*Por Gustavo Ramírez
La lluvia intensa de las primeras horas de la mañana no amedrentó a la multitud que se acercó a la Basílica de Luján para celebrar el encuentro ecuménico, convocado por el Frente Sindical Para el Modelo Nacional. La consigna Paz, Pan y Trabajo dejó de ser el hecho simbólico de la resistencia histórica para transformarse en un acontecimiento de fe política. La Iglesia del Papa Francisco comulgó con la clase trabajadora en un reclamo unánime: Justicia Social.
Dirigentes sindicales, políticos y sociales, escucharon con atención la homilía del Obispo de Mercedes Luján, Agustín Radrizzani. Un discurso con un mensaje concreto, claro, contundente, dirigido al Gobierno Nacional que dejó frases resonantes, como diagnóstico por un lado y como reflexión para la acción, por el otro. “El futuro está en manos de su pueblo, en su capacidad de organizarse para lograr el proceso de auténtico cambio”, expresó el representante de la Iglesia. En tal sentido sentenció que la economía debe estar al servicio del pueblo y no al revés.
Si la fe mueve montañas también mueve al peronismo. La jornada gris pero histórica dejó otro mensaje contundente: Hay esperanza en la unidad que se gesta de abajo hacia arriba y de la periferia al centro. Así en un mismo plano se pudo observar, por ejemplo, a intendentes del conurbano como Verónica Magario de la Matanza, Gustavo Menéndez de Merlo, Alberto Descalzo de Ituzaingó y Fernando Gray de Esteban Echverría, confluir con Adolfo Pérez Esquivel, Daniel Scioli, Felipé Solá y Guillermo Moreno, entre otros.
El campo sindical congregó a dirigentes de la talla de Hugo y Pablo Moyano, Ricardo Pignanelli titular del SMATA, Hugo Yasky titular de la CTA de los Trabajadores, Esteban “Gringo” Castro Secretario General de la CTEP, la conducción completa de la Corriente Federal de Trabajadores y representantes sindicales del Consejo Directivo de la CGT, como Pablo Flores de AEFIP Capital y Omar Plaini. La geografía sindical se mueve en diversos frentes y confluye en las distintas acciones que hacen a la ofensiva de la clase trabajadora.
La movilización histórica validó la unidad entre la Iglesia y el Movimiento Nacional, la clase trabajadora reivindicó sus reclamos y la defensa del trabajo como eje de la articulación social. No fue un encuentro más y eso quedó plasmado en el entusiasmo que demostraron los distintos dirigentes sindicales. Entre ellos pudimos vislumbrar a un Plaini emocionado, el Secretario General de Canillitas, comentó a AGN Prensa Sindical: “Fue un acto histórico, espiritual, emocionante, donde estuvieron todos los credos. El mensaje es impresionante, casi un millón de personas, cómo no te vas a emocionar”.
“Indudablemente que te emociona, aquí estuvo el pueblo. Ésta es la contra cumbre del coloquio de IDEA, aquí tuvimos la contra cubre acompañados por la Virgen de Luján y se consolida la unida, vamos a trabajar por ello, la unidad más ancha posible, seguramente”, manifestó Plaini quien respondió cada muestra de afecto con afecto y amabilidad.
Cada rostro, cada esto, de dirigentes y de los referentes religiosos, demostró satisfacción y alegría por la convocatoria. Todos comprendieron la importancia del encuentro de hoy, el mensaje que se brindó a través de la convocatoria por Paz, Pan y Trabajo como hecho social y político. La Iglesia demostró que no quiere estar ajena al proceso de transformación social que demanda el campo nacional, como opción por los pobres. Por ello el mensaje de arzobispo Radrizzani adquirió un peso específico al citar a Francisco en el “Evangelio de la alegría” : “No nos dejemos robar la alegría, el entusiasmo, la esperanza, la comunidad, el evangelio y el ideal de amor fraterno”. Ese ideal es el ideal de la clase trabajadora, en su expresión mayoritaria.