Por Redacción
Un informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) advirtió que la estrategia del gobierno libertario para enfrentar la aceleración inflacionaria se ha volcado hacia un sostenimiento del ancla salarial. Según el relevamiento, esta medida busca compensar la pérdida de referencia que provocó la reciente modificación del esquema cambiario, cuyas consecuencias generaron “una mayor volatilidad en la cotización del dólar” y sumaron un nuevo factor de incertidumbre en el panorama económico.
“El gobierno ha optado por reforzar el ancla salarial como mecanismo para compensar el impacto inflacionario”, señalaron desde el CESO, y destacaron que esta herramienta de tipo heterodoxo “contrasta con su discurso monetarista”.
Los datos relevados muestran que la mayoría de las negociaciones paritarias cerradas en los últimos meses no logró empatarle a la inflación. Según el informe, “pocos acuerdos paritarios lograron superar la inflación”, lo que consolida una dinámica en la que los salarios pierden capacidad de compra de forma sistemática. Esta tendencia no se distribuye de manera uniforme: los sectores registrados exhiben una evolución heterogénea, aunque ninguno logra revertir la caída general.
El nivel de actividad, por su parte, creció respecto a los valores más bajos de 2024. Sin embargo, el reporte detectó señales de desaceleración. “En marzo hubo una caída mensual”, explicaron los autores del estudio, y señalaron que el repunte registrado en el primer trimestre “convive con un estancamiento en la recuperación salarial”.
En este escenario, el informe observa una mayor relevancia del consumo informal como motor de la demanda interna. “El gobierno parece apostar a sostener la reactivación mediante el dinamismo de los sectores informales”, indicó el CESO, y remarcó que el repunte de esos sectores avanza más rápido que el de los trabajadores formales, beneficiados en parte por la estabilidad de precios y la menor presión de las paritarias.
Este segmento, compuesto en gran parte por beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, logró mejorar su capacidad de compra. Según el informe, “esta prestación se duplicó en términos reales”, lo que contribuyó a apuntalar el consumo en los estratos de menores ingresos. A su vez, el gobierno impulsó medidas para “flexibilizar controles impositivos y facilitar sus flujos financieros”.
Una segunda línea de análisis plantea que la pérdida de ingresos de los trabajadores registrados podría estar siendo compensada por un aumento del endeudamiento familiar. “La caída en el consumo de los trabajadores registrados podría estar siendo compensada por un mayor endeudamiento de los hogares”, advirtió el informe, que respalda esta hipótesis con el crecimiento de préstamos personales, prendarios e hipotecarios durante el período.
Para el CESO, el panorama económico del segundo trimestre de 2025 combina factores de tensión e incertidumbre. Mientras el tipo de cambio y la inflación erosionan los salarios formales, el gobierno sostiene el consumo con transferencias sociales, crédito al consumo y mayor flexibilización fiscal sobre el sector informal. El informe sostuvo que esta dinámica genera dudas sobre la sostenibilidad del modelo y profundiza las brechas en el mercado laboral.
12/6/2025