La tensión se incrementó en lo últimos días cuando Máximo Kirchner, titular del PJ en la Provincia de Buenos Aires desplego una campaña de afiches con la inscripción “Cristina 2025” en municipios como Quilmes y Avellaneda, con el fin era instalar a la expresidenta como candidata a diputada provincial por la Tercera sección.
La presencia de esa cartelería durante una jornada organizada en Bernal junto a la intendenta Mayra Mendoza sirvió como mensaje directo hacia el interior del peronismo bonaerense. Sin embargo, en Avellaneda, la iniciativa encontró resistencia: militantes de La Cámpora denunciaron que agentes municipales retiraron los carteles por orden del intendente Jorge Ferraresi, alineado con el gobernador.
El trasfondo del conflicto se explica por el peso electoral de la Tercera sección, que concentra a casi cinco millones de votantes y donde se renovarán 18 bancas en la Legislatura provincial. Sin embargo, en este escenario, Kicillof decidió activar el despliegue de su espacio Movimiento Derecho al Futuro, y aceleró las conversaciones con intendentes como Fernando Espinoza (La Matanza), Andrés Watson (Florencio Varela) y Mario Secco (Ensenada).
Aunque desde el entorno del mandatario intentan desligarse de una ruptura formal, la decisión de desdoblar las elecciones provinciales fue recibida como una provocación por parte del kirchnerismo. Por otro lado, la interna también captó la atención en la Legislatura, ello valió que el Ministro de Gobierno de la provincia, Carlos Bianco, saliera a exponer la situación: “Habíamos empezado a titular cuáles eran los diferentes aspectos que teníamos que acordar entre los tres principales sectores del peronismo, pero, al otro día, se presentó el proyecto que iba en contra de lo que estableció el Gobernador y se rompió esa mesa”.
Aun así, desde el oficialismo está dispuesto a no cerrarse sobre sí mismo: “Tenemos que democratizar nuestras prácticas, abrir los espacios de decisión, escuchar más y hablar con honestidad. Lo importante no es la forma que adopte este espacio, sino la causa común que lo impulse: reconstruir la política como herramienta de transformación, progreso y esperanza”, preciaron fuentes cercanas al gobernador.
Asimismo, insistieron en remarcar que la “lucha interna” hoy es por el 2027 y sobre “quién conduce ese proceso”. Resaltaron que el objetivo principal de sectores como La Cámpora no es ganar las elecciones legislativas sino “obturarle el camino a Axel”. Por estas horas, lo concreto es que la unidad está lejos de alcanzarse.
En los últimos días, el gobernador Kicillof logró la ratificación del apoyo una gran parte del Movimiento Obrero nucleado tanto en la CGT como en la CTA Autónoma. La fuerza sindical es subestimada por el cristinismo que no mide su tracción en el territorio, si a eso se le suma el apoyo de distintos intendentes queda en claro que la acumulación de poder está del lado del oficialismo en la provincia.