BRICS, multipolaridad y tecnología: ¿La Inteligencia Artificial cambia la integración global?

*Por Cole Jackson  e **Iqbal Survé

La historia nos enseña que: las pandemias regresan, las guerras resurge, las economías prosperan y las nuevas tecnologías alteran los ordenamientos establecidos. Si bien el patrón de los acontecimientos globales se repite a lo largo de los siglos, la inteligencia artificial (IA) marca un nuevo punto de inflexión. Ahora, la disrupción es cognitiva y social a gran escala, alterando la forma en que las naciones interactúan, el crecimiento de las economías y la relación entre los seres humanos. La influencia global se define cada vez más no solo por la tierra, el ejército y el comercio, sino también por la soberanía de los datos, la infraestructura digital y la capacidad computacional. En este contexto, los países BRICS reconocen que la arquitectura tecnológica global moldeará las trayectorias de desarrollo y la capacidad geopolítica durante décadas.

La IA como herramienta para la inclusión, no para la exclusión

En los países BRICS, la IA está trascendiendo el valor comercial y adquiriendo un propósito público. Bajo la presidencia de Brasil en 2025, la gobernanza de la IA y el crecimiento inclusivo son pilares estratégicos, lo que refleja un compromiso compartido con la soberanía digital y el desarrollo equitativo. Desde los diagnósticos de salud con IA de China y las plataformas educativas multilingües de la India hasta las iniciativas de desarrollo de habilidades para el futuro de Sudáfrica y los sistemas de monitoreo ambiental de Brasil, la tecnología se está aprovechando para impulsar a las comunidades y fortalecer las economías rurales. Simultáneamente, está ampliando el acceso a la atención médica, la educación y la seguridad alimentaria en los países BRICS. El Sur Global está demostrando que la IA puede empoderar en lugar de marginar, un desafío directo a los modelos centrados en la extracción de beneficios y la dependencia digital.

Sin embargo, las mismas tecnologías que prometen inclusión también conllevan profundos riesgos. Sin garantías éticas ni equidad global en la infraestructura digital, la IA puede profundizar la desigualdad, sustituyendo la exclusión económica por la exclusión digital. Los grupos marginados pueden verse sometidos a sesgos algorítmicos, vigilancia digital y explotación de datos. Los países sin ciberresiliencia ni capacidad tecnológica se enfrentan a una mayor vulnerabilidad a los ciberataques, la manipulación y la dependencia tecnológica. Por lo tanto, la promesa de la IA debe ir acompañada de protecciones que garanticen que las poblaciones vulnerables y las economías emergentes no queden rezagadas ni sean dominadas tecnológicamente.

La cultura y los valores humanos siguen siendo el pilar del mundo

A pesar de la acelerada revolución digital, los impulsores fundamentales de la interacción humana persisten: identidad, dignidad, cultura y significado compartido. La tecnología puede reorganizar el poder, pero no puede eliminar la necesidad de pertenencia ni de justicia. Por esta razón, los países BRICS enfatizan la IA ética, la innovación abierta y los marcos que defienden la privacidad, la equidad y la autonomía comunitaria. El futuro es demasiado importante como para dejarlo solo en manos de algoritmos; debe guiarse por valores que defiendan la humanidad, la inclusión social y el acceso equitativo a las oportunidades.

La IA tiene la capacidad de influir en la expresión cultural y las normas sociales de forma sutil y poderosa. Los algoritmos de recomendación pueden reforzar la homogeneización cultural, debilitar los sistemas de conocimiento indígenas y amplificar las narrativas dominantes en detrimento de las identidades locales. Los medios generados por IA pueden difuminar la línea entre autenticidad y manipulación, transformando la forma en que las comunidades cuentan historias, preservan la historia y expresan su creatividad. Esto convierte la preservación cultural, la diversidad lingüística y el diseño ético en pilares esenciales de la gobernanza global de la IA.

Dando forma a la arquitectura moral de la IA

La participación global se está redefiniendo no solo a través de la tecnología, sino también a través de los principios que la sustentan. La IA puede ampliar o reducir la desigualdad. Puede concentrar el control o descentralizar el empoderamiento. La verdadera prueba de esta era radica en si la innovación sirve a la sociedad, no solo a los mercados. A medida que los BRICS avanzan en un modelo de IA centrado en el desarrollo y cimentado en la equidad y la prosperidad compartida, ofrecen una visión donde la tecnología emergente apoya, en lugar de suplantar, el potencial humano.

Este momento requiere no solo un enfoque centrado en el desarrollo, sino también una base ética rigurosa que rija el entrenamiento, la implementación y la supervisión de la IA. La rendición de cuentas, la transparencia y unos estándares globales que reflejen las diversas civilizaciones, no solo las prioridades comerciales occidentales, deben definir el futuro. Al configurar la arquitectura moral y ética de la IA, la humanidad afirma que la tecnología debe elevar la dignidad, proteger los derechos y preservar la soberanía cultural. La historia puede repetirse, pero por primera vez, la humanidad puede dirigir conscientemente su trayectoria mediante un enfoque del progreso tecnológico basado en valores.

La IA presenta tanto un potencial transformador como riesgos significativos, desde el empoderamiento de las sociedades hasta la profundización de las desigualdades existentes. A través de la cooperación entre los BRICS, los países miembros pueden aprovechar la IA para impulsar el desarrollo inclusivo, salvaguardar los valores humanos y establecer estándares éticos que guíen la innovación. Al priorizar el acceso, la ética y la preservación cultural, la IA se convierte en una herramienta para el progreso, en lugar de la exclusión, garantizando que el avance tecnológico fortalezca a las sociedades en lugar de dejarlas atrás.

 

 

*Cole Jackson es asociado principal en BRICS+ Consulting Group, especialista en China y Sudamérica.

**El Dr. Iqbal Survé es ex presidente del Consejo Empresarial BRICS y copresidente del Foro de Medios BRICS. 

 

Fuente LIO.

 

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