*Por José Luis Ponsico
En medio de acusaciones en la dirigencia de San Lorenzo y el difícil momento deportivo —en 120 días cayeron en desgracia Rubén “Gallego” Insúa, Néstor Ortigoza y ahora Leandro “Pipi” Romagnoli—, el club de Boedo —estadio en el Bajo Flores— vive la euforia del ex Athletic Bilbao Iker Muniain. Otro futbolista vasco que repite el impacto de dos glorias “azulgrana”: Isidro Lángara y Ángel Zubieta, llegados en 1939.
Lángara, físico corpulento, 1.80 según crónicas de la época, centrodelantero valiente, encarador, de buena técnica, estuvo entre los más destacados por España en el Mundial Francia ’38. Goleador en el País Vasco y con posiciones políticas definidas en la Guerra de Asturias del ’34. De la causa de “Los Republicanos”, enfrentados a Francisco Franco. Por físico y juego, de los últimos Lucas “Oso” Pratto.
Su compañero y amigo Ángel Zubieta, en el medio, hoy “un combativo” de juego solidario. Marca y salida rápida. Estuvo radicado 14 años en la Argentina antes de volver a España. En la gira de San Lorenzo del ’53, se reencontró con sus hermanos en el amistoso disputado en el Estadio San Mamés. “¡Ángel, Ángel… soy Jesús, tu hermano!”, gritó en el alambrado. El plantel llegó el día anterior. Zubieta pura emoción.
Cuenta la leyenda que el seleccionado del País Vasco cerraba su gira por América del Sur tras un extenso viaje cuando concluía la Guerra Civil en España con el triunfo del Franquismo, en medio del drama al cabo de tres años de muertos en crueles enfrentamientos. En algunos lugares, “barrio contra barrio”. Se leía más de 500 mil víctimas. La tragedia española del siglo XX. Una población de 15 millones de almas.
El barco “de los condenados”, como aquél premiado a fines de los ’70, llegó en mayo del ’39. En abril, el Generalísimo había proclamado la victoria del Franquismo sobre los Republicanos, especialmente sobre las regiones de Cataluña y el País Vasco. Lángara, se dijo, estaba en una lista “negra”. Estaban “fusilando” desde García Lorca hasta famosos como el goleador. Se quedó en la Argentina.
Firmó contrato un martes. Llevaba dos semanas sin entrenar. Su amigo Zubieta ya había alquilado. Isidro recién conocía las instalaciones cuando sucedió el siguiente diálogo: “Mire, Lángara, el domingo jugamos contra River, uno de los grandes, como usted sabe aquí. El ‘9’ y goleador nuestro, Agustín Cosso, está lesionado. Usted dice que necesita más tiempo”, dijo el presidente del club de Boedo.
Lángara pidió ir a “baños turcos”. Necesitaba bajar de peso. Aceptó jugar no en las mejores condiciones. El “Vasco”, en un partido memorable, convirtió cuatro goles. Tres de ellos en el PT, entre los 25 y los 36 minutos. San Lorenzo ganó 4 a 2 y el “Viejo Gasómetro” vivió una fiesta como pocas veces. Esa tarde lo acompañó el brasileño Waldemar do Brito. En los ’50 descubrió a “Pelé” en potreros de Minas Gerais.
Se considera el debut más impactante de la historia entre clubes grandes. En 1974 lo igualó Carlos García Cambón, que había pasado de Chacarita Juniors a Boca. Los que hicieron cuatro goles en un partido. La curiosidad: ambos a River. En el ’39, al equipo que tenía a dos pibes, José Manuel Moreno y Adolfo Pedernera. Dos maduros, José María Minella y Carlos Peucelle. Hace medio siglo, Fillol, Wolff, Merlo, Morete.
Iker Muniain conoció el amor del club San Lorenzo por los “Vascos” al cabo de una historia de 85 años. Lo que no imaginó es que en menos de 40 días ingresaría al corazón del universo azulgrana. Los pibes con remeras que llevan su nombre. Las mujeres acompañan a la rubia que lo acompaña en la vida. Hermosa española que engalana la platea sanlorencista en plena fiesta.
En un momento de auge del fútbol argentino, si se recuerda el Mundial de Qatar 2022, las dos Copas América, que dejan a Brasil en otro peldaño. En las selecciones. A España, en la última Eurocopa, con dos pibes de origen afro, la ubican por encima de la poderosa Alemania, en otra faceta donde el Real Madrid reina en la Champions.
Lángara estuvo tres temporadas. No bajaba de 35 goles por campeonato. Tuvo al recordado Alfredo Borgnia, popular “Lechuga”, llegado de Ferro, en el ataque, “tapado” en la selección por el “Charro” Moreno, Sudamericano 1941, Vicente De la Mata y Norberto “Tucho” Méndez. La Federación Mexicana sabía del impacto futbolístico de la Argentina. En el ’42 vinieron por José Manuel Moreno e Isidro Lángara.
Los aztecas refundaron el fútbol con los notables como Colombia en el ’49, cuando se llevó la legión argentina. Entre otros, Adolfo Pedernera, Alfredo Di Stéfano, Néstor “Pipo” Rossi, Ángel Perucca, René Pontoni, Julio Cozzi, Mario Fernández, Ricardo Pegnotti y “Toto” Ferrero, que saltó de la Reserva de Racing a goleador en el fútbol colombiano.
Lo dicho: si tuvimos a Enrique Omar Sívori, vino Diego Maradona y ahora Messi. Si en los ’30 impactó el “Mortero de Rufino”, Bernabé Ferreyra, se entiende que Héctor Scotta hubiera convertido 60 goles entre el Metro y Nacional en 1975. Más cerca en el tiempo, Gabriel Batistuta. La cultura popular nunca nos abandonó. Y en parte llegó del País Vasco hace 85 años.
Región que no sólo exportó fútbol.
*Columnista La Señal Medios, Mundo Amateur, Agencia Nacional y Popular y AGN-Prensa.
29/10/2024