Pudo ser el 25 de mayo del 2003, una fotografía recordada: el abrazo de Néstor Kirchner a Daniel Scioli. El que coqueteó con la Unión Cívica Radical hasta 1989. “Has recorrido un largo camino, muchacho”, decía aquella publicidad de cigarrillos, plena dictadura. Todo indica que casi nunca fueron “los ideales” los que persiguió.
El ex campeón de Motonáutica, en la imagen registrada, lo recibe —el abrazo de Néstor— como de un hermano mayor. Kirchner asumía la Presidencia de la Nación. Scioli hoy es Javier Milei. Se dice que Cristina nunca confió en Daniel. En un momento, los Kirchner lo pusieron en un “freezer”. Hoy, ella dice que no se equivocó con Daniel.
Siguen firmas. El exaltado cordobés Luis Juez, los ’80 peronista universitario, seguidor del extinto José Manuel De la Sota, candidato con Antonio Cafiero. Luego, Juez intendente de Córdoba. Más tarde, aliado de Néstor Kirchner, al que enfrentó. Lejos de los radicales cuando denunció al vitalicio legislador Mario Negri por ser candidato “tapón” para impedir el triunfo suyo.
Luis Juez hoy es Javier Milei, atacado sin piedad por Daniel Passerini, alias “Gordo Dan”, alfil de Santiago Caputo. En las redes sociales abundó sobre el “Gringo” Juan Schiaretti: “Negri recibió dinero”, dijo. Siempre muy polémico. Ahora amigo de Milei. Va y viene.
Eduardo Amadeo, raíces peronistas, los ’70/’80, con el regreso de la democracia, ocupó cargos en la Presidencia de Eduardo Alberto Duhalde, diputado nacional antikirchnerista más tarde. Ahora defensor de las políticas de Milei. No muy lejos suyo, Carlos Ruckauf, histórico PJ. Con Menem, vicepresidente. Con Duhalde, gobernador de Buenos Aires. Hoy, es Milei.
Ruckauf, joven ministro de Trabajo del gobierno de Isabel Perón, 1975, por entonces con algo más de 30 años de edad, en este tiempo es comentarista de “La Nación” Cable, analista de Política Internacional, elogiando la “acción de entrega” del gobierno de Milei. Lo que va de ayer a hoy. Alguna vez embajador argentino en Italia, 1990/93, con Menem.
La historia registra una sucesión de infidelidades desde los comienzos del siglo XX. Desde las posiciones encontradas entre Miguel Juárez Celman, abogado liberal cordobés, y el porteño Carlos Pellegrini, entre 1886/90. Luego, el primero, casi obligado a renunciar por su familiar, el poderoso Julio Roca.
Se venía la Revolución del Parque, 1890: Leandro Alem y seguidores que dieron nacimiento a la Unión Cívica Radical, luego bajo la órbita del fuerte caudillo Hipólito Yrigoyen. En los gobiernos militares, el propio general Juan Perón padeció la traición.
El contralmirante Eduardo Teisaire, elegido vice a la muerte de Hortensio Quijano en 1952. En la caída del ’55 pasó a “La Libertadora”. Algo parecido ocurrió cuando, entre generales, Pedro Aramburu traicionó a Eduardo Lonardi, el primer jefe a la caída de Perón, el 16/09/55.
En noviembre del ’55 asumió Aramburu. El motivo supuesto: el primero “nacionalista”.
Quizá 65 años atrás, Arturo Frondizi vivió una gran desilusión con su compañero de fórmula, Alejandro Gómez. Ambos políticos de comité, abogados. El primero, catedrático. El restante, otra expresión de la UCR. Gómez obligado a renunciar al año de asumir. Se dijo por “su cercanía con los militares”.
Las Fuerzas Armadas no tardaron en tomar “revancha”. Frondizi había ganado a fines de febrero del ’58 con votos peronistas. En el largo exilio de Perón, el peronismo proscripto. Los milicos exigieron la renuncia del principal alfil de Frondizi, el legendario Rogelio Frigerio, y le “metieron” en el gabinete al inefable ingeniero Álvaro Alsogaray.
El tiempo contemporáneo remite a otros desvelos. Entre 1983/88, la relación entre Raúl Alfonsín y Víctor Martínez no resultó la mejor. Lo mismo pasó más tarde entre Carlos Menem y Eduardo Duhalde. Mucho antes, en plena dictadura, Jorge Videla (Ejército) y Eduardo Massera (Armada) vivían un antagonismo declarado.
