Por Redacción
Los efectos económicos por la pandemia de COVID-19 son realmente desbastadores a nivel internacional. En el caso de la Argentina al presente se le debe sumar al traumático paso por la Presidencia del Ingeniero Mauricio Macri que estructuró su política económica a partir del empobrecimiento sistemático de la clase trabajadora como recurso para la transferencia de riquezas hacia los sectores medios altos y ricos.
La gestión de la coalición Cambiemos precarizó el empleo y profundizó las brechas pre-existentes en la informalidad laboral. La descapitalización del país, junto al permanente ajuste sobre los sectores más desprotegidos por el Estado, agudizó la desigualdad social a nivel social lo que generó que millones de hogares queden fuera del circuito económico sin las necesidades básicas satisfechas. Con una economía ampliamente dolarizada y son sectores comerciales medios, inclinados hacia la continua especulación cambiaria, la situación se ha tornado mas grave aun.
El Instituto de Estadísticas y Censos, dio a conocer este miércoles un nuevo índice de pobreza en el marco de la Encuesta Permanente de Hogares. Los datos del informe no son alentadores y abren una alerta sobre la situación social que atraviesa el pueblo argentino. De esta manera se conoció que 11.680.575 personas viven por debajo de la línea de pobreza. Esto afecta a 2.849.755 y equivale al 40,9% de la población.
Según los datos del INDEC un 8,1 % de los hogares está por debajo de la línea de indigencia, lo que incluye al 10,5 % de las personas. Es decir: en la actualidad existen en el país 2.995.878 de personas indigentes. En tal sentido, y en comparación interanual, la pobreza creció un 5,4 % y la indigencia un 2,5 %, respecto al mismo semestre del año anterior.
Mientras la Canasta Básica Total fue de 43.785 pesos, los hogares pobres registraron un ingreso promedio de 25.759 pesos. Estos datos demuestran que la situación de la personas por debajo de la línea de la pobreza empeoró respecto a sus ingresos y el valor de la canasta básica.
Asimismo el INDEC informó que “el aumento en los valores de la CBA (23,1%) y de la CBT (19,2%) registró una desaceleración de la CBT, con respecto al semestre anterior. La suma de ingreso total familiar aumentó un 11,0% con respecto al semestre anterior, por debajo de la suba de las canastas en el período en cuestión, lo que explica el aumento de la tasa de pobreza del conjunto de la población en el promedio del semestre”.
Otro dato que da cuenta de la dramática situación que se vive en el país tiene que con la infancia: “Se destaca que más de la mitad (56,3%) de las personas de 0 a 14 años son pobres, aunque el mayor crecimiento con relación al semestre anterior se observó en los grupos de personas de 15 a 29 años, con un aumento de 7,1 % ; y las de 30 a 64, con una suba de 5,7 %. El porcentaje total de pobres para ambos grupos es de 49,6% y 36,2%, respectivamente”.
En tanto la pobreza aumentó un 3,8 % en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mientras que en el Gran Buenos Aires registró un alza del 7,0 %. Los datos dan cuenta de una situación que amerita resoluciones estructurales más allá de las políticas de asistencia urgente que ha impulsado el gobierno nacional. Sobre todo, porque las mismas no han alcanzado al total de la población en estado de pobreza e indigencia.
1/10/2020