*Por Gustavo Ramírez
Luis Brandoni actúa como el bufón de la corte. Sus declaraciones suenan más a provocaciones que razonamientos elaborados. Nos obstante, su postura de alcahuete del modelo expresa una vocación ideológica que se ha desarrollado durante largos períodos anti-populares en argentina. El actor odia a los pobres y a los trabajadores. Ese es su eje discursivo que lo impulsa a mostrar lo que su sector social representa: El autoritarismo ideológico del sistema.
¿Tienen peso específico las declaraciones públicas de este mercenario público? No, pero si representan un imaginario que circula como flujo del biopoder entre los canales de comunicación de ciertos sectores tóxicos de la sociedad. ¿Hay que minimizar dichas expresiones? No. Hay que darles una dimensión adecuada, porque estos sujetos cuentan con los “fierros” mediáticos y desde allí propagan una violencia simbólica que transfigura los hechos sociales, con un amplio margen de desinformación.
Brandoni aseguró, en declaraciones a la prensa, que aquellas personas que viven descartadas por el modelo económico que el defiende con militantes de la oposición. Es decir, para el actor los pobres que, durante las intensas jornadas de frío, concurrieron al Estadio de River a pasar la noche operaron para desprestigiar al gobierno. Lo ridículo de sus dichos exponen su ignorancia respecto a lo que ocurre delante de sus narices. Su odio visceral lo lleva a tropezar con las palabras y acusar a los pobres de ser gente jodida que solo quiere perjudicar al gobierno.
El militante radical de la derecha reaccionaria soslaya que en la Ciudad de Buenos Aires existen 7.5000 personas que viven en la calle producto de los efectos directos de la crisis que generó el gobierno que él defiende. Del mismo modo, deja de lado, en su interpretación de la realidad, que en la primera parte del 2019 la economía se encuentra en una profunda crisis que produjo un 10,1 % de desocupación, que alcanzó su valor más alto en los últimos 13 años. Tampoco ha tenido en cuenta que en el Gran Buenos Aires el porcentaje de desocupación trepó al 11,1 % y en la Ciudad de Buenos Aires fue del 7,2%. Del mismo modo ha dejado de lado la caída del poder adquisitivo del salario durante 19 meses seguidos.
Al actor hay que explicarle que el modelo económico que él defiende de manera violenta y autoritaria produjo un aumente del 300 % del kilo de pan en tres años y medios de gestión. El asado registró una suba del 302%, el litro y medio de aceite subió un 488 %, la pizza de muzzarella hizo lo mismo en un 250 %, los viajes con SUBE treparon a un 322 %, el pasaje de colectivo llegó a aumentar en estos años de gobierno neoliberal un 322 %.
Brandoni declaró, en una entrevista con el periodista Iván Schargrosky, que “me decís que la gente se muere de hambre, que el viernes hizo frío y River abrió la cancha y fueron 8 mil personas. El sábado, el domingo y el lunes que hizo un frío terrible no fue nadie. Esa ficción yo no me la como. Yo no me lo creo. Después no aparecieron las 8 mil personas, aparecieron en un acto de campaña”.
En dicha entrevista el actor mostró enojo y soberbia al no querer debatir las políticas económicas del gobierno. Esa misma reacción tuvo la semana pasada cuando atacó a los pilotos de la línea aérea de bandera cuando leyeron un comunicado, donde se informaba al público de la situación que atraviesa el sector a partir de la apertura de los cielos. Su violencia no da cuenta, por ejemplo, de que el 36 % de la deuda contraída por el gobierno sirvió para alimentar la fuga de capitales. Es decir 68.388 millones de dólares se fueron del país sobre un endeudamiento récord de 187.000 dólares.
Brandoni expresa lo que el gobierno no puede decir de manera ligera. Son distintas caras de la misma moneda. El republicanismo que ostenta Brandoni es el republicanismo autoritario del mercado, es la violencia salvaje del modelo, es el odio acérrimo al peronismo. Lo que dice el actor es que piensa el gobierno. Para estos agentes de la barbarie capitalista los pobres son elemento de descarte y de eliminación y los trabajadores criminales.
Lo que se pone en evidencia en estos dichos y estos actos es la miserabilidad del modelo y sus representantes. Este sistema económico, este modelo de sociedad excluyente, no tiene interés de poner la economía al servicio del pueblo.
“Los seres humanos y la naturaleza no deben estar al servicio del dinero. Digamos “No” a una economía de exclusión e inequidad donde dinero reina en lugar de servir. Esa economía mata. Esa economía excluye”, evidencia el Papa Francisco.
Lejos del pensamiento de Brandoni y del propio gobierno Francisco cree nosotros, los pobres: “Los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de las “tres T”. Trabajo, techo y tierra. Y también, en su participación protagónica en los grandes procesos de cambio, cambios nacionales, cambios regionales y cambios mundiales. ¡No se achiquen!”.
Para el modelo los pobres, los trabajadores somos elementos descartables, para el Papa Poetas Sociales. Brandoni, es decir el gobierno, promueven la cultural de la violencia mientras las Organizaciones Libres del Pueblo, los pobres, los trabajadores, nos afianzamos en la Cultura del Encuentro, en la Cultura del Comunidad Organizada.
Brandoni, como el ingeniero y sus alcahuetes mediáticos, considera que los trabajadores, los pobres, tenemos que abandonarnos a las bondades del libre mercado y a la imposición del sometimiento político. Ciegos y sordos ignoran a la calle. No existe posibilidad que nos dejemos robar la dignidad.
Con sus brabucones mediáticos el neoliberalismo pretende instruir en el miedo. Hostigan permanentemente al Movimiento Nacional y quieren borrar de la escena política precisamente a la política. Son obsecuentes con ideas que avalan a la muerte como costumbre del estado de las cosas. Como ellos viven de rodillas elevan a universal categórico esa máxima del capital salvaje. No ven que aun de entre la miseria el pueblo sigue de pie y va a hacer tronar el escarmiento. Mientras tanto Brandoni continuará con la falsa comedia que representa en el ridículo papel de bufón de la Corte.
*Director Periodístico de AGN Prensa Sindical