Entre otras expresiones recordadas: Patricia Bullrich. Libro de Ricardo Ragendorfer —el que duró poco en librerías—, editado hace seis años; se cuenta que ella lo mandó a comprar en librerías del Centro. Apareció impactando De guerrillera a gendarme. Ahí estaban las andanzas de la “Pato” en la organización Montoneros.
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Tiempos de presidencia de Mauricio Macri. Por entonces, el legislador Miguel Pichetto, hoy protagonista decisivo desde el grupo de diputados que toman cierta distancia del gobierno y asimismo del gobierno anterior. Antes, Menem y Kirchner. Pichetto, cuarto de siglo entre ambas Cámaras.
En el medio, candidato a vicepresidente de la Nación de Mauricio Macri, diciembre de 2015. Diputado rionegrino con Carlos Menem, los ’90. Nacido en Lomas de Zamora. La Bullrich, 1984, gobierno de Raúl Alfonsín, acto en el Luna Park, su cabello ensortijado, cantando el estribillo clásico: “Juventud presente, Perón, Perón o muerte”.
Fotos que circulan. Hoy abandonó a Macri y se anotó al toque con Milei, apenas se cerraron los comicios de la segunda vuelta, fines de 2023. Casi un récord. El escenario “ganador” de Cambiemos de fines de 2015, pintado todo de globos amarillos, hoy aparece “dinamitado” por la “Pato” desde las esquirlas macristas.
Elisa Carrió, en el ’94, Asamblea Nacional Constituyente, Santa Fe, mayo-agosto, llegada de la UCR Chaco, declaraba que Raúl Alfonsín era “mi segundo padre”. Luego, con el legislador socialista Alfredo Bravo, formó otro partido: ARI, Argentina República de Iguales.
Desde el centro a la izquierda, con Fernando “Pino” Solanas. Luego, a la derecha, con Macri. Ida y vuelta. Carrió, que en el Chaco ocupó cargo en la dictadura genocida con 25 años —la funcionaria más joven en el gobierno del general Antonio Serrano—, apostó muy fuerte a la democracia. ¿?. Por su exposición mediática tuvo tres millones de votos.
Se permitió, con variantes, agrupaciones de matices ideológicos, sumar 35 años como legisladora. Casi, casi, récord. “Las ideas no se matan”, expresión de Domingo Faustino Sarmiento hace unos 150 años. Los que no la quieren a “Lilita” dicen:
“En casi cuatro décadas, por lo menos, hubiera inaugurado una salita de primeros auxilios en algún barrio pobre de Resistencia. Ella prefería hablar de la ponderada Hannah Arendt desde la filosofía en la posguerra”, le apuntaron en su provincia.
Sarmiento, primero gobernador de San Juan, luego presidente de la Nación entre 1868/74, aplicaba fundamentos de acción política a las ideas. Hoy no parece que sea de ese modo. Las ideas “se matan”. Los cargos “atrapan”. Igual es difícil que Scioli, el ex “Chico 10” (“Pérez Pícaro”), cuando miles de militantes vivían perseguidos y asesinados, haya leído algo de Sarmiento.
Los historiadores suelen resolver estos dilemas con frases cercanas a los momentos en que, entre personas, mujeres y hombres, se percibe mucho amor. El recado que dejan: “Nada es para siempre”. Milei impactó duro contra el progresismo primero y luego contra el macrismo. Se alude desde ahí a “la batalla cultural”.
En el repaso se cuentan dos “vanguardistas”: Patricia “Pato” Bullrich, ahora en la vereda opuesta a su paso 1974/75, en el secuestro de los hermanos Jorge y Juan Born por la organización Montoneros. El holding cerealero pagó 60 millones de dólares de rescate.
La tuvo como partícipe con su ex cuñado Rodolfo Galimberti. Ahora, reunida con Cecilia Pando, líder de las mujeres de la dictadura que reclaman por víctimas del terrorismo. Mujeres en acción. Estaban enfrentadas. Ahora viajan juntas.
El caso Daniel Scioli, virtual “ejecutor” de la medida de gobierno de prohibir el nombre de “Infantiles Evita” a los torneos bonaerenses, lo ubica bien arriba. Dos “vanguardistas”.
Ampliaremos.
*Columnista La Señal Medios, Mundo Amateur (Víctor Lupo), Agencia Nacional y Popular, AGN-Prensa y De Memoria.
*Por José Luis Ponsico