*Por José Luis Ponsico
Ahora que están de moda los “Tácticos”, Frank Kudelka, Julio Vaccari, el “Ruso” Zielinski, Jorge Sampaoli, Sebastián Beccacece, con impacto de Marcelo Gallardo, tres centrales en “La Bombonera”, 6 suplentes, River gran primer tiempo, ganando luego con suspenso, es bueno conocer el “romance” de dos de los “padres” del “tacticaje” en la Argentina: Osvaldo Zubeldía y Carlos Bilardo. Va un testimonio.
Del popular “Narigón” al cronista autor de estas líneas los ’90, Osvaldo Zubeldía “nos cambió la vida a varios”. En el recuerdo de su paso por Estudiantes de La Plata, futbolista, entre 1965 y 1970. Lo que sigue es una entrevista en un viaje a La Plata, cuando el Narigón sería designado por el gobierno de Eduardo Duhalde, “Embajador de los Torneos Juveniles Bonaerenses” en 1992.
“—Carlos —indagó el cronista—. ¿Cómo fue el romance con Zubeldía, estando vos dando las últimas materias de Medicina y jugando en la B en Deportivo Español, 1964?” La pregunta con el DT conduciendo una Renault Fuego, modelo actualizado por entonces. Pasaron 60 años.
“Bien, no es tan conocido el tema. Osvaldo me venía siguiendo. A mí, Deportivo Español, también a Roberto Santiago, el 8 de Independiente. Zubeldía quería un medio campo, mucho ida y vuelta, marca y juego. Santiago le pegaba mejor que yo a la pelota. Lo mío pasaba por detectar por dónde venía el armado rival. Encimar al estratega contrario”, empezó diciendo Bilardo.
“A fines ’64 Atlanta organizó un cuadrangular nocturno e invitó a Español. El recordado León Kolbovsky, presidente de Atlanta, inauguraba obras de remodelación del estadio, Villa Crespo y una buena iluminación. Además de Español y Atlanta, estaban Huracán y Almagro. Ya grande, Oscar ‘Coco’ Rossi estaba por fichar para Almagro. Zubeldía sabía todos los movimientos”, siguió.
“Esa noche estuve iluminado no tanto por luces de Atlanta, sino por el juego. Llegué varias veces al área rival, hice un gol y pegué otra en un palo. Cuando terminó todo, se acercó Zubeldía, que estaba en la platea, casi de incógnito. Le había ido muy bien DT entre el ’61 y ’63 en Atlanta y no tan bien en Vélez ’64. Me pidió una charla”, evocó el “Narigón”.
“—Mirá, te vengo siguiendo hace mucho. Tenés juego y sacrificio. Firmo para Estudiantes de La Plata y quiero contar con vos —disparó el gran Osvaldo Zubeldía que armó un equipo Pincha que ganó todo en 6 años, 1965/70.
“Me sorprendió. Sabía que en la B, entre 1962 y ’63, yo jugando de ‘8’ llegué a ser uno de los mejores promedios de goles. En un año convertí 22. Me ganó ‘Toto’ Ferrero, Ñuls, ex Racing”, recordó.
“Y eso que no le pego bien desde afuera del área”, dije. “Eso se puede corregir”, añadió Osvaldo. “Yo, probando a los arqueros con Luis Cardoso en Atlanta hace tres años, empecé a pegarle bien desde afuera. En Vélez, Boca, toda la década del ’50, no le pegaba así”, afirmó. “Se practica. Dale y dale, hasta que te sale”, decía.
“Pensé enseguida. Argentinos Jrs., club del barrio, y Estudiantes están con promedio bajo y van a pelear el descenso. Me conviene ir a La Plata. Si los de La Paternal descienden, romperán los vidrios de la mueblería de mi viejo (don Calógero), que la tiene impecable en Av. Juan B. Justo al 5000, a ocho cuadras del estadio de Argentinos”, ironizó.
Lo demás es conocido. Zubeldía armó un plantel con juveniles, la “Tercera que Mata”, ’64 (Poletti, Aguirre Suárez, Malbernat, Manera, Pachamé, Mercerat, no llegó a Primera; Bedogni, Mateos, Echecopar, Bocha Flores y Verón). Llegaron 8 luego campeones. Otros ya “maduros”, Raúl Madero, Enry Barale, con Bilardo, Hugo Spadaro. Al año, Felipe Ribaudo, Néstor Togneri. Un DT pionero de los Tácticos.
Zubeldía hizo alternar a Madero y Pachamé en posición de mediocampista central. Luego el zurdo “6”. También lo hizo con Santiago y Bilardo, este con “7” mentiroso, entre 1965/66. Ya en ’67, Estudiantes fue campeón Metropolitano con Juan Echecopar como figura en la final contra Racing, en el “Viejo Gasómetro”.
“La clave —completó Bilardo en el viaje inolvidable— la tuvo Zubeldía, quizá febrero del ’65, cuando nos citó a todos en la Estación de Trenes de Constitución, a las 7. Antes de una pretemporada en Necochea. En el hall de la estación, cientos de personas. Todos laburantes. A las corridas. Un mundo a las 7. El tren para La Plata salía 8.05″, comentó Bilardo.
“A las 7.30, los quince estábamos en silencio cuando nos pasaban por arriba de nosotros y los bolsos, más de mil personas. Todos apurados. Madero me pregunta: ‘¿Esperamos a alguien más?’. Ya había llegado Hugo Spadaro de Junín. Al toque le pregunté a Zubeldía, que estaba leyendo ‘La Palermo Rosa’, mundo del Turf”.
“—No, ya están todos. Solo querían que vieran esto —dijo Osvaldo. Se animó Madero, casi médico, profesor de piano. Un adelantado. ‘Es un mundo de trabajadores, los que arrancan muy temprano’, señaló Raúl. ‘Bien, Madero. Miren las caras. No parecen felices’, agregó el DT. Gente que gana poco dinero, trabajos que no son los soñados. Con problemas domésticos, casi seguro”, siguió Zubeldía.
“Los que venían de la Tercera, apenas 21 años, estaban mudos. Nosotros, los más grandes, Madero, Barale, Miguel Ángel López, yo, nos dimos cuenta. Quería marcar el significado del sacrificio. El espíritu de lucha”, continuó Bilardo. Ya camino al andén para el viaje, tomó de nuevo la posta el DT.
“Si me hacen caso, si dejan todo por el fútbol, si son profesionales, podemos alcanzar el éxito. Al fútbol se juega por placer. Si no lo hicieran en un club de Primera, lo harían en el barrio, entre los compañeros de oficina, en la calle. Aquí les van a pagar y hasta pueden ser famosos. Caso contrario —ya en el escalón del vagón del ferrocarril— seremos uno más de todos ellos”, concluyó Osvaldo Zubeldía.
Inolvidable. El gran Osvaldo, nacido en Junín en 1927, falleció en Medellín como Carlos Gardel en el ’82. Recién tenía 55 años.
*Columnista de La Señal Medios, Mundo Amateur, Agencia Nacional y Popular, AGN Prensa.
26/9/2024