Ante la represión libertaria y la injusticia social, Juan Carlos Schmid ratificó: «Vamos a estar en la calle»

Por Redacción

Dirigentes sindicales de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte y trabajadores del sector fueron violentamente atacados el último jueves por las fuerzas represivas que responden a Patricia Bullrich, mientras se manifestaban en Plaza de los Congresos en defensa de los intereses nacionales representados por Vialidad Nacional, el INTI, el INTA y la Marina Mercante. El gobierno de Milei, a través de distintos decretos, intentó  disolver y desregular esos organismos en nombre de una falsa racionalidad económica.

La columna de la CATT, encabezada por su secretario general Juan Carlos Schmid; Graciela Aleñá, titular del Sindicato de Trabajadores Viales; Juan Pablo Brey, conductor de la Asociación Argentina de Aeronavegantes; y Octavio Argüello, uno de los Triunviros de la CGT, entre otros, fue interceptada por la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura con el objetivo de impedir que se desplazaran por la calle. En una actitud provocadora y violenta, las fuerzas represivas atacaron a los manifestantes que se encontraban sobre la Plaza de los Dos Congresos manifestándose de manera pacífica.

Juan Carlos Schmid y Marino Vilar, secretario general del SICONARA, resultaron afectados por los gases lacrimógenos lanzados sobre su rostro por agentes represores. Inmediatamente fueron atendidos por socorristas que acompañan de forma permanente a los manifestantes en distintas jornadas de protesta. El operativo represivo se había montado desde horas tempranas en las cercanías del Congreso. El gobierno de Milei, a través de la exegeta de la violencia institucional, Patricia Bullrich, intentó realizar una vez más una demostración de fuerza para ganar la calle. Sin embargo, los trabajadores no se amedrentaron y permanecieron en el lugar con absoluta calma.

En ese marco, Schmid señaló: «han gastado importantes partidas del presupuesto nacional en rodear el Congreso para tratar de evitar que se manifiesten las voces que están en contra de lo que está pasando en Argentina». Al mismo tiempo, el dirigente sindical expresó: «Habría que preguntarle al Ejecutivo cuánta moneda ha gastado, desde que impuso el protocolo, para amordazar la voz de los trabajadores».

El titular de la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval de la República Argentina aseguró que «está todo hecho para cagarnos la vida». Asimismo, ratificó que «cada vez que haya un atropello contra un compañero, cada vez que hay una injusticia contra nuestros viejos, que son los viejos de muchos de los que están acá, cada vez que recorten los presupuestos para que no podamos atender a nuestra familia en nuestras obras sociales y en el hospital público, vamos a estar en la calle».

Una vez más, como ya ocurrió en otros períodos de la vida política del país, el ajuste liberal recae sobre la clase trabajadora. En estas circunstancias, la intolerancia política e ideológica recurre a la violencia institucional como dogma de la colonia y de la subordinación al capital. La expresión de las organizaciones sindicales y de los trabajadores cobra vigor en la defensa de los intereses nacionales y del trabajo argentino. Milei, Bullrich y las fuerzas de la represión volvieron a ser derrotadas por la unidad, la solidaridad, la responsabilidad y la racionalidad de la clase trabajadora, la única que genera riqueza en Argentina.

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