*Por Grupo Ofensiva Nacional Democrática
Este 1° de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, nos encuentra atravesando un momento crítico. Bajo el régimen conservador-liberal-libertario del gobierno de Javier Milei, asistimos a una ofensiva sin precedentes del poder económico contra los derechos laborales y sociales conquistados por generaciones de luchadores y luchadoras.
Esta ofensiva no es coyuntural. Es parte de una revancha clasista, impulsada por los sectores más concentrados de la economía, que buscan imponer una transformación estructural irreversible, subordinando el trabajo al capital y debilitando las bases mismas de la justicia social. El salario mínimo, lejos de cumplir su función como piso de dignidad, se encuentra completamente desdibujado.
Su poder adquisitivo se ha desplomado, acumulando una pérdida que supera ampliamente el 50% respecto a 2015. Esta caída es resultado de una política deliberada que busca desarticular el poder de negociación del trabajo, erosionar la función protectora del Estado y acorralar a las organizaciones sindicales.
Al mismo tiempo, la desigualdad se profundiza. Según el último informe del CELAG, la mitad de la población tiene ingresos per cápita por debajo de $383.000, y sólo un 20% accede a más de $750.000. Nos encaminamos hacia un modelo de país donde la mayoría tiene poquísimo y una minoría lo tiene todo.
Por otro lado, el gobierno subestima la inflación al emplear un método obsoleto de 2004. Esta inadecuada medición, donde el IPC de 2024 debió ser un 15% más al publicado, junto con paritarias limitadas por el gobierno, ha erosionado el poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras, afectando gravemente al consumo interno y a la población.
Frente a este proyecto de país, levantamos nuestra voz. Rechazamos la precarización como destino. Reivindicamos el derecho a un salario digno como base de toda vida en libertad. Y defendemos la centralidad del trabajo como principio organizador de una sociedad democrática, solidaria y justa.
Este 1° de mayo no es una efeméride más. Es un llamado a la acción, a la unidad, a la conciencia. Porque el ataque al salario no es solo económico: es un ataque a la dignidad del pueblo trabajador. Frente a quienes quieren borrar la historia de conquistas, nuestra respuesta será memoria, organización y lucha.
*Este grupo proviene del mundo del trabajo, de la academia y del compromiso con la política para lograr el bienestar.
2/5/2025
