Opinión

Cuando el miedo se vence con conocimiento

*Martín Tomassini

 

“Tengo miedo. Y me siento tan cansado y pequeño que reflejo la tarde sin meditar en ella. En mi cabeza enferma no ha de caber un sueño así como en el cielo no ha cabido una estrella.”

Pablo Neruda

 

El miedo por definición es “una sensación de angustia, provocada por la presencia de un peligro real o imaginario”. Los argentinos nos hemos acostumbrado a vivir en un estado de miedo permanente. El miedo no nos deja avanzar, nos detiene, nos paraliza.

El miedo impide.

Si en un pasado reciente se percibía un incremento de temor por la inseguridad, hoy este se multiplica y cala cada vez más hondo en el seno de nuestra patria. Millones de trabajadores se levantan, día a día, con miedo de perder el empleo o de no llegar a fin de mes.

Miles de jubilados temen perder sus medicamentos, su atención médica. Cientos de estudiantes viven a la sombra de tener que dejar sus estudios. Muchas personas que conviven con alguna discapacidad, no saben si mañana se quedaran sin subsidio. Cada vez más compatriotas, pierden su techo y terminan durmiendo en alguna vereda.

Los que protestan, marchan, luchan sienten el pánico que provoca un Estado represor. El conjunto de la sociedad padece la ausencia del Estado. El abandono del Estado asusta y causa intranquilidad en el pueblo. Un gobierno para pocos, con gobernantes que generan, se alimentan y se benefician con ese miedo.

Los inmigrantes discriminados sienten la persecución. La doctrina Neoliberal utiliza el discurso fascista contra la inmigración e intenta provocar, con frases hechas, en los nativos la aprensión y el rechazo a los inmigrantes. Esta práctica es usada como chivo expiatorio para culpar de todos los males al forastero.

Pero el ataque al extranjero está bien dirigido. La xenofobia siempre es contra el migrante pobre. En realidad nuestra sociedad está enferma de Aporofobia.

Derribando algunos mitos que suelen vincularse a la inmigración.

En 2017, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó un estudio que indica que hay casi 2.200.000 de inmigrantes en el país. Es decir, sólo el 4,9% de la población que vive en la Argentina es extranjera. El porcentaje se mantiene por debajo del 5% desde el año 1990.

http://www.cac.com.ar/data/documentos/11_Informe%20sobre%20Migraciones.pdf

En el ámbito de la salud y según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) 2015, se constata que de los individuos que acuden a ser atendidos en el hospital público o en los centros de atención primaria, solo alrededor de un 4% corresponde a miembros de la población migrante sudamericana.

http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—americas/—ro-lima/—ilo-buenos_aires/documents/publication/wcms_379419.pdf

Desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), señalan que los escasos datos que existen dan cuenta que el uso de los hospitales o centros de salud no superan el 8% de la población inmigrante.

Otro debate que suele surgir en los medios y en la sociedad toda, es el tema de los inmigrantes y el delito. El Sistema Nacional de Estadísticas de Ejecución de la Pena marcó para el 2016, que el 6% de los presos en el país son extranjeros.

http://www.jus.gob.ar/media/3268598/Informe%20ejecutivo%20del%20Sneep%202016-Sistema%20Nacional%20de%20Estad%C3%ADsticas%20sobre%20Ejecuci%C3%B3n%20de%20la%20Pena.pdf

 

En lo laboral la OIT destacó que a lo largo del período estudiado 1995-2010, los inmigrantes representan tan solo un 4% del total del empleo registrado.  Con lo cual el aumento de los trabajadores inmigrantes formales, en los últimos siete años, incide en las condiciones laborales particulares de la población de inmigrantes sudamericanos, pero no tiene implicancias relevantes en la participación de este grupo en el total de los puestos de trabajo asalariados.

http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_protect/—protrav/—migrant/documents/publication/wcms_232745.pdf

Según el informe “El impacto de las migraciones en Argentina” (Organización Internacional de Migraciones, 2012), tradicionalmente, la mano de obra inmigrante ha tenido un rol complementario a la fuerza de trabajo local. Con frecuencia los inmigrantes se emplean en puestos de trabajo poco deseados por los nativos, generalmente no tienen derechos y son mal pagos.

http://www.migraciones.gov.ar/pdf_varios/campana_grafica/OIM-Cuadernos-Migratorios-Nro2-El-impacto-de-las-Migraciones-en-Argentina.pdf

Por ultimo, en la educación y según la “Síntesis de Información Estadísticas Universitarias” que presento el Ministerio de Educación, para el año 2016-2017  en nuestro país hay poco menos de 60.000 estudiantes extranjeros en las Universidades. Esto es menos del 3% del total de estudiantes, de los cuales el 2% concurren a facultades públicas.

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/sintesis_2016-2017.pdf

 

Ósea que…

Las estadísticas tomadas de entes reconocidos y/u oficiales, desmienten cualquier discurso que se intente instaurar desde el Gobierno. En principio y por lo que se marca, no existe una invasión de inmigrantes a nuestro país, ya que el porcentaje se mantiene desde hace 28 años.

En nuestro sistema de salud se conserva la proporción del porcentaje de extranjeros que se atienden por la cantidad de nativos. Esto quiere decir, que la decadencia del sistema de salud es nuestra exclusiva responsabilidad.  Si nos referimos a la delincuencia en general, existe un 94% de posibilidades que el delito sea cometido por un nativo.

Al mismo ritmo marcha la cuestión en lo laboral, ya que se mantienen las mismas proporciones. Solo existe una diferencia mayor (que no está mensurada) en la cantidad de extranjeros que están trabajando en empleos no registrados, siendo un valor irrelevante dado que, como hemos descripto, realizan labores poco deseadas por nuestros trabajadores. Traduciendo, la desocupación, el desempleo son  producto de la falta de un plan estratégico para crear empleo.

En la educación, sobre todo en el ámbito Universitario, ya sea en pregrado, grado como en  posgrado, el promedio de estudiantes extranjeros, con respecto a la cantidad de argentinos, baja ostensiblemente si lo comparamos con el índice de habitantes de uno y de otro lado.

El miedo se vence con conocimiento. Si nos dejamos manipular por discursos sesgados y no somos capaces de atrevernos a correr el velo, tenemos muchas chances de caer en una espiral que nos lleve irremediablemente, como pasa en otros países, a la persecución, el racismo, la xenofobia y todos los males que esto representa.

 

*Integrante del Sindicato del Personal de Dragado y Balizamiento. Conductor del programa Puerto Base.

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