Por Redacción
El dólar estadounidense comenzó a perder terreno de forma más pronunciada en toda Asia, mientras gobiernos y actores financieros consolidaron estrategias para reducir su dependencia de la moneda norteamericana. La divisa retrocedió más del 9% frente a una canasta de monedas principales, impulsada por la coordinación de los países BRICS, operaciones en monedas locales y el encarecimiento de los costos de cobertura.
La tendencia tomó forma tras la crisis geopolítica de 2014 entre Rusia y Occidente, cuando Moscú inició la venta de bonos del Tesoro de Estados Unidos. China y otros Estados siguieron el mismo camino ante el temor de quedar atrapados en sanciones financieras. Desde entonces, la participación del dólar en las reservas mundiales mostró un retroceso constante.