Opinión

El síndrome táctica mata billetera

River llegaba de una frustración con Carlos Timoteo Griguol, eliminado por Racing en el Monumental, Copa Sudamericana —ganada por Racing de Alfio Basile— por gol de Néstor Fabbri, el uno a uno, minuto noventa. Hubo un cambio de timón enseguida.

Hugo César Santilli, presidente de River, en el ciclo de Héctor “Bambino” Veira había ganado todo (1985/87), se fue a Madrid a contratar a César Menotti, que no renovaba con el Atlético Madrid del polémico dirigente Jesús Gil y Gil. Con el Flaco llegaron diez consagrados.

Santilli produjo un recambio. Ya no estaban Nery Pumpido, el uruguayo Nelson Gutiérrez, Oscar Ruggeri, Enzo Francéscoli, el “Beto” Norberto Alonso, tampoco el cordobés Luis Amuchástegui, ni Claudio Morresi. La mayor ausencia, Juan Gilberto Funes, el “Búfalo”.

Sin olvidar la lesión de Héctor Enrique y salida de Roque Alfaro, que en su vuelta a Ñuls resultó decisivo en el torneo ganado por el equipo que armó José “Piojo” Yudica, previo a la entronización del joven Marcelo Bielsa.

Con Menotti llegaron diez destacados. Desde el regreso de Daniel Passarella de Italia con 35 años y su eficacia vigente; el inteligente atacante de la selección de Uruguay, Jorge “Poliya” Da Silva. Desde el talento Claudio Borghi y la habilidad de Julio Zamora.

Del medio para adelante, bastante parecido el momento de River, actual, con la vuelta de Marcelo Gallardo y los que llegaron: “Maxi” Meza, Giuliano Galoppo, antes Facundo Colidio e inesperado chileno Gonzalo Tapia. Nada es una línea recta.

Así como ahora River no pudo con Platense y apenas con Instituto de Córdoba en el Monumental, a fines de los ’80 tampoco le ganó al “Calamar” en Vélez y apenas empató con Mandiyú de Corrientes en el Monumental. Muy parecido.

Con Menotti llegaron, además de los citados, el arquero Ángel David Comizzo, los otros defensores, Fabián Basualdo, Jorge “Pipa” Higuaín, Carlos “Loco” Enrique, hermano del “Negro” Héctor Enrique, operado de meniscos, rodilla derecha.

River no funcionó como Menotti esperaba. Una derrota contra Boca en el Monumental marcó la tendencia negativa que vivió Martín Demichelis cuando el “millonario” cayó ante Boca en Córdoba, por gruesas fallas defensivas.

Gallardo espera encontrar “el equipo” que resuelva los “cerrojos” rivales, con un plantel rico. Hace 37 años, Menotti, buena campaña con Boca, 1986/87, antes de irse al “Aleti”, esa vez no pudo revertir un juego de mucha tenencia —River la tenía 70 minutos— con escasa eficacia.

Se insiste en los parecidos. Al punto que Independiente, con Jorge Raúl Solari DT. y un medio campo poblado con cinco, dos “enganches”, resultó campeón. El genial Ricardo Bochini, 34 años, en los partidos decisivos, ponía la pelota en cortada para Alfaro Moreno.

El veloz delantero, ex Platense, luego destacado en Ecuador, hizo goles clave en el torneo. El otro lo ganó “Ñuls” con Alfaro, “9” falso, siendo fundamental por características, armador y llegada al gol. Había sido “rueda de auxilio” en el River de Veira.

Ahora, Gallardo confía en revertir un momento errático. River aparece sin GPS cuando le cierran los caminos. La ausencia posible de Pablo Solari complica. Abría la cancha. Es el momento quizá del paraguayo Matías Rojas para hacer lo que hacía Nacho Fernández.

Falta que Sebastián Driussi, que estuvo cien días sin jugar, complete la preparación física. Está volviendo para jugar media hora Gonzalo “Pity” Martínez y quedan otras variantes de ataque. El principal aliado del Muñeco, hoy: es que tiene tiempo.

Nada es una línea recta. Con nombres solo no se gana. Al Boca de Fernando Gago le pasa algo parecido. Pero es otro debate.

Ampliaremos.

 

 

*Columnista de La Señal Medios, Mundo Amateur, Agencia Nacional y Popular De Memoria y AGN-Prensa.

 

 

 

4/2/2025

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