del 2024, este grupo ha sumado en el formato BRICS + a cinco países: Arabia Saudita, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Etiopía. Más de una treintena de naciones ya han expresado formalmente sus aspiraciones a convertirse en miembros integrantes de pleno derecho de esta organización, entre los cuales podemos enumerar a Malasia, Tailandia, Indonesia, Turquía y Venezuela, entre muchos otros.
Como ya he comentado, la capacidad de crecimiento económico del grupo es realmente impresionante, además de prever la financiación de importantes obras de infraestructura entre los países miembros, a través del New Development Bank (Nuevo Banco de Desarrollo) del organismo, erigiéndose incluso, esta entidad bancaria, en un contrapeso a las políticas, a menudo arbitrarias, del Fondo Monetario Internacional. Sin embrago, centrarse tan solo en el aspecto económico o comercial de los BRICS podría ser insuficiente, ya que la colaboración entre sus miembros va mucho más allá, abarcando aspectos tales como la cooperación tecnológica, educativa, sanitaria, cultural, etc.
Antes de profundizar en este aspecto, quiero señalar que, justamente, no es casual que entre los socios fundadores de este grupo de países, se encuentren Rusia, China e India, los cuales no son solo naciones, sino que son Estados-civilización con una visión que en muchos sentidos colisiona de lleno con la lógica del mundo anglosajón, el cual, representado principalmente por los Estados Unidos y el Reino Unido, ven las relaciones internacionales como un juego de suma cero, lo cual se ve reflejado en sus historias, donde todo lo que ganaron, necesariamente debió ser perdido por otros países, arrebatado a otros pueblos.
Por el contrario, la relación de Rusia históricamente con los demás estados ha sido la de la cooperación, la amistad, la lealtad, el respeto a los acuerdos y al derecho internacional, y como se refleja en la actualidad, la construcción de relaciones mutuamente beneficiosas.
Otro ejemplo de la visión de los países que encabezan este nuevo mundo multipolar, en cierta medida representado por los BRICS, es la posición del presidente chino Xi Jinping, al sostener que es necesario: “Fomentar el desarrollo común y la prosperidad de todos los países en la aldea global, y convertir el concepto de las ganancias compartidas en un consenso sólido”. Sin dudas la idea de la “Prosperidad compartida” es un pensamiento revolucionario que se contrapone absolutamente a la lógica depredadora que históricamente ha llevado adelante el llamado También desde la perspectiva histórica del análisis, podemos encontrar otras similitudes entre la mayoría de los fundadores del grupo BRICS, y es que tanto Rusia como China, la India e incluso Sudáfrica han sufrido duramente los ataques, la prepotencia y el saqueo del imperialismo, lo cual ha dejado huellas imborrables en sus pueblos, los cuales quieren hoy construir un futuro más justo para toda la humanidad.
Buena parte de este trabajo, en aras de mejorar el porvenir de los pueblos, se pudo ver hace pocos días, el 27 y 28 de agosto en Moscú, durante el VI Foro Municipal Internacional de los Países BRICS. Este evento fue una plataforma importante para el intercambio de experiencias e ideas entre representantes de los gobiernos regionales y municipales de los países BRICS, así como para construir comunicaciones comerciales efectivas con empresarios en Rusia y otros países socios.
En el marco del mencionado foro se realizó la mesa redonda “El papel de la educación extraescolar y la cooperación internacional en la educación de niños y jóvenes. Experiencia de ciudades y municipios BRICS”, que se dedicó a discutir temas de recreación de niños y jóvenes en los campamentos, como así también acerca de la educación extraescolar.
Participaron en este evento representantes de los órganos legislativo y ejecutivo de la Federación Rusa, jefes de campamentos infantiles rusos y extranjeros y demás organizaciones del ámbito educativo.
Lo antes mencionado, es tan solo uno de los ejemplos de como se está gestando un nuevo mundo multipolar basado en el respeto mutuo y en un trato de igual a igual entre los estados, con fuertes lazos de cooperación para el desarrollo de todos los países en los más diversos ámbitos, mundo multipolar que en gran medida está representado por los BRICS y al cual mira con esperanzas la “mayoría global”.
Como antagonista a este nuevo orden mundial están los Estados Unidos y sus aliados, pretendiendo mantener una hegemonía unipolar arbitraria y decadente, hostilizando por todos los medios a Rusia y a China, los dos más grandes abanderados e impulsores de un nuevo mundo más justo para beneficio de toda la humanidad, intentando matarlo antes de que termine de nacer.
Del resultado de esta lucha dependerá como será el futuro de los pueblos del mundo en los próximos siglos y por este hecho es que no debería haber lugar para la neutralidad.
* Analista geopolítico, fotógrafo y escritor. Autor del libro “La paternidad del mal – Los cómplices de Hitler”. Nominado al premio de la Sociedad Rusa “Znanie” (Российское общество «Знание») como “Educador extranjero del año 2023”. Embajador en la República Argentina de la Sociedad Rusa “Znanie” (Российское общество «Знание»)
16/9/2